Existen ocasiones en las que no sabemos lo que somos capaces de hacer, porque no pensamos que somos más capaces de lo que creemos que somos, y eso lo descubrimos hasta que otra persona nos lo dice; cuando alguien tiene fe en ti.

         Existen ocasiones en las que no sabemos lo que somos capaces de hacer, porque no pensamos que somos más capaces de lo que creemos que somos, y eso lo descubrimos hasta que otra persona nos lo dice; cuando alguien tiene fe en ti.

Y… cuando alguien tiene fe en ti, es porque ve algo en ti que tú no puedes ver porque a veces no le prestamos mucha atención a las cosas que no pensamos que podrían pasar, y esto es un gran error ya que de esta manera no estamos viendo con claridad las cosas; es como si solo viéramos la mitad de todo el panorama (y, la mayoría de veces es el de color rosa, y no el de blanco y negro) por lo cual creemos o nos hacemos ideas falsas sobre todo lo que nos rodea y nuestra capacidad, tanto física como mental.

Nosotros mismos nos ahogamos con nuestros propios pensamientos, y es que estos son tan poderosos que, por ejemplo si tú piensas que puedes lograr algo; lo harás, aunque eso implique mucho sacrificio, al final de todo tú lo conseguirás, pero si por el contrario tú piensas que no puedes hacer algo solamente te estas poniendo barreras que piensas no podrás traspasar; en esos casos debemos de recordar que estas barreras no solo se pueden traspasar; sino también podemos escalarlas, rodearlas, romperlas, o buscar alguna otra opción para librarnos de ellas.

Pero antes de que podamos romper estas barreras seremos probados, probados por nosotros mismos; por lo que somos capaces de hacer, por la manera en la que afrontamos las cosas, por como reaccionamos ante noticias (ya sean positivas o negativas) de fuerte impacto, por como entramos en desesperación o mantenemos la calma en momentos de pánico, en general por todo lo que hacemos y somos.

Para lograr cambiar nuestra forma de pensar y de esta manera mejorar nuestro entorno lo primero que tenemos que cambiar es el concepto de nosotros mismos, resolver preguntas como ¿quién soy yo?, ¿cuál es mi propósito en esta vida?, ¿qué estoy haciendo para cumplirlo?, ¿lo estoy haciendo bien?, ¿me siento capaz de cumplir mis sueños y metas?, ¿me veo haciendo realidad lo que un día fue para mí un deseo inalcanzable? Y si la respuesta a estas dos últimas preguntas es un no, urgentemente debemos comenzar a darle órdenes a nuestro cerebro de quien somos, de que estamos hechos y del poderoso potencial que hay en nuestro interior.

Ahora bien, la forma en la que nosotros pensamos influye mucho en nuestra vida cotidiana puesto que de nuestros pensamientos depende nuestra manera de actuar frente a una situación o simplemente como comportarnos con una persona.

Los malos sentimientos (como la depresión, la ira, el resentimiento, la culpa…) merman nuestra fuerza y los buenos pues nos hacen sentir bien.

Es imposible sentirse mal y tener buenos pensamientos a la vez. Si nos sentimos mal es porque tenemos pensamientos que nos hacen sentir mal, y atraemos más cosas malas. Si nos encontramos mal y no hacemos ningún esfuerzo por cambiar nuestros pensamientos no podremos superarnos. Por lo tanto hay que tener buenas emociones y sentimientos, y ellos nos atraerán más buenos sentimientos y cosas que nos hacen sentir bien.

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