El ser de las cosas
Enviado por Diego Barrales • 23 de Abril de 2017 • Informe • 1.644 Palabras (7 Páginas) • 193 Visitas
El ser de las cosas y su significado corresponde a quizás una de las incógnitas más reconocidas por los lectores y estudiantes de la filosofía, en este caso especialmente pertenece a la metafísica griega, una división de la filosofía y su historia post socrática. Pero para continuar, debemos entender que es la metafísica griega y específicamente donde estamos ubicados temporalmente al hablar de ella.
Para la filosofía, la época de los Mythos daría comienzo a la cadena de evolución en cuanto al pensamiento y cuestionamiento que se tendría con el paso de los años. Durante este periodo, se hacía un uso bastante destacable de la imaginación, donde si bien estos en su mayoría resultaban creíbles, siempre existía la duda con respecto a su veracidad.
Con el tiempo surgió el cuestionamiento del Arjé u “origen” comenzando el periodo de transición entre la falta de veracidad de los Mythos a el nuevo pensamiento del logos o la “razón”
Esto dio paso a la época presocrática que, como su nombre lo dice, sería la predecesora de la época donde el filósofo Sócrates llego a su máximo esplendor. Filósofos como Tales de Mileto “Todo es agua”, Anaxímenes “Aire” y Anaximandro “Arjé indefinido” fueron de los primeros de la gran variedad de filósofos que existe en esta época, evidenciando la pregunta por la realidad y el arjé.
Pero sin duda alguna Pitágoras “Arjé en las matemáticas”, Heráclito “Todo fluye” y Parménides “No existe el cambio del ser de las cosas” tendrían un gran impacto en el pensamiento de los filósofos de la metafísica griega. Época comprendida tras el socratismo, que comprende el pensamiento de Sócrates, actualmente considerado uno de los más grandes filósofos de la historia de la filosofía.
En cuanto a la metafísica griega, se sabe que es el periodo post socratismo y que se buscaba la respuesta a la pregunta ¿Cuál es el ser de las cosas? Este movimiento filosófico comienza con uno de los alumnos de Sócrates, Platón, quien más tarde sería maestro del otro filósofo de esta época dentro de la filosofía, Aristóteles, quien a pesar de pertenecer a la escuela y al mismo pensamiento de su maestro, se desprende de esta costumbre y forma su propio camino.
Platón fue influenciado por los pensamientos de Pitágoras (El mundo es materia y elementos inmateriales) Heráclito (Cambio continuo) y Parménides (No existe el cambio), además de un pensamiento político especial y diferente al de la mayoría de las personas en su época, ya que él estaba en contra de una democracia y del pensamiento de que “Todas las personas son iguales”
Estos pensamientos fueron aplicados en su propuesta de la existencia de un mundo “inteligible” y otro mundo “sensible”, mundos que tenían como objetivo establecer el “Ser”. En el primero existían los elementos inmateriales y además eternos, donde habitaban las ideas, entidades matemáticas, almas, etc. En el segundo, por otro lado, se encontraban los elementos materiales y, por lo tanto, correspondía a un mundo cambiante, con la gran característica de que los objetos materiales eran una copia de los inteligibles. Por lo tanto, para Platón el mundo real, mundo autentico comprendía el mundo inteligible, solamente que no cualquiera era capaz de visualizar la realidad. Esto se ve reflejado en el célebre “mito de la caverna” presente en el libro VII de “La republica”
“Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta en toda su extensión. En ella desde niños con las piernas y el cuello encadenados de modo que deben permanecer allí, y mirar solo delante de ellos… más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos… imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo de los titiriteros levantado delante de público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos… imagínate ahora que del otro lado del tabique pasan sombras…”
En simples palabras, este fragmento del mito correspondería a la explicación del mundo sensible, lo que los esclavos lograban apreciar (Las sombras, proyecciones de las figuras) eran para ellos la realidad, no existía más que eso y llegaban a esa conclusión a través del uso de sus sentidos. Para Platón (Como se mencionó antes, esta no era la realidad)
“Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa del deslumbramiento, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?”
Aquí Platón propone la existencia de un mundo además del sensible, ya que el esclavo desencadenado se da cuenta de que la realidad es distinta a la que estaba acostumbrado (Sombras), todo esto luego de una etapa de deslumbramiento o iluminación, donde la verdad se le expondría al esclavo liberado. Toma fuerte relación con la ignorancia y el conocimiento, sin embargo, el concepto de ignorancia no es del todo correcto según Platón.
Dentro de la teoría del conocimiento de Platón, este postula que solo se puede tener conocimiento en el mundo inteligible, donde se desarrolla gracias a la intuición, sin embargo, el mundo sensible no significa ignorancia, sino más bien opinión. De esta forma, Platón colocaría la opinión como término medio entre la ignorancia y el conocimiento.
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