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La leyenda del planeta tierra


Enviado por   •  2 de Abril de 2019  •  Trabajo  •  1.521 Palabras (7 Páginas)  •  129 Visitas

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La leyenda del planeta Tierra

Hace ya muchos años se cree que en un remoto y ahora inhabitado sistema solar, existió un Edén encarnado en un planeta llamado “Tierra”, este planeta estaba habitado por innumerables especies de animales, cada una tan fascinante como disímil a las demás, toda la diversa fauna convivía en armonía en los diversos ecosistemas con los que contaba este planeta, que igualmente eran extensos, variados y muy hermosos; además los registros más antiguos dicen que  tres cuartas partes de la superficie total de la Tierra estaba cubierta por un líquido traslucido llamado agua, que era vital para las especies que ahí moraban, pero… ¿Eso era lo más característico de tan ficticio lugar? ¡No! Lo que lo hacía un planeta único sin duda alguna era su exclusividad: era el único lugar en todas las galaxias hasta ahora conocidas por la raza humana que tenía oxígeno natural, y no solo eso… su atmósfera evitaba que el oxígeno se filtrara al espacio, y su capa de ozono protegía a todos los habitantes del planeta de los rayos UVC que despide el gran astro. En la superficie (donde no había agua) crecía abundante flora, una gran variedad de plantas de todos colores y olores… ¿Y porque no sabores? He escuchado que algunas de estas plantas eran comestibles, ¡Era un verdadero oasis de la vida!... O debería decir, me imagino que lo era. Para ser sincera solo repito lo que desde pequeña he escuchado: un simple cuento de dormir para niños. Yo no conocí ni conoceré nunca ese planeta. Todo esto que estoy contando son simplemente leyendas que cuentan los tripulantes más ancianos que afirman haber vivido en la Tierra y que anhelan que algún día arribemos en un planeta similar.  Ellos eran muy pequeños cuando todo comenzó, pero esas imágenes aún permanecen muy  nítidas en su memoria.

Mi nombre es Aledís, tengo 18 años. Nací y crecí en la estación espacial “Hércules”, creada y puesta en órbita hace 70 años aproximadamente por un científico anónimo que con su valiosa contribución evitó que la raza humana desapareciera. Actualmente “Hércules” se encuentra perdida en algún lugar del inmenso universo, sin rumbo definido. La vida aquí en la estación espacial es muy difícil… Jamás he respirado eso a lo que una viejita muy amiga mía llama “aire puro” y que anhela con todas sus fuerzas. Aquí respiramos oxígeno artificial, creado en un laboratorio que constantemente lo limpia para poder reutilizarlo; se podrán imaginar que siempre tiene un olor extraño. La comida es escasa, no hay un espacio abordo donde cultivar los alimentos ni podemos criar animales para su consumo por cuestiones sanitarias, así que todo lo que comemos es producido a bordo igual que el aire. La comida está hecha de plástico y como consecuencia casi siempre hay gente enferma. Pero lo peor de todo es que conforme pasa el tiempo la población crece y crece, viceversa al espacio que disminuye y disminuye. El aire se ensucia más rápido y las porciones de alimento son cada vez más pequeñas, siempre tenemos hambre. La semana pasada se terminó la última reserva de agua artificial, ahora la limpieza será un lujo que no podremos darnos, y ya me imagino las enfermedades que en poco tiempo nos esperan… Mi madre dice que en un futuro no muy lejano comenzaran a bajar a los tripulantes enfermos y viejos. Yo no sé que les pase ahí afuera, ya que nadie ha salido jamás, pero no creo que sea nada bueno que te abandonen en medio de la nada...

Pero… ¿Qué le pasó a la Tierra? ¡Muy buena pregunta! No es físicamente posible que un planeta desaparezca de su órbita de la noche a la mañana.  Este tema realmente me obsesiona y ya que en “Hércules” no hay  mucho que hacer, me he dedicado a buscar libros viejos de biología y ecología para hallar la razón de nuestro trágico presente: Se dice que al inicio de todos los tiempos, cuando la Tierra era un planeta nuevo, todo era armonía y equilibrio. Sin embargo, 4 millones de años después de la aparición del primer brote de vida llamado “árbol”, nació una especie denominada “raza humana”, que sería la perdición de su hogar. Los seres humanos eran animales como los demás: vivían al aire libre y se alimentaban de plantas comestibles y de otros animales, aunque siempre con medida. Se preocupaban mucho por no agotar los recursos que la tierra les daba y así eran felices. Pero algo terrible sucedió, algo que ultimó el equilibrio hombre-naturaleza que por 180,000 años se había bien conservado: el hombre comenzó a evolucionar, se estableció y se volvió sedentario. En un abrir y cerrar de ojos se volvió más inteligente que todas las demás especies, lo que le otorgó el dominio de la superficie de la Tierra.  Comenzó a agruparse y se volvió un animal territorial, la tierra estaba en constante compra-venta como si fuera una mercancía. Se volvió también egocentrista y capitalista, fijándose únicamente en el propio bienestar. Comenzó a inventar cosas que le facilitaran los quehaceres cotidianos. Con el pasar de los años se crearon ciudades, pero los bosques y selvas estorbaban al progreso de la humanidad, así que ¡Adiós plantas! ¡Adiós arboles! ¡Adiós animales! Los humanos comenzaron a aumentar su población en cifras alarmantes y descomunales ya que su nuevo hábitat era muy favorable para la reproducción, y el hombre tuvo que buscar la manera de satisfacer sus necesidades alimenticias a toda costa, fue así como inició la explotación masiva de la tierra. Y después vinieron más inventos, como los medios de transporte, al inicio impulsados por animales y fuerzas de la naturaleza, más tarde por gasolina y motores eléctricos, después vinieron los aerosoles, eran muy prácticos para pintar, peinarse, e inclusive aplicar medicamentos… pero todas esas cosas causaron daños severos, no a la raza humana claro está, sino a la capa de ozono, que fue acuchillada y rasgada como un trapo viejo. ¿Los campos? Fueron reemplazados por grandes ciudades y carreteras de concreto para facilitar la comunicación entre ellas y por lo tanto el comercio. ¿Y toda el agua? Se llenó de las sobras de la ciencia y el progreso, todo lo que desechaban los humanos iba a parar a su fuente de vida, se llenó de químicos hasta quedar inservible. ¿Los animales? Algunos fueron cazados para servir como alimento al hombre, otros fueron cazados simplemente por diversión, hubo especies que se quedaron sin hogar cuando su ecosistema natural fue reemplazado por ciudades, muchos más fueron empleados para realizar el trabajo del hombre, otros para su diversión y entretenimiento y un grupo muy reducido fue adoptado como mascota… Pero sin excepción alguna todos tuvieron un mismo final: la extinción.

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