La importancia de pensar: opinion

La importancia de pensar: opinion

        En la actualidad consideró que las personas jóvenes tienen la tendencia de dejarse llevar por modas o tendencias solo por el simple hecho que “los demás las están haciendo” y el “miedo” de quedarse afuera. Eso no quiere decir que se dejen llevar por cualquier cosa ya que hasta cierto punto ellos deciden que hacer.

        Tampoco quiere decir que nadie sea inmune a las modas, ya que esto implicaría que fuera de igual manera inmune a los sesgos, cosa que considero improbable.

        Es cierto que no existe una única filosofía de vida aplicable para cualquier circunstancia o problema, o sea, tampoco existe una única manera de pensar que se adapte completa y correctamente a todo momento de nuestras vidas. Algunas veces pensamos (o nos limitamos a no hacerlo) que ciertas cosas, acciones o actitudes ajenas a nosotros no influyen en la manera que actuamos, pero es todo lo contrario.

        Muchas veces las personas se quedan en silencio porque quieren evitar conflictos y problemas, optan por la vía fácil de la vida: la vida intelectualmeten pasiva. Al día de hoy una parte considerable de las personas ha acogido una filosofía de vida cómoda que aspira a ser libre de apuros, presiones, problemas. Así que el problema de decidir que hacer o cómo pensar se ve resuelto en la frase que expone el texto: “todos lo están haciendo”.

 La persona individual está en el proceso de desaparecer y  ser reemplazada por un colectivo que piensa, actúa y elige igualmente porque “todos lo están haciendo”.  

Pero vale la pena preguntarse, ¿Hasta que punto estas modas y tendencias interfieren, o llegarán a interferir, con los ideales y valores de las personas individuales?¿Las modas globales podrán algún día reemplazar la cultura y ellas misma convertirse en una cultura global? En lo personal creo que no. Por lo menos, no en su totalidad. Cada cultura tiene características especiales que solo pueden aplicarse a esa misma cultura, y estas características pueden tener algún tipo de equivalente o no en otras culturas.

        De igual modo no considero saludable una vida dedicada exclusivamente al ejercicio de pensar, en mi opinión creo que sería extremadamente blanda y sobre todo  improductiva.

        Considerando lo anterior puedo llegar a la siguiente conclusión: el equilibrio de la vida individual está, naturalmente, en una proporción del ámbito personal y social; y esta misma proporción puede variar en cada persona en relación con sus objetivos, metas, moral, y lo más important, sus convicciones.

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