Metafísica de la dignidad humana
Enviado por Camila Desiree Corrales Yari • 9 de Diciembre de 2022 • Ensayo • 2.237 Palabras (9 Páginas) • 110 Visitas
Metafísica de la Dignidad Humana
Tomás Melendo
(Resumen por: Camila Desiree Corrales Yari)
- Fenomenología de la dignidad humana
Dignidad constituye una sublime modalidad de “lo bueno”, puesto que está en una categoría superior.
Se desarrollará qué es lo que hace a un determinado tipo de bondad, en razón de su particular eminencia, le corresponda el apelativo de dignidad. La dignidad es un concepto relativo a lo bueno. Su fundamento último es la interior elevación de un sujeto. (Lo que no es íntimamente noble, superior, no puede expresarse como tal y será visto como postizo).
El punto terminal de referencia y el origen de la voluntad reside en la suprema valía interior del sujeto que la ostenta. Hay entonces en la dignidad dos elementos importantes: la superioridad en la bondad y la interioridad de semejante realeza. La definición que abarca estos dos supuestos y el denominador común de otras definiciones es: aquella excelencia o encumbramiento correlativos a un tal grado de interioridad que permite al sujeto manifestarse como autónomo. Este se apoya o sustenta en sí. Por lo tanto, es digno.
Esta definición sugiere que la dignidad se relacione a dos cosas. Por un lado a lo majestuoso, aquello que se encumbra al afirmarse y descansar en sí, sin necesitar de lo que le circunda ni sentirse amenazado por ello. (Ejemplo: Presencia de un león o de un soberano). Por otro lado, a lo que adquiere superioridad mediante la interioridad, como el rey se repliega a veces sobre su interna grandeza para expresar algo, y es esto lo que lo ha hecho merecedor del cargo, la interioridad personal. También un pastor, cuando se aleja del mundo para realizar algo y prescindir de cuanto lo rodea. (Esto elimina la dependencia a exterioridades).
Se puede también decir que una persona actúa con dignidad cuando sus operaciones no parecen poner en juego al núcleo constitutivo de su ser. (Se acepta castigo, injusticia, ya que se sabe que nada afectara su grandeza) El sujeto digno entonces se encuentra asegurado en su solidez interna, sin necesidad de exterioridades.
A partir de esto se reconoce que la sensación de dignidad se ve favorecida con el desprendimiento de lo exterior (bienes materiales), puesto que, al no poseerlos, el ser, se muestra suficientemente radicado en su valía interior, al punto de que lo circundante parece superfluo y puede renunciar a ello.
- Ontología de la dignidad humana (Estudio del ente en general)
La ontología considera a la dignidad humana desde lo absoluto. Lo absoluto es aquello que reposa en sí mismo y se muestra autárquico. Por lo tanto, la dignidad es la bondad superior que corresponde a lo absoluto. De todos modos, para entender la significación de la dignidad del hombre, habremos de responder a: ¿De qué modo y manera puede considerarse absoluta la persona humana?
- El sujeto humano, un cierto absoluto
- Hombre es absoluto en cuanto se encuentra inmune o desligado de las condiciones empobrecedoras de la materia. No depende ella intrínseca y substancialmente. Su acto de ser descansa en el alma espiritual, desde la que emanan cada una de las dimensiones corporales del sujeto (Todos los actos que realiza el hombre relacionados al alma, muy superiores a los del animal o planta). Resultan entonces los actos del hombre como personales. La persona en sí no es parte de un todo, es un sujeto eterno.
- La índole absoluta de cada ser humano se refiera a una acabada independencia axiológica frente a todos y cada uno de los componentes de su misma especie. Valor constituyente de cada persona humana no surge de una relación subordinante respecto a sus con géneros (todas las personas). Cada absoluto humano se encuentra desligado de la propia especie a la que pertenece, por elevación.
- La persona es fin terminal, una meta en sí misma. Por su trascendencia respecto a su materialidad y por destacarse frente a los demás integrantes de la propia especie, el sujeto humano se recoge en sí mismo y aparece dotado de autonomía. Es un fin en sí y no un medio para lograr otra cosa. De esta forma se deduce que la persona es digna de ser amada, porque no es meramente útil, querida en función de otro, sino como un fin y bien en ella. Por esto, cuando se usa al ser humano, manipulándolo o como instrumento, se está transgrediendo su grandeza constitutiva.
- Hacia el fundamento metafísico de la dignidad humana ¿Será la libertad la causa de la dignidad en el hombre?
Sobre este punto los filósofos discrepan. Por un lado, Kant ve la libertad como la autonomía de una voluntad erigida en principio sin principio de sí misma (Hombre absoluta y plena libertad). Por el otro, Tomas De Aquino, ve el libre obrar como un medio privilegiado para acceder hacia el acto de ser hombre y así llegar al fin definitivo que es Dios.
Autor afirma que se tomará la postura de que el hombre goza de un cabal señorío (poder) por sobre las operaciones que lo conducen a sus distintos objetivos. Su obrar descansa o reposa en el interior del sujeto que lo ejerce, algo que no se da totalmente en los seres inferiores.
Los animales o plantas son operantes, pero no lo hacen propiamente desde sí. Esto es propio del hombre, el que tiene el principio frontal autónomo, siendo capaz de obrar desde sí mismo, rechazar atracciones sensibles, no ser obligados a reaccionar de una manera y detener los influjos que llegan a él. Por tanto, aunque elija esas atracciones o influjos que se le presentan, el hombre interrumpe el flujo material de estas interacciones corporales (toma una decisión respecto a ellas) por lo que estas presentan un nuevo origen en él, descansan en él. En los ámbitos superiores, en el hombre, este es estrictamente libre, ya que actúa el hombre desde lo más íntimo y propio de sí, tomando la iniciativa.
Se concluye entones que existen muchas acciones humanas que reposan frontalmente en el sujeto: operaciones que representan novedad (origen en el hombre ya que son detenidas en él) el hombre es su origen y aquellas que el hombre crea.
Por lo tanto, se reconoce que la libertad entrega una elevada condición al ser humano y, por lo mismo, una eminente dignidad. La libertad, aunque claramente le da una grandeza a su poseedor, no es la causa o fundamento definitivo de la dignidad. Sí nos da indicios acerca de la eminencia del ser personal humano. La insondable realeza del sujeto humano reposa cabal e íntegramente en la posesión de un acto personal de ser. Por esto, aunque un ser esté impedido de entendimiento y voluntad libre, cualquier indicio de un ser personal (figura humana naturalmente animada) es razón suficiente para mostrar supremo respeto y reverencia, puesto que este ser se encuentra provisto de sublime dignidad de un ser de persona. Como dice Santo Tomás “toda la nobleza de cualquier cosa le pertenece en razón de su ser; ya que ninguna grandeza derivaría para el hombre de su sabiduría si por ella no fuese sabio; y lo mismo puede decirse de las restantes perfecciones”.
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