Ensayo el individuo y la sociedad

El individuo y la sociedad

El individuo nace y vive en el seno de la sociedad. Los intereses del individuo y de la sociedad tienen aspectos similares, por lo que ambos trabajan y cooperan para alcanzar sus metas comunes. La sociedad educa a sus miembros para perpetuarse y sus miembros necesitan de la sociedad para desarrollarse.

En el texto “Cuestiones fundamentales de Sociología” de Georg Simmel, el autor expresa su visión de la relación entre individuo y sociedad equiparando y diferenciando ciertos aspectos y actitudes de éstos. Por ejemplo, menciona que los actos de las sociedades resultan más efectivos al momento de cumplir sus objetivos en relación al proceder de los individuos. Según su definición, esto se debe a que el individuo actúa influenciado por sus sentimientos, impulsos y pensamientos contradictorios. Mientras que el grupo social, pese a cambiar la dirección de sus acciones, se mantiene seguro, firme y sin dudas.

Como afirmó el autor: “La herencia de la especie se transmite con tanta más seguridad a cada individuo cuanto más tiempo se ha ido conservando y consolidando” (Simmel, 2003, p.60). A partir de lo cual, se puede deducir que las relaciones de compromiso, responsabilidad y lealtad de un individuo con la sociedad se verán condicionadas por el período de tiempo en el que el individuo haya sido parte de dicho grupo social.

En el ítem V “La superioridad del individuo sobre la masa” Georg expresa lo siguiente: “Cuando se mira la persona singular como tal y en su conjunto, posee cualidades mucho más altas de las que integra en la unidad colectiva” (Simmel, 2003, p.66). Entendiéndose del fragmento anterior que el actuar del individuo se ve modificado al incorporarse a una agrupación, dejando al descubierto su comportamiento más primitivo. Schiller lo manifestó del siguiente modo: “Cada uno, si se lo mira individualmente, es más o menos prudente y sensato. Si se junta en una corporación, se convierte en necio”.  

En lo referido a las tensiones entre individuo y sociedad, recientemente experimenté una situación de este tipo. Todo esto en el contexto de la paralización estudiantil del primer semestre del año en curso.

En el apogeo de la movilización, la directiva universitaria presentó una recalendarización para dar término al semestre. Esto, sin considerar la postura del alumnado generando desequilibrio en las relaciones entre estudiantes como agrupación social. La posición adoptada por el estudiantado consistía en la no presentación a las actividades re agendadas.

El conflicto y disgusto que resultó de esta situación, me llevó a analizar y cuestionar las decisiones y actuar de mis compañeros, decidiendo finalmente continuar el cierre de semestre individualmente. Preocupándome únicamente de mi bienestar y beneficio personal, sin considerar lo que fuese a ocurrir con mis compañeros.

Según la percepción de Georg Simmel: “El asegurar la existencia, la adquisición de nuevas posesiones, el placer de afirmar y ampliar la propia esfera de poder, la protección de lo adquirido, éstos son los estímulos fundamentales del individuo” (Simmel, 2003, p.59). Fragmento del que se refleja una porción de egoísmo y egocentrismo, ya que existe un excesivo aprecio por sí mismo, atendiendo desmedidamente al interés propio, asemejándose al modo en que decidí, erróneamente, enfrentar la problemática estudiantil.

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