Ensayo del tema “la función ética de la conciencia

Ensayo del tema “la función ética de la conciencia “del libro: Los Valores En La Ciudad Secular de Marcelo Ramírez Ramírez

Por: Carlos Hernández Montero

La conciencia es aquella voz que nos acompaña siempre que tomamos una decisión, sea esta pequeña o grande, sencilla o compleja ejerciendo nuestra libertad o libre albedrio de acuerdo con nuestros valores morales y nuestra experiencia que nos otorga nuestros sentidos complementando la conformación de la realidad que nos envuelve.

El doctor Marcelo en el texto  realiza una búsqueda para explicar las implicaciones que conlleva y su propia razón de ser. Analiza desde el plano metafísico la utilidad de la conciencia como ente regulador de las acciones del hombre, permitiendo discernir entre lo bueno y lo malo, predisponiendo siempre lo socialmente aceptable.

Al margen del razonamiento religioso la conciencia se nos presenta como la virtud  que nos acerca a la bondad, a la compasión y a la trascendencia del humanismo practicante. En otras palabras el factor determinante que desencadena las acciones que se eligen de manera consciente es lo que nos hace verdaderamente humanos.

En términos generales la conciencia se relaciona enteramente con el estado de vigilia, es decir, estando despiertos, concentrados, atentos y sin distractores. En términos más profundos se refiere a la capacidad humana de la libre elección haciéndonos responsables de nuestros actos.

En la búsqueda de la explicación de la conciencia nos topamos con diferentes teorías, como la que afirma que la conciencia está delimitada por la colectividad o el ente social, diluyendo el ente individual entre los miembros. Por otro lado también nos dicen que la conciencia es cultural dictada por la época en la que nos tocó vivir y otros más radicales como el psicoanálisis nos explica la conciencia como un acto reflejo de autorregulación de los impulsos naturales.

Coincidiendo con el doctor Marcelo concluimos que la conciencia es el juez insobornable, justo que permite al hombre desarrollar una personalidad sana conviviendo con otros individuos de manera regulada, pacífica y en orden.

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