Cosificación de las relaciones humanas

Cosificación de las relaciones humanas,

Catástrofe del ser social.

Ejes de un mismo concepto

Existen muchas perspectivas para analizar un mismo fenómeno, y es en este contexto que nos resulta tan dificil que las ideas confluyan en un mismo sentido, pero todos quienes tengan deseos de problematizar, comunicar y profundizar, comprenden que debemos hacer el ejercicio empático de soslayar los conflictos y llegar a ciertos concensos y especificaciones.

Hoy me convoca el fenómeno de las relaciones humanas, para comprender desde que paradigma moveré el siguiente discurso, es que me sumergiré en el marxismo estructuralista de Louis Althusser en relación a  la tesis de que Marx había fundado una ciencia: la ciencia de la historia o materialismo histórico (también llamado socialismo científico o comunismo científico) cuyo objeto de estudio es la historia política, económica, e ideológica de las sociedades humanas.

No puedo si no profundizar en la comprensión de las relaciones humanas y el contexto en que se dan desde esta posición. Analizar esto significa ahondar en lo político, como acción transformadora de lo humano y cómo afectan los modos de relaciones en las estructuras y distintas esferas sociales es el eje central de este ensayo.

En vista de los acontecimientos políticos que se vienen sucediendo desde hace un par de años y la demagogia de la democracia que deriva de ella, es que surge la necesidad de propiciar espacios reflexivos en las que se puedan organizar y realizar las utopías colectivas, actividades propias de la democracia. La constante tensión del conflicto nos hace olvidar que de este período desgraciado, se nos aparecen innumerables posibllidades para reinventar las diferencias y es por esto que urge la creación de modelos resolutivos que apunten a la unificación de fuerzas, movimientos sociales, dirigidas e intencionadas, cuestión que no se dará de manera aislada a los procesos sociales que tienen lugar en nuestro país.

Las alianzas estratégicas de las cúpulas no se hacen cargo responsablemente de la voluntad popular que los mantiene con vida y en funcionamiento, al no querer representar los valores del conjunto social. Puesto que los valores han perdido gradualmente sentido, ya que cada quien busca su propio sentido, como valor individual. Nos olvidamos nuevamente que la desilgualdad económica, cultural y social transgrede las libertades individuales al condicionar la organización colectiva.

Debemos apuntar a la total y absoluta inclusión del pueblo a su vital y activa participación, no podemos estar de acuerdo con el concepto de “Masa simbólica” que arrastran los partidos políticos, ya que traducen el quehacer de sus adherentes a meros agentes cuantitativamente legitimadores de su existencia, no tomando en cuenta la eventual contribución al interior de las mismas.  

Comprender esto significa salir de la lógica del “sujeto objetivante”, del sujeto que olvida que es parte de aquello que observa y que lo observado ejerce influencia sobre él, es entender que finalmente el aparataje político no crea un sistema social, ya que la sociedad no es un todo completo ni hegemónico, puesto que, no existe un antagonismo social definido y legitimado con incidencia real, lo que resulta finalmente en la cosificación de las prácticas y relaciones humanas ya que el valor primordial que reina en la sociedad en donde las llamadas democracias liberales han posado sus artimañas es el consumo.  Y por lo tanto las relaciones humanas se mueven en función de lo que podemos obtener del otro.  

Es factible  advertir esto, ejemplo son los rituales de consumo, las fechas importantes cumpleaños, días festivos, están diseñados para que la gente oriente sus deseos hacia esa dirección.  Pero bien, el consumo no nos ha hecho más felices tal como se manifiesta en la insanidad mental con el alza de la depresion y el diagnóstico de los trastrnos mentales. Todo parte del mismo sistema que da auge a las farmaceuticas y el negocio de la enfermedad incurable.

Es por esto que el blanco del proceso de concientización es la ideología. El sistema económico neoliberal nos ha condicionado a ser seres individualistas, este sistema que tiende a la expansión, que es universalizado, a la vez que acapara obteniendo las riquezas peculiares de cada país, excluye, excluye tanto hasta el punto que no se hace cargo de la catastrófica consecuencia de su manera psicopática de actuar en el mundo (desastre ambiental, demográfico, económico, cultural y moral), la destrucción y apropiación de los recursos naturales destruyendo todo a su paso, el desaste de la  continuidad agotando los recursos, bosques nativos, recursos de agua , recursos pesqueros agotando ecositemas locales que se manifiestan en nuestros desechos, en la basura, no solo se depredan recursos, sino también comunidades enteras directa e indirectamente.  

Las  necesidades impuestas por los medios de comunicación monopolios del poder establecido, además de ser los que transmiten “la verdad oficial”, controlan la subjetividad de los integrantes sociales condenándolos a ser meros agentes productivos, que no dan cuenta de su condición ignominiosa.

La reproducción de la fuerza de trabajo no solo exige una reproducción de su clasificación sino, al mismo tiempo, la reproducción de su sumisión a la ideología dominante. Así nace el sometimiento a la clase dominante. No solo en la escuela sino también otras instituciones de estado como la iglesia, el ejército o los medios de comunicación, son los que enseñan las habilidades bajo formas que aseguren tal sometimiento. La reproducción de la calificación de la fuerza de trabajo se asegura en y bajo las formas de sometimiento ideológico. Entonces reconocemos la presencia eficaz de una nueva realidad: La ideología.

Este pensamiento organizado y totalitario funciona con el mandato de “obedece y sacrifícate” lo oculto, lo inconsciente, que se desplaza hacia una insanación del sujeto sujetado a este sistema (M. Foucault), manifestándose en el aumento de la ansiedad y depresión de la población, lo que deriva a un malestar colectivo que cada vez va en aumento,1 (según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud de Chile) el correlato del sufrimiento.

Una sociedad es normal cuando funciona, y el desequilibrio aparece en la inadaptación del individuo a la vida social, cada cultura proporciona el remedio contra la exteriorización de síntomas que ella misma produce, sin embargo, la perturbación individual aparece cuando no se ha logrado un desenvolvimiento social de acuerdo a las necesidades individuales, de la expresión auténtica y libre de sí mismo.

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