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Relación Descartes y Parménides.


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2016  •  Ensayo  •  1.495 Palabras (6 Páginas)  •  1.217 Visitas

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Justificación

        El texto seleccionado para el comentario es Discurso del método, Meditaciones metafísicas, de René Descartes; este libro me pareció conveniente para relacionar el contenido del filósofo griego Parménides visto en clase, aunque no solo de este autor también puede relacionarse con Heráclito, debido a que en estas Meditaciones, Descartes trata de alcanzar y definir las bases, tanto de las ciencias como de la filosofía, las cuales parten de la demostración de la existencia de ciertos entes o principios (como Dios o el pensamiento), así, Descartes quiere eliminar todo rasgo de inseguridad, de incertidumbre, que imposibilita el saber genuino y certero.

Esto es importante porque, si bien Descartes se centra en la demostración de un Dios mediante distintos argumentos, sin embargo en el texto él habla de la “esencia” de las cosas, es decir, intenta descubrir qué son las cosas y cómo suceden, lo cual se asimila bastante a la postura de Parménides con respecto al ser y a los entes, por lo tanto, toca temas y afirma proposiciones que se puede relacionar muy bien con Parménides.

Además, considero que las meditaciones metafísicas de Descartes es una obra muy flexible, con esto me refiero a que puede ser visto/analizado desde distintas posturas y partes de la filosofía, puede verse desde la epistemología y desde la metafísica también.

Resumen del Texto

Como mencioné brevemente en la justificación del trabajo, Descartes tiene como principal objetivo la demostración de Dios por medio de algunos razonamientos lógicos, un Dios entendido como substancia infinita, eterna, omnisciente, omnipotente, debido al cual todas las cosas que existen,  además de definir las bases del conocimiento, también estudia en esta obra la naturaleza del hombre, que está compuesta por lo que él llama la “res cogitans” (pensamiento) y la “res extensa” (cuerpo). Se puede decir que Descartes busca encontrar la verdad de las cosas a través de la razón, una verdad absoluta e inmutable.

La obra contiene en total seis meditaciones, en cada una aborda distintos temas y problemas, en la meditación primera afirma que para buscar y encontrar la verdad irrefutable, de la cual no es posible dudar, se necesita de un conocimiento sin incertidumbre, por esta razón hay que diferenciar lo que es verdaderamente real de lo que no, para lograr esto es necesario dudar de todo, excepto de aquello de lo que no se pueda dudar de su realidad, incluso debemos rechazar nuestras ideas más queridas si no son verdaderas, puesto que no sirven, ni valen nada. Incluye en esta meditación el término del genio maligno (nos hace dudar de todo lo que proporcionan los sentidos).

En la segunda meditación es donde introduce su famosa frase “pienso, luego existo”; solo hay una cosa de la cual Descartes está seguro, que ni siquiera el genio maligno lo puede hacer dudar, y es de eso precisamente, de que está pensando, puesto que todas esas cosas que están alrededor por más falsas que sean no impiden que pueda pensar en ellas.

Ya en la tercera, cuarta y quinta meditación Descartes comienza a dar una serie de argumentos para demostrar la existencia de Dios, mediante la epistemología e incluso mediante la ontología.

Comentario

        Personalmente, creo que el argumento ontológico donde mejor se expresa la identidad del ser con el pensar se da tanto en Parménides como en Descartes, es por esta razón que creo que hay una estrecha relación entre ambos.

Parménides afirma que el ser es y no es posible que no sea, como sí lo acepta Heráclito. El no-ser no es y no puede ni siquiera hablarse de él. Me resulta muy claro que Parménides considera al ser y a la habilidad de pensar de igual manera, afirma que el pensar y el ser son una y la misma cosa, así como lo hace Descartes, por otro lado, este último sostiene que es imposible que un ser finito, es decir el ser humano, piense un ser infinito, refiriéndose a Dios, sin el auxilio de éste (de Dios). Por lo tanto, Descartes le atribuye la capacidad de pensar a Dios, es decir, gracias a este Dios podemos pensar, de esta manera, se puede referir el ser en Descartes a Dios.

Continuando con Dios, Parménides no lo menciona de tal manera como lo hace Descartes, sin embargo, las características que le otorga Parménides al ser son sumamente similares a las que Descartes le otorga a Dios. Parménides afirma que el ser es increado, es eterno, indestructible, es completo, infinito y lo más importante, sin movimientos o cambios, este ser lo es todo, no tiene ningún principio o arjé en concreto, dichas características se las otorga Descartes a Dios, el cual es, además, perfecto. En mi opinión, en ambos pensadores la idea de Dios es ya el ser de Dios, pero de diferente modo, mientras Parménides se subordina ontológicamente al ser, en Descartes hay algo más profundo y se refiere a que el ser es ya un acto del pensamiento puro o sea de Dios.

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