Louis Althusser –“Ideología y aparatos ideológicos del Estado”– y de Marco Palacios –“Legitimidad elusiva”
Enviado por kokishi • 31 de Agosto de 2017 • Reseña • 994 Palabras (4 Páginas) • 349 Visitas
Pedro Luna Llorente
Teoría Biopolitica y del Poder.
Ciencia Política – Universidad El Bosque
Ensayo 3
Si aceptamos la tesis del filósofo francés Louis Althusser de que “toda la lucha política de clase gira en torno al Estado […], es decir, a la toma y a la conservación del poder del Estado por una clase determinada o por una alianza de clase o de fracciones de clases”, (p. 188) entonces me permitiré proponer en este ensayo que en Colombia el Estado ha sido el medio en virtud del cual el capitalismo se implantó, y, más aún, se fortalece y mantiene.
Miremos:
1- El Frente Nacional es una alianza “de clases” políticas entre dos partidos: Conservador y Liberal, para llegar al poder.
2- La lucha de clases se planteó entre esas élites políticas y los campesinos, que en algunos casos se perfilaban como empresarios agrícolas (caso cafeteros).
3- A partir del Frente Nacional, la hipótesis de implantar el capitalismo se evidencia en el “dirigismo” hacia un país industrializado y urbano.
Apoyado en estos argumentos, pretendo traer los ensayos de Louis Althusser[1] –“Ideología y aparatos ideológicos del Estado”– y de Marco Palacios[2] –“Legitimidad elusiva”– con el fin de sustentar mi inferencia del país que se impulsó desde el inicio de la República Liberal (1930) hasta la finalización del Frente Nacional en 1974.
El Frente Nacional fue un acuerdo bipartidista entre elites con el fin de buscar beneficiarse mutuamente para turnarse el poder, enriquecerse y traer al país la paz y la democracia. Pero estas aspiraciones no lograron su cometido y más bien profundizaron sus estrategias de exclusión a los grupos emergentes, que trajo como consecuencia el fortalecimiento de las guerrillas, el surgimiento del narcotráfico y abstencionismo electoral. “El frente nacional acentuó los principios de represión de las disidencias política, de control y cooptación de los sectores populares y de las clases medias emergentes, mediante la ampliación de las redes de patronazgos y clientelismo, alternativa a la construcción del mundo de la ciudadana” (p. 239)
La clase obrera estaba inconforme porque quería mejores condiciones laborales, como reducción de horas de trabajo, mejor remuneración, etc., mientras los campesinos no estaban de acuerdo en que “la tierra era el principal obstáculo para acumular capital”. Las elites creían que el sector agrícola no era sostenible ni generaba riquezas para ninguna de las partes (campesinos y políticos), pero los campesinos creían que cambiando que una buena reforma agraria permitiría una alta producción de alimentos y general empleo en el campo. Es evidente el conflicto de intereses de los dos sectores sobre el país que debía construirse, en el caso de campesinos y obreros: “su visión del mundo no está impregnada por la lucha de clases, sino por la conciencia de sus carencias omnipresentes: la ignorancia y las enfermedades a las que atribuyen sus escasas posibilidades de emplearse y de mejorar sus condiciones de vida”. (p. 253)
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