Propio
Enviado por Panchyto • 23 de Agosto de 2015 • Ensayo • 366 Palabras (2 Páginas) • 146 Visitas
Me resulta fascinante el modo en el q ella y yo solíamos vernos a los ojos, la mayoría de veces su mirada era tan centrada y concentrada y no, no era una q te incomodaba ni te hacia querer ir a otro lado, en realidad lo que mas dseabas de ella era seguir estando ahí, nadie sabría nunca lo q pensabas, ni siquiera ella, sabias q ella era fria, incluso cortante, muchas veces te dejo de hablar un buen rato, a veces ni en casa la encontrabas sin aviso, solía tener desplantes no tan importantes, muy rara vez era celosa, tenía una forma tan sutil y perfecta de mantenerse a distancia mientras tu deseabas cada vez tenerla mas cerca.
Y quizá, eso era lo q mas te atraía de ella, su forma tan rara de ser, el q en un instante te hiciera sentir tan despreciado e insignificante pero q de un modo espontáneo te dijera ¡me encantas!
Yo solía contarle las historias más lindas que conocí, intentaba mantenerla entretenida y divertida, a cada día que pasaba ella se empezaba a hacer mas importante para uno, jamás temiste que no estuviera pero no estuvo cuando mas la necesitaste, querías decirle todos los días cuanto la querías, cuanto la adorabas, incluso cuanto la deseabas, pero a veces dolía más decirlo.
Su respuesta más común era un silencio prolongado en el que tu lo único que pensabas era "ella no siente lo mismo", no te menospreciabas, simplemente intentabas interpretar sus acciones y respuestas.
Y lo peor del caso es que siempre temiste a lo peor, si no estaba en casa cuando la visitabas de sorpresa, una voz de celos ardiendo te decía la peor situación que se te podía imaginar, en esos momentos, la voz se convertía en el mejor narrador que pudiste haber conocido, nunca entendiste como funcionaba y hasta hoy no lo has logrado, esa manía tan tonta aún permanece presente y latente entre romances que se tienen.
Los peores días se convierten en aquellos donde el silencio es propicio para recordarla, donde tu mente divaga entre terrenos de recuerdos no de a cada paso se comienza a desmoronar poco a poco el mundo que desde su separación has intentado construir.
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