Kantismo

Kantismo

 La noción de conocimiento trascendental define a la filosofía kantiana, como un nuevo modo de concebir el conocimiento en general. En su caso, a la epistemología se descartan los caracteres racionales y empiristas que está conlleva. De este modo plantear el conocimiento trascendental tiene tres términos, el primero, predominio del sujeto en el conocimiento trascendental dónde esté adquiere una importancia ante la epistemología y además evoluciona.

La segunda Kant invierte por completo los dos términos, en primer lugar, la atención va a centrarse en el sujeto y en segundo lugar este se hace activo respecto del sujeto.

Al final están las condiciones del conocimiento dónde Kant pretende llevar a cabo su análisis desde la raíz misma del conocimiento.

Nuestras sensaciones están enmarcadas en el espacio y el tiempo gracias a la sensibilidad. La sensibilidad puede ser externa o interna. Por la interna percibimos cosas que suceden en nuestro interior, mientras que por la externa sucede lo contrario, percibimos hechos y cosas externas.

El tiempo es interno y el espacio es externo.

Para Kant, su investigación paralela nos revela que el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad, o sea que son subjetivos, nosotros les damos ese sentido gracias a nuestra experiencia

El idealismo de Kant es algo extraño, el es idealista a medias. Su forma de pensar sobre el espacio y el tiempo ve al mundo de una manera subjetiva, haciéndolo sensible de tal modo que lo reduce a ideas, viéndolo de una manera que el sujeto es constituyente de su propio entorno.

Kant vuelve al conocimiento humano, esa idea que crea estructuras en subjetivas en su mente, haciendo que el conocimiento científico no sea excluido y se convierta esto en una reflexión

Kant entiende por metafísica a el conjunto de psicología, la teodicea y la cosmología que tradicionalmente se conectaban con el alma, Dios y el cosmos respectivamente.

 Para Kant, la conciencia general es lo que nos hace consientes del os niveles de nuestra persona: el conocimiento y la acción. El nivel del conocimiento hace competencia a la razón teórica, mientras que el nivel de la acción corre a cargo de la razón practica

Kant plantea a la voluntad como libre y autónoma. No está obligada a ningún acto en concreto. Kant dice, “La voluntad buena no lo es en virtud de lo que hace o ejecuta, no por su idoneidad para la consecución de algún fin propuesto, sino por el querer”

La libertad y la autonomía de la voluntad suponen un avance importante de la Crítica de la razón practica sobre la Crítica de la razón pura. Kant llega a la voluntad, que, al obrar, se libera de todo condicionamiento, escapado al influjo de la categoría de la casualidad, esto significa que la voluntad autónoma se sitúa en un mundo neumenico construyendo así una metafísica imposible desde la perspectiva de la Crítica

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