Self narrativo

Al leer el texto de Goolishan y Anderson: “Narrativa y self. Algunos dilemas posmodernos de la psicoterapia", encuentro dos citas que manifiestan claramente características propias del pensamiento posmoderno y son las siguientes:

En el mejor de los casos, no somos más que coautores de una narración en permanente cambio que se transforma en nuestro sí mismo, en nuestra mismidad. Y como coautores de estas narraciones de identidad hemos estado inmersos desde siempre en la historia de nuestro pasado narrado y en los múltiples contextos de nuestras construcciones narrativas.

El "yo" no es un sujeto o sustancia preexistente, en el sentido epistemológico o metafisico; es un sujeto hablante, así como el sí mismo es nuestro modo de modificar permanentemente, a través del lenguaje, nuestras acciones, nuestro pasado, presente y futuro (Gadamer, 1975). Del mismo modo que cualquier buen narrador, entretejemos todos las piezas en una trama única. Según esta concepción posmoderna, el sí mismo no es una entidad estable y duradera, sino una autobiografia que escribimos y reescribimos en forma constante, al participar en las prácticas sociales que describimos en nuestras siempre cambiantes narraciones.

En ellas, se plantea claramente el pensamiento posmoderno al afirmar que no hay naturaleza o realidad dada sino que la persona se va construyendo mediante las narraciones (propias y de los demás) que la contienen. El “Self” es entendido como una entidad a conocer, como narrador y productor de significado a través del lenguaje. No se considera al “si mismo” desde una concepción metafísica como un núcleo fundamental, sino como una expresión cambiante de nuestro relato. El self se desarrolla en la interacción social, a partir de la comunicación con otros, y por ello es dinámico y describe autobiografías en constante devenir.

Y es aquí donde se plantea la disyuntiva entre self encapsulado y self narrativo, ya que para el posmodernismo no es correcta la concepción del “self encapsulado” como “núcleo fundamental e inherente a la condición humana fundada en la definición metafísica de sustancia”, sino que, por el contrario, postula la idea de “self narrativo” afirmando que el concepto de “realidad” se funda en el de “narración” y por ello no hay una verdad objetiva, sino muchas verdades narrativas.

Sin embargo no es necesario negar la existencia de la persona como entidad metafísica para reconocer la incidencia del contexto y del lenguaje en la constitución de la identidad. Es posible hacerlo relacionando el concepto de persona de Romano Guardini (como ser conformado, fundado en la interioridad, determinado por el espíritu y creador) y los conceptos de incomunicabilidad ontológica (como imposibilidad de comunicación a través del ser) y comunicabilidad operativa (a nivel del obrar, el diálogo y los afectos), para poder de esta manera, tomar los aspectos positivos del construccionismo social, que tienen que ver con la posibilidad de re-contar aquellos relatos que nos permitan una comprensión de las dificultades y una posibilidad de cambio narrativamente alcanzable, sin dejar de lado la importancia de la concepción metafísica de persona como un fin en sí mismo. 

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