Qué es eso que llamamos filosofía

Qué es eso que llamamos Filosofía

No es una tarea sencilla definir aquello a lo que llamamos filosofía, esto es así por sus particulares características: es ambigua, porque es tanto un conjunto de saberes como una actividad; es rebelde porque su esencia es cuestionarlo todo pero más aún lo establecido, el poder; y es caótica porque a diferencia de la ciencia no se trata de un saber acumulativo y progresivo, de hecho es más lo que destruye que lo que construye, nada de lo que se afirma es permanente, no se trata de saberes clausurados, muy por el contrario está sujeta a la crítica constante de todo y por todos, la filosofía vuelve sobre sí misma permanentemente, es una materia sin supuestos. 

Ahora bien a la hora de emprender esta epopeya  podemos recorrer dos caminos diferentes, (dos entre los infinitamente posibles). Por un lado podemos adentrarnos en la historia de la filosofía entendiendo en cierta forma que la filosofía es lo que los filósofos hicieron de ella. Así, repasar algunas definiciones, sobre que representaba la filosofía para Platón, para Aristóteles, para Descartes, y así sucesivamente. Bueno este camino lo vamos a ir recorriendo clase a clase, aunque como podremos observar una de las mayores dificultades de este camino es la diversidad de opiniones que los filósofos tienen acerca de la filosofía. En última instancia y llevado al extremo, casi como una caricatura, no estaría mal afirmar que hay tantas definiciones de filosofía, como filósofos existen y existieron en este mundo. 

La otra gran estrategia es de carácter práctico, o dicho de otro modo, el otro camino que podemos tomar para entender qué es la filosofía, es filosofando.  Es decir, ya no estamos hablando de filosofía como un sustantivo, sino como un verbo. Como una acción. Se trata de una disposición crítica, un extrañamiento de lo cotidiano, un cuestionarlo todo, y todo el tiempo. La filosofía busca el por qué de todas las cosas, los fundamentos racionales. En filosofia es mas importante la pregunta que la respuesta, porque no es un saber clausurado ni acumulativo, sino que constantemente vuelve sobre sí misma, y toda respuesta que se plantee ante un problema filosófico es siempre de carácter provisional y está sujeta a ser criticada y “superada”. Eso es lo fantástico y la vez caótico  de la filosofía. 

Ahora bien podemos usar de ejemplo la deconstrucción etimológica de la palabra filosofía para ilustrar ambos caminos antes mencionados:

Philo= Amor/Amistad

Sophia=Conocimiento/Sabiduría

La definición viene de los griegos, quienes no se consideraban sabios, sino aspirantes a la sabiduría, es decir, no poseían el conocimiento, sino que deseaban contemplarlo, una buena vida para Aristóteles era una vida contemplativa.

Ahora bien de dicha etimología surge la pregunta, de si por ejemplo el amor para los griegos representaba lo mismo que para nosotros, o a qué significado de amor atendia esa palabra. Yo puedo amar la docencia, puedo amar a mis hijos, puedo amar una comida, puedo amar muchas cosas. Y si esto es así ¿Se trata del mismo tipo de amor? Y en caso de que lo fuera ¿Podemos hablar de gradualidades? Por otra parte el conocimiento o la sabiduría (sophia) ¿Es uno solo colectivo y objetivo? ¿O es más bien, algo individual y subjetivo?

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