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La Ética de la obediencia


Enviado por   •  30 de Marzo de 2019  •  Reseña  •  1.113 Palabras (5 Páginas)  •  142 Visitas

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La ética de la obediencia” Lectura de Milgram[pic 1][pic 2]

Reporte

Todo el mundo quedó consternado después del holocausto y puede que muchos se hicieran la pregunta del ¿por qué?; cómo fue que personas que obedecían la ley, respetuosas de ellas cometieran los más grandes crímenes. Si analizamos esto, nos daremos cuenta de que las personas a cargo de los campos de concentración nazis, las personas que operaban las cámaras de gas, las personas que cometieron homicidios contra miles de judíos; no eran más que personas comunes y corrientes, oficiales que, al quitarse el traje, eran personas respetuosas de la ley; no asesinos ni psicópatas, personas comunes y corrientes. Pero, ¿Qué es lo que llevo a estas personas a cometer los actos más terribles? Stanley Milgram nos demostró con sus experimentos que personas comunes y corrientes pueden hacer lo que se les ordene a través del concepto de “la persona autoritaria”, la cual no es más que básicamente recibir órdenes y efectuarlas como tal con el simple hecho de que alguien es superior y tiene autoridad. El experimento de Milgram consistía en llevar a personas comunes a un cuarto donde un experimentador le daba las instrucciones de efectuar cargas eléctricas a un segundo sujeto. Dicha persona tenía la capacidad de elegir entre continuar obedeciendo al experimentador o desistir. Los resultados fueron sorprendentes; ya que el gran porcentaje de los que participaban, llegaban hasta el final del experimento a pesar de escuchar las quejas de quien recibía las descargas (quien solo actuaba), solo por el simple hecho de que se les ordenaba. En este experimento se observó el comportamiento de las personas, la importancia de la autoridad. Milgram también aplicó variables en este experimento: se percató que el contacto entre víctima-verdugo afectaba la obediencia de los participantes; aquellas personas que veían a la victimas sufrir el daño, desistían de la tarea; aún más se negaban si tenían que interactuar directamente con la víctima (tener que tomar la mano de la víctima y colocarla donde se le dará la descarga). Por el contrario, el porcentaje de obediencia se incrementaba conforme más lejanía se tenía con la víctima; aquellas personas que no tenían ninguna interacción con la victima (no veían, no escuchaban, solo accionaban los interruptores) eran quienes más participaban en esto. El experimentador igual influye mucho en esto, cuando Milgram añadió al experimento un segundo experimentador (el cual tenía el papel de estar de desacuerdo con el primer experimentador), el nivel de obediencia era nulo. Igual participa en este tipo de comportamiento la “acción secuencial”, podríamos describirlo como el pantano de la conciencia; donde el verdugo quien ya ha iniciado el experimento; le es imposible detenerse en cuanto más continua y esto a su vez trae algo más: el sentimiento de complicidad con el experimentador, quien ahora comparte un vínculo el cual hace sentir al verdugo más aliviado. Milgram fue atacado por este experimento ya que mostraba una realidad que nadie quería ver; pero este comportamiento llega con aun más claridad en el experimento de Philip Zimbardo el cual consistía en encerrar a dos grupos de personas comunes y darles roles: unos como guardias y otros como presos. Esto desencadeno unos resultados escalofriantes; los guardias o mejor dicho personas comunes y corrientes al darles poder sobre otros son capaces de las más grandes maldades. El efecto durmiente es la capacidad de todo individuo para despertar ese instinto de violencia que permanece “dormido” si se le dan las circunstancias necesarias. Todos poseemos este efecto, pero no todos lograremos despertarlo, al menos que se nos produzca la situación necesaria para hacerla despertar.

Comentario personal:

Todos alguna vez hemos sido parte de esto, seguir la autoridad sin cuestionarla, ya que esto implica que hacemos lo correcto. Podemos infringir daño sin siquiera saberlo, estamos tan arraigados a seguir ordenes que a veces lo hacemos sin cuestionar. Esto también implica seguir roles sociales como los son los grupos, tendemos a hacer lo que hacen los demás y olvidar nuestra individualidad. También podemos hacer despertar ese instinto de maldad en cada uno de nosotros, esto ocurre fácilmente y es lo más común, cuando se obtiene poder, las personas las cuales fácilmente se les otorga poder sobre otros, es más fácil que despierten este istinto.

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