Nuevas antropologias

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Antropología filosófica (2)

Comentar: situación actual del hombre

“las nuevas antropologías”

En ambos textos (un fragmento de “ENTRE RAZON Y RELIGION” de Habermas y Ratizinger y fragmento del “¿por qué es única la biología? De Ernest Mayr) se trata de la nueva imagen del hombre. Los dos se complementan la presentación de la preocupación que tiene nuestra sociedad sobre la descripción del ser humano. Al mismo tiempo resultan la orientación de la búsqueda del conocimiento del hombre desde que se le clasificaron dentro del reino humano (influenciado por el Darwinismo) y se ha podido comparar sus características con las de mamíferos superiores como por ejemplo los primates. Se abrieron entonces las puertas a la investigación con el humano mismo.  El deseo de encontrar al ser humano perfecto que sea la medida de la naturaleza humana está conduciendo a la debilitación de valores fundamentalmente humanos.

Frente a esta situación me hago una pregunta ¿existe una identidad humana?

 Por un lado, pienso que podría ser que el ser humano sea el único ser vivo que no tuviera una identidad propia y razón por la cual todas las generaciones y todas las culturas intentan construirla a su medida. Y, por otro lado, me pregunto si no será esa misma preocupación por definir la identidad humana la causa de toda la evolución de la especie. Esta evolución que nos da sensación de alejarnos de nuestra propia identidad de ser en relación con otros, de la alteridad. Porque cuando observamos las nuevas maneras de traer al mundo al hombre, nos preocupa la falta de relación interpersonal que muchas de ellas conllevan.

Para empezar, debemos entender que el hombre no es solamente una masa de células. En consecuencia, sería pobre reducir la búsqueda de su comprensión al campo exclusivamente científico. Porque sus técnicas para observar y experimentar al ser humano, incluso para observar en él las afirmaciones o saberes que sostienen otros campos nos dan seguridad. En nuestra mentalidad necesitamos de pruebas perceptibles y justificables para sostener nuestros argumentos. Sin embargo, no olvidamos que el hombre transciende al campo científico. Es el único ser que construye su ser personal en interrelación con otros seres. Por lo cual su identidad y su perfección no debería centrarse simplemente en la cuestión biológica. Sino más bien en la conjugación harmoniosa de todos los aspectos que le hace ser persona: aspecto fisiológico, emocional y relacional.

Es cierto que la evolución de la ciencia y de sus métodos de investigación constituyen el primer medio de conocimiento del ser humano pero su realidad va más allá de las pruebas del laboratorio. Porque el hombre producto de la experimentación, una vez sale al mundo empieza la tarea más difícil: la conquista de su lugar en el mundo y su identificación con él. Empieza a preguntarse sobre quién es “ÉL” en realidad. Las respuestas que formulan son resultado de la comparación con los otros individuos y con el entorno. Este hombre encuentra su felicidad en integración en la sociedad en la que se desarrolla. Podemos experimentar esta preocupación para hacerse sitio en el mundo que le rodea observando a un niño pequeños. Titubea entre el egoísmo y la colaboración. Lo que hace al pequeño distanciarse progresivamente del comportamiento puramente instintivo es la socialización con los que le rodean. Al principio la socialización en el niño es algo instintivo o reflejo de supervivencia, pero a medida que va creciendo va controlando su medio de socialización y decidiendo con quién socializarse y como beneficiar de estas interacciones. Este aspecto escapa al control de la selección humana (ni la natural de Darwin ni la selección artificial producto de la evolución de la ciencia y de la tecnología) una vez que el individuo no es sujeto de experimento. El hombre es un ser relacional sin esta relación no podía construir su ser personal.

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