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La ética estoica: la importancia que daban los estoicos a la parte ética de la filosofía


Enviado por   •  4 de Marzo de 2017  •  Resumen  •  978 Palabras (4 Páginas)  •  614 Visitas

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La ética estoica: la importancia que daban los estoicos a la parte ética de la filosofía puede ilustrarse mediante la descripción que de la filosofía hizo Séneca, (presentar la filosofía como la ciencia de la conducta). La filosofía versa ante todo sobre la conducta, el fin de la vida, la felicidad, consiste en la virtud, en la conformidad de la acción humana con la Ley de la naturaleza o de la voluntad humana con la voluntad divina. Vive de acuerdo con la naturaleza.

En consecuencia, el fin ético consiste, según los estoicos, en la sumisión al orden divinamente impuesto por Dios en el mundo.

Para el hombre, la vida según la naturaleza significa la vida conforme a razón.

La definición que da Zenón del fin humano es, vivir en conformidad con la naturaleza, lo cual quiere decir vivir una vida virtuosa, puesto que a lo que la naturaleza conduce es a la virtud, entendiendo por ésta no solamente nuestra propia naturaleza, sino la naturaleza del universo.

¿A qué viene, pues, andar diciendo al hombre que acate las leyes de la naturaleza, si en ningún caso puede dejar de someterse a ellas? Los estoicos respondían que el hombre es racional y, por ende, aunque siempre haya de actuar según las leyes naturales, tiene el privilegio de conocer esas leyes y aceptarlas conscientemente. De lo que sigue que la exhortación moral tiene una finalidad: el hombre es libre para cambiar de actitud interior.

El resultado es que, estrictamente hablando, ninguna acción es en sí misma buena o mala, porque el determinismo no da lugar a la acción voluntaria ni a la responsabilidad moral, mientras que en un sistema monístico el mal solo es mal cuando se ve desde un punto de vista particular: todo es bueno y justo. Parece que los estoicos aceptaron – al menos teóricamente – la idea de que no hay acciones que sean malas de suyo, en sí mismas, y que Zenón admitió que ni siquiera el canibalismo, el incesto o la homosexualidad son en sí mismos malos.

La maldad moral es cosa de la voluntad humana y de la intención.

Cleantes declaraba que el ser humano sigue necesariamente la senda que le marca el Destino.

El sabio es aquel que sigue conscientemente la senda del Destino. (Séneca).

Al hombre se le considera libre para mudar de actitud interior y adoptar una sumisión y resignación más bien que de rebelión.

Tomaban en cuenta ciertos valores, el sabio es libre para elegir los valores superiores y para evitar los superiores. Todo lo que no sea ni virtud ni vicio tampoco será bueno ni malo, sino indiferente. La virtud es una disposición conforme a la razón, deseable en sí misma y por sí misma y no causa de alguna esperanza o del temor de algún motivo externo.

Algunas cosas son preferibles, otras rechazables, y otras, en fin, indiferentes en un sentido más estricto.

  1. Las cosas que concuerdan con la naturaleza y a las que, por lo tanto, se puede atribuir valor.
  2. Las cosas que son contrarias a la naturaleza y, por lo mismo, carentes de valor.
  3. Las cosas que ni valen ni dejan de valer.

De este modo construyeron una escala de valores. El placer es un resultado o un acompañamiento de la actividad, y nunca puede ser un fin.

Sobre este punto había total unanimidad entre los estoicos, aunque no todos iban tan lejos como Cleantes, quien llego a sostener que el placer no es conforme a la naturaleza. Las virtudes cardinales son la prudencia o el discernimiento moral, la fortaleza, el dominio de si o la templanza, y la justicia. Estas virtudes o se dan todas juntas o faltan todas, es decir, que quien posee una de ellas las posee todas.

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