ENRIQUE DE LA GARZA Y TOLEDO
Enviado por Nelson Silva Madariaga • 12 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 1.143 Palabras (5 Páginas) • 266 Visitas
Facultad de Humanidades[pic 1]
Departamento de Educación
Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Curso: Epistemología de las Ciencias Sociales
Docente: Antonio Aravena
Ayudantía: Felipe Vera
ENRIQUE DE LA GARZA Y TOLEDO
HACIA UNA METODOLOGÍA DE LA RECONSTRUCCIÓN: FUNDAMENTOS, CRITICA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
(Capítulo I, El positivismo: polémica y crisis, páginas: 9 – 17, UNAM, 1988)
Alumnos: Daniel Droguett – Ricardo Moneo - Nelson Silva
04- septiembrebre-2017
En el artículo reflexionado, Enrique de la garza nos plantea la evolución del pensamiento positivista en la búsqueda natural del hombre por llegar a la verdad, alejándose de la falsedad, “para ello el hombre contempla” (De la Garza Toledo, 1988, pág. 10).
La larga tradición del logicismo metodológico es un concepto que evoluciona desde la época antigua y medieval, pero es en el renacimiento con las practicas empíricas, utilizando el método deductivo de acercarse al conocimiento cuando empieza a tomar caminos más elevados de razón. Intelectuales como Leonardo, Galileo, Lock, Barkeley, Hume y Popper con sus formas de pensar marcaran una forma paulatina de ir posicionando al ser humano al centro como sujeto cognoscente y relegando el mundo exterior como objeto para ser descubierto. Lo que en definitiva sentara las bases del paradigma positivista, que predomino por siglos sin un claro rival de posicionamiento epistemológico. Los dogmas serán: la objetividad, las leyes universales y un método científico como consecuencia de una teoría.
Otra etapa a rescatar según De La Garza es la de los empiristas ingleses, los que avanzaran, pero a la vez ralentizarán la reflexión científica, ya que, cuestionaran las formas de llegar a la verdad, limitándose a explicaciones lógicas, apartándose los conceptos de pensamiento y la realidad.
El positivismo nace con el francés August Comte, a pesar de que algunos estudiosos consideran también su origen en Saint Simón. “Esta tradición que arranca en el renacimiento tuvo como principal enemiga a la escolástica, además de emprender una cruzada en contra de lo que llamaría metafísica” (De la Garza Toledo, 1988, pág. 12). En este sentido, Comte es el primero quien intenta definir no solo la solución, pero si el problema riguroso del positivismo: “la demarcación y sus criterios entre ciencia y metafísica” (De la Garza Toledo, 1988, pág. 12). Por consiguiente, podemos decir que una parte será científica si el dato empírico verifica a través de un método, el método científico. El positivismo comtiano trata de llevar el dogma de las leyes naturales hacia los paradigmas de las ciencias sociales. Busca hacer de la sociología una “física social”, no tan solo considerando la metodología y la epistemología, sino que también adoptando la física a esta ciencia social. Esto se rompe cuando los empiristas clásicos retomen criterios que antes no habían sido aclarados, como la relación entre conceptos teóricos y realidades. En este sentido los empiristas clásicos declaran que los conceptos históricos no son reales, sino convenciones, haciendo énfasis en que la única forma de relación con el mundo empírico es la observación.
En las dos primeras décadas del siglo XX, el circulo científico de Viena, especialmente Hume y Mach logran la reconciliación entre el pensamiento científico positivista y empirista, estableciendo dos tipos de proposiciones para la ciencia: “las formales (que sería tautológica y no diría nada acerca del mundo) y las fácticas o verificables empíricamente. Fuera de estas proposiciones, todas las otras serian metafísicas o sin significado" (De la Garza Toledo, 1988). Pasando a ser el foco de los intelectuales positivistas empíricos o neopositivistas, lograr un consenso que buscara establecer reglas para los enunciados significativos, en última instancia para todas las ciencias. Estableciendo dos proposiciones claves:
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