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Ontologia y Episteme de las Imagenes


Enviado por   •  20 de Junio de 2016  •  Ensayo  •  2.773 Palabras (12 Páginas)  •  261 Visitas

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Diego Andrés Cipolla        Noviembre 2015

Ontología y Epísteme Fotográfica

Supervivencia de las imágenes mágicas

en la actualidad

        ¿Cual es la manera mas directa de transmitir un recuerdo? Las imágenes son seguramente el medio que activa mas rápidamente nuestra memoria. Pero no solo nos afecta a nivel emocional y personal, también nos referencia a otros elementos instaurados socialmente en nosotros y a un nivel mas primario dentro nuestro. La foto de una vieja mascota, la ilustración en la tapa de un libro, una nube que se parece a otra cosa, un cartel de velocidad máxima, el color de una salida de emergencia. Todas estas son convenciones, que se fueron construyendo a la largo de nuestra vida en sociedad, y gracias a ellas somos capaces de comunicarnos con otras personas, así como también con la naturaleza.

        En nuestra civilización moderna la imagen se utiliza extensivamente en muchos aspectos. Pero vamos a centrarnos en uno en particular que no ha cambiado a lo largo de los siglos, y que siempre acompañó a la raza humana. Las imágenes mágicas.

        En su libro “Vida y muerte de la imagen”, Regis Debray resume a las imágenes mágicas como un intercambio del hombre hacia una fuerza desconocida, a cambio de protección o favores.

        

        “Yo dependo de fuerzas formidables y me voy a servir de mis herramientas de dibujar y cincelar para depender menos de ellas, incluso para obligarlas a intervenir en favor mio”

        Históricamente el ser humano ha creado ficción para nombrar e identificar aquello que no es capaz de comprender. Cuando no sabíamos el porque de los rayos, nació Zeus. Cuando creíamos que el sol nos vigilaba, y no sabíamos bien porque estaba allí arriba, lo llamamos Ra. Para los romanos, los vientos eran controlados por Venti. Poco a poco fuimos entendiendo y descifrando los misterios que nos rodean, entendiendo porque se manifiestan, y librándonos de esas deidades mitológicas para reemplazarlos por algoritmos y mediciones del clima, entre tantas otras cosas.

        Pero hay un solo aspecto que hace que las religiones y creencias sobrevivan en un mundo tan racional y tecnológico como el de hoy día. La muerte y el mas allá.

        La ciencia nos da una respuesta que no satisface a nuestros miedos: “nada”.

        Entonces es aquí donde todas nuestras creencias toman vida, crecen a la par nuestro, y compiten día a día con nuestra racionalidad.

        Las religiones nos han acompañado a lo largo de nuestra historia, siempre interviniendo en la creación de civilizaciones, sociedades, y costumbres. Todas contienen discursos fuertes, acompañados por historias proféticas del pasado. La representación de estas historias en símbolos fue siempre clave para la propagación de su influencia. Nos someten, nos educan, nos enseñan. Nos adoctrinan en una manera de ser. No mala, ni buena. Pero nos marcan un estilo de vida, una personalidad que debemos seguir.

        En aquellos inicios del Cristianismo, el boca a boca era el principal método de comunicación de la fe. Mas adelante, antes que el establecimiento de las escrituras, la creación de simbología. Luego, las imágenes, pinturas y esculturas. El medio de comunicación fue cambiando y adaptándose época tras época.

        Entonces, ¿porque no evolucionó un paso mas? ¿Porque no tenemos fotografiás en las iglesias en vez de pinturas o estatuas? ¿Es esto indicio de lo lejanas que están nuestras creencias?

        La fotografía es demasiado real para la religión.

        Como método de representación, la pintura y escultura brindan mejores servicios a la religión. Claro está que en un principio era lo único que tenían. Ofrecía la vista de algún acontecimiento bíblico terrenal o celestial. Algo majestuoso que el espectador nunca antes había visto, y solo se lo habían contado. Ahora le era posible observarlo con detenimiento. Era real. Estaba allí.

        Las tendencias artísticas fueron evolucionando acorde a las necesidades de la religión. Del arte ornamental de la edad media, a la arquitectura gótica, la pintura renacentista, y la contrarreforma barroca. Pero luego en cierto punto, algo quedó establecido y esto dejo de evolucionar. A fines del siglo 19, la iglesia se decidió por conservar un estilo artístico fuera de la vanguardia, desalentando el uso de las nuevas corrientes y la reciente aparición de la fotografía.

        La religión nos estaba quedando lejos y tomar una fotografía de un señor desconocido, posarlo ficticiamente como si estuviese muerto en una cruz, y ponerlo impreso bien grande detrás de un altar, solo lograría alejarnos mas de esos cuentos mágicos que nos están contando.

        Por eso necesitan de una pintura genérica. Una expresión artística muy alejada de la realidad para nuestra actualidad de bombardeo fotográfico. ¿Podríamos acaso ir a adorar la fotografía de un hombre cualquiera que dice ser San Cayetano y pedirle que nos de trabajo? ¿No rompería esto con la irracionalidad de lo que estamos haciendo? La estampita con la pintura del santo, no es mas que la interpretación artística que produce un ser humano cualquiera. Y es probable que el artista se haya basado en un humano real para pintarla. Sin embargo al no verse tan real como una fotografía, libera a la imaginación y nos transporta a un mundo que no es el que vivimos todos los días, y nos permite entrar en lo ilógico y espiritual mucho mas fácilmente. Sin distracciones racionales.

        Los poderes que les atribuimos a nuestras imágenes son infinitos. A través de ellas podremos conseguir trabajo, curar a alguien, pedir una cuota extra de fortuna económica, o simplemente suerte en un examen. Desde un santo en una estampita, hasta una pata de conejo, la foto de un abuelo o los calzoncillos de la suerte. Todo esto nos ayuda a lidiar con otro de los mas grandes problemas que el ser humano no es capaz de resolver: el azar.

        A ciencia cierta el azar no existe. Por ejemplo, el número que queda mirando hacia arriba cuando tiro un dado a la mesa podría perfectamente ser calculado teniendo los datos necesarios. Dirección del viento, peso y forma del dado, materiales que intervienen, fuerza y dirección emprendida. Hasta la mas mínima intervención como el contacto del dado en el aire con partículas de polvo y suciedad podría ser tenido en cuenta para el resultado final. Es un calculo tan exhaustivo para solo calcular la caída de un dado que llevarlo a niveles superiores y mas complejos sería imposible. Entonces, es mas fácil decir que tengo una de seis posibilidades de acertar al arrojar un dado, y atribuir el resto al azar.

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