El wabisabi

La palabra no cuenta con un significado, al preguntarle a un japones que es lo que significa simplemente te hacen una seña de que no saben, es mas que nada una expresión usada para describir una acción, esos lapsos de contemplación absoluta. La palabra se originó en el taoísmo durante la dinastía song en china luego se transmitió al budismo zen. A pesar de esto si se puede llegar a un significado si nos vamos al origen de ambas palabras que la conforman wabi solía referirse a la soledad, el vivir con la naturaleza lejos de la sociedad pero el concepto evoluciono con e paso del tiempo hasta quedar como “la elegante belleza de la humilde simplicidad” y sabi que tenía que ver con lo marchito o lo frio hasta convertirse en “el deterioro por el paso del tiempo”.

El wabisabi es una filosofía que consiste en ver el mundo y lo que nos rodea de una manera diferente, entender que no todo es perfecto y apreciar las imperfecciones y de esta manera descubrir la belleza que guardan en su interior, también en apreciar la impermanencia y lo inacabado.

Aunque el wabisabi es un estándar en la cultura japonesa, alcanzo el culmen de su definición en el contexto de las ceremonias del té. La llamada sado evoluciono con los años hasta convertirse en una forma social de arte sofisticada que combinaba elementos como la jardinería, la arquitectura, el diseño de interiores, la pintura y el arreglo floral.

Entrando en un contexto histórico el primer maestro del wabi-sabi del que se tiene registro fue Murata shuko, era u monje zen de Nara. En aquel tiempo la ceremonia del te era una practica que funcionaba como pasatiempo de la clase noble, debido a que en esta se utilizaban utensilios elegantes relacionados con el té. Shuko se opuso a esto y utilizaba en sus ceremonias utensilios modestos de fabricación local, esto fue la base de la aplicación del concepto dentro de la ceremonia del té.

Unos 100 años después Sen no Rikyu llevo el wabisabi a su máximo esplendor, como maestro de te valoro los objetos, instituyo formalidades y reinterpreto el protocolo de la ceremonia del té. Rikyu situó la artesanía en un alto nivel artístico.

Después de su muerte el “arte” del se te convirtió en el “camino” del te (chado) una forma de aprendizaje religioso y espiritual. Se puede decir que gracias a las escuelas de té el wabi-sabi ha perdurado a la modernización del estilo occidental. Sonia Andrés alzola (2001) sostiene que “Existen tres manifestaciones principales que reflejan la estética wabi sabi: la Ceremonia del té, que tiende a expresar los valores de wabi en cuanto a vivencia rústica y apreciación de la belleza modesta”.

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