Muchas personas nos pasamos la vida en una zona de confort de la cual jamás queremos salir, porque nos sentimos demasiados comodos que nunca pensamos

El conformismo nos está matando

Muchas personas nos pasamos la vida en una zona de confort de la cual jamás queremos salir, porque nos sentimos demasiados comodos que nunca pensamos en    algo diferente,ya sea por la seguridad económica que nos brinda un trabajo, por la seguridad emocional que nos genera una relacion o por cualquier otro tipo de circunstancia que nos impide ver más allá. Y todo esto es a causa del conformismo.

Pareciera que muchos seres humanos aprendimos a quedarnos donde estamos, porque claro: “la vida se puede poner muy difícil si uno se arriesga a hacer algo diferente”. Nos pasamos la vida quejándonos de lo que no tenemos, de lo que no conseguimos, de las oportunidades que sí tienen los otros, del dinero que no tenemos y sobre todo de lo muy infelices que somos.

Es muy fácil quejarnos de la vida, de todo lo malo que nos pasa a diario, pero esos problemas se los busca uno mismo.

Muy difícilmente nos adaptamos al los cambios y esto porque no conocemos el increíble valor que podríamos tener al transformar nuestras propias vidas.

Esta gran verdad nos enseña que el conformismo es una prisión mental que nos convierte en prisioneros de nuestra propia condición. Su influencia hace que pensemos que es mejor quedarse en el mismo lugar,  que los cambios implican grandes riesgos,  pensamos que una oportunidad queda fuera de nuestro control y por lo general no hacemos planes porque ocupa nuestro tiempo. Este tipo de efectos hace que frecuentemente culpemos a otros por nuestra falta de progreso. Por lo tanto, es muy común que nosotros como personas prisioneras en nuestra mente presentemos excusas ante alguna oportunidad de progreso.

No nos gusta hacer algo diferente en nuestra vida ni queremos tomar la responsabilidad de querer transformar nuestro futuro. Por lo cual la mayoria tratamos de esquivar y evitar los cambios. Tenemos anhelos pero nunca logramos ponerlos en acción porque simplemente no estámos dispuestos a pagar el precio.

Una persona que es conformista nunca invierte tiempo ni dinero en su preparación.  Un gran ejemplo, somos la mayoria de los estudiantes que nos conformamos con aprobar, cuando podemos sacar mejores resultados e incluso becas, pero la falta de sentido de superacion y actitud hace que no queramos dedicarle tiempo a los estudios y terminamos siendo personas conformistas.

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