EL SEÑOR DE LAS MOSCAS: Análisis filosófico

El señor de las moscas versa la historia de un grupo de jóvenes estudiantes de una escuela militar que, tras un accidente del avión en el que viajaban durante una guerra nuclear, quedan atrapados en una isla inhabitada y desconocida situada en medio del océano.

Esta novela, más allá de narrar las aventuras de estos chicos y de su vida dentro de la isla, posee un profundo contenido filosófico y existencial, que se pretende transmitir al lector mediante una innumerable sucesión de símbolos y mensajes ocultos en los diálogos.

La filosofía, de forma indirecta, es un tema muy recurrente a lo largo de toda la obra. El mensaje filosófico que cobra una mayor importancia es la maldad del ser humano por naturaleza (idea de Hobbes). Dicha forma de pensamiento es inmediatamente contraria a la de Rousseau, el cual afirma que: “El hombre es bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompe”. Incluso en un momento determinado, Piggy, hace alusión a esta conocida frase y Ralph la califica como tomadura de pelo – reflejando así la opinión que Golding (el autor) quiere expresar en este libro.

El autor no solo pretende el manifestar estas corrientes y sus precursores mediante citas literales, sino que también lo hace a través de las acciones y carácter de los propios personajes. Así, por ejemplo, Ralph, el mayor y líder del grupo, personificaría a Locke. El sentido común, la razón y la democracia son algunas de sus características comunes. Confronta todos los problemas utilizando la palabra y considera las reuniones grupales asuntos de gran envergadura y una mejor respuesta a los problemas colectivos. Además, confía en la elaboración e imposición de reglas consensuadas que favorezcan la convivencia pacífica en un espacio limitado y sin la presencia de adultos “responsables”.

Golding, a través de esta obra, muestra y expone la percepción que él tenía de la sociedad en la que vivía. Una sociedad rota cuya organización era tan débil y superficial que, ante el más mínimo obstáculo, saltaría por los aires. En el relato, esta idea queda plasmada a la perfección con la disposición y distribución del grupo. Tan pronto como los chicos llegan y se percatan de la falta de recursos que existe en aquel lugar, hacen una votación para decidir quién los liderará – aplicando un modelo democrático. No obstante, no necesitarán ni una semana para encontrar miembros de la oposición, que decidirán negarse a las leyes o normas previamente acordadas y establecidas y tomarse la justicia por su cuenta; llegarán a utilizar la violencia como método de imposición del poder y atenderán exclusivamente a sus voluntades inmediatas - cazar para poder alimentarse. Esta banda enemiga pertenece a una estructura social denominada salvajismo, en la que predominan el individualismo, las pasiones y el anarquismo. He ahí donde reside la maldad para el escritor: no en la misma sociedad, sino en el propio individuo

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