El hombre y la vida como un problema filosófico

El hombre y la vida como un problema filosófico

Desde que el hombre es consciente de su existencia, hasta ahora, podemos pensar que no ha vivido ninguna generación humana que no se haya cuestionado para él u otras personas, sobre el porqué de su existencia, la naturaleza y los orígenes de su “vida”.

En primer lugar, nos preguntamos si es posible definir al hombre, existen autores que afirman que esto no es posible. ¿Qué es el hombre?, ¿quién soy yo?, ¿cuál es el sentido de la existencia humana? Estas y otras interrogantes por el estilo tienden a ocupar el lugar más importante en la reflexión filosófica.

El hombre siempre ha necesitado explicar el mundo que le rodea y las primeras explicaciones del mundo las encontramos por parte de la metafísica, a fuerzas sobrenaturales, divinas. “Kant en sus textos quiere decir que el ser del hombre no se orienta hacia una analítica de la verdad, sino hacia la determinación del presente por lo que somos”.

El hombre no es definible porque no tiene esencia, es pura existencia que se auto constituye a sí mismo en la historia.

De lo que podemos leer anteriormente, podemos deducir que el hombre es un misterio para el propio hombre, todo parece indicar que se tratara de una incógnita sin respuesta, porque se mire como se mire está demasiado cerca de sí mismo, está “dentro de él”.

El hombre nace biológicamente terminado, pero al mismo tiempo con grandes carencias y deficiencias, ajeno a su entorno y debe de hacerse así mismo a través del ambiente que le rodea. El hombre es a la vez poco y mucho, esta es la gran diferencia del hombre con cualquier otro objeto o ser de la naturaleza, cuya vida parece resuelta desde el principio. La filosofía ayuda a tener más conocimientos o pensamientos para darle una explicación a los sucesos fenómenos de la naturaleza, de la sociedad, de la cultura, etc.

Nuestra mente, mejor dicho, nuestro cerebro es tan complejo que aún no sabemos hasta dónde puede llegar su capacidad.

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