Reflexion de la ilustración de Kant

¿Nos atrevemos a pensar?

Kant nos habla de la ilustración como la liberación de nuestra minoría de edad, en cuanto a la minoría de edad se refiere a la incapacidad de servirnos de nuestro propio entendimiento y no porque no seamos capaces dice, sino por pereza y cobardía. Es que es tan fácil seguir el razonamiento de otros sin ni siquiera hacer el pequeño es fuerzo de cuestionarse el porqué de las cosas, alguien que nos dictamine que hacer y como actuar todo el tiempo de manera que a través de esto perdamos la iniciativa de usar nuestros propios razonamientos, esta idea de Kant sigue muy vigente en la actualidad solo basta echar un vistazo a nuestro alrededor y observar el rebaño de sociedad que tenemos, un monto de personas consumistas de ideologías las cuales les dice a cada uno como debe de pensar o actuar. Últimamente con el auge de los podcasts las personas han tomado esta como una herramienta de servirse de un conocimiento del otro cosa que me parece bien, pero en exceso se ha vuelto una problemática porque la mayoría de los individuos toman lo dicho de estos espacios de audios como verdades absolutas sin ni siquiera hacer el trabajo de investigar por su cuenta o bien sea razonar sobre el tema abordado, esta se ha convertido a la vez como un reemplazo del método de indagación porque para muchos es más fácil escuchar u observar un video de menos de 60 minutos acerca de un análisis que hacer este mismo por su cuenta, se puede decir que parte de la población les encanta que le regurgiten conocimiento a priori que esforzarse en tomar todos los puntos de vista y hechos del tema, vale recalcar que muchos de esto podcast no son objetivos y se basan en el juicio propio u opinión de quien lo realiza.

También podemos reflexionar sobre como Kant toma como ejemplo a los clérigos de cómo se oculta una doble verdad con lo que se dispone o predica para el publico y que en privado pueden pensar, razonar y cuestionar lo dicho, pero nos dice que si hace esto no podría administrar sin sentir sus reproches de su conciencia y tendría que renunciar. Esto nos abre a la posibilidad de que el cuestionamiento en sí perpetua el espacio ocupado por la fe y nos lleva a la duda dejando de creer fielmente en lo que se nos dictamina, ¿puede una religión estar abierta a cuestionamientos mismos de sus dogmas?, la respuesta es que si lo hace estaría quemando sus cimientos con el debate y la crítica, por lo tanto el cuestionamiento en si y uso de la razón es la llave a la duda y esta desarticularía nuestros paradigmas y base de lo que conocemos como verdad llevándonos así, ¡a servinos de nuestro propio conocimiento!

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