¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN LIBERADORA?

¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN LIBERADORA?

La verdadera riqueza de las naciones son las personas, y  el objetivo del desarrollo humano debe ser la “creación de condiciones que permitan que las personas disfruten de una vida larga, saludable y creativa” (PNUD 1990, 10). El desarrollo humano debe entenderse como el proceso de ampliación de opciones, libertades y capacidades de las personas con el fin de que puedan gozar de salud y bienestar, y tener acceso a los conocimientos y a los recursos necesarios para vivir una vida digna.

El desarrollo humano de la persona se sostiene en la educación. Durante muchos años Latinoamérica y el mundo han ensayado con distintos modelos de educación, hemos pasado del positivismo al humanismo. Del humanismo al modelo neoliberal. Se han dado extensas atribuciones al estado o se ha tomado a las políticas educativas como intereses de mercado. La equidad, la calidad (incluyendo igualdad, efectividad y eficiencia en la gestión educativa de los sistemas) y la relevancia de la educación continúan siendo cuestiones críticas en la educación.”(Freire Paulo, p.24)

        Más allá de la temporalidad de los gobiernos y de los múltiples cambios de pedagogías y estrategias metodológicas está el maestro en su clase; una pequeña comunidad en la que diariamente se compromete y se cuestiona en el cómo lograr una conciencia social desde su realidad cotidiana. ¿Cómo hacer para transformarse en un verdadero difusor de su propia identidad cultural y de un conocimiento universal? ¿Cómo aislarse de un analfabetismo funcional y pasar a una lectura de los diversos problemas que aquejan a nuestra sociedad descompuesta, que clama por un cambio?

        “Una reforma responsable debe ser respetuosa de los tiempos y modalidades culturales, de las demandas específicas y del derecho de los sujetos de la comunidad educativa a participar de la reforma de su educación, la de sus hijos o la que los compromete como docentes” ( (Puiggrós 1996) Me parece que todos estamos involucrados en un cambio profundo de la educación rompiendo paradigmas y dando cabida a nuevos proyectos que tengan que ver con la esencia de la persona humana.

El proyecto de una educación liberadora es un proceso y una  búsqueda continua desde la esencia del ser hasta la reconciliación entre la inteligencia y el pueblo. Liberar es hacer de la educación y la cultura hechos naturales que cambien nuestra historia y  transformen a los individuos en una unidad intelectual y ética.

Este proceso de unidad-social es una nueva concepción del mundo y de la realidad, en educación existe una relación entre el educador y el educando porque los dos interactúan nutriéndose de conocimiento de los unos y a los otros. Hablar de libertad es hablar de liberar al estudiante y al maestro sobrepasando el simple hecho de llevar al aula tan solo un currículo propuesto por la autoridad  sin haberlo filtrado desde un cuestionamiento profundo. “Toda educación auténtica tiende a formar una personalidad completa, capaz de orientarse lúcida y críticamente” (Gramsci 1987).

De acuerdo a Quaderni en su libro El Materialismo Histórico hay que considerar varios puntos de importancia como el significado de crear una nueva cultura y convertirla en elemento de orden intelectual y moral, creando así una hecho filosófico y participativo en una nueva sociedad. Esta nueva cultura, debe tomar en cuenta también el saber popular, el folklore y el saber de las generaciones que nos antecedieron, estas tienen un gran valor y son un punto de partida para crear una auto-conciencia.

“El proceso educativo es un constante ejercicio hacia la liberación, al descubrimiento de los problemas y de sus soluciones, al ejercicio de la creatividad y desarrollo de la criticidad. Se busca un cambio estructural de la sociedad de modo que se puedan superar las relaciones de dominación, de discriminación de competitividad, la explotación para lograr construir relaciones de paz, de justicia, de participación”. (O. 2012). Parecería ser una conclusión muy fácil si todos estuviéramos de acuerdo en una educación liberadora que sanaría las quiebras humanas y las crisis políticas. Me parece un arduo trabajo que compromete las creencias de la educación adquiridas, rompe todo paradigma establecido, dejándonos a los maestros y alumnos un largo trecho de diálogo y construcción. Este proceso implica el olvidar el individualismo, la competencia y la repetición.

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