Uno de los fundamentos del libro escrito por Nietzsche es el del preguntarse por los orígenes de la moral.

Uno de los fundamentos del libro escrito por Nietzsche es  el del preguntarse por los orígenes de la moral.  Hoy en día la moral se hace presente de forma tan potente en el individuo que se da por sentado que rige nuestro actuar, y hasta nuestro pensar. La moral es un pilar dentro de la sociedad, que manipula,  crea y, a la vez, destruye. Para comenzar hay que preguntarse  ¿Cuándo y cómo comienza la moral? La moral que ha imperado durante 20 siglos tanto en el occidente como en el oriente ha sido la moral cristiana. En el libro “la genealogía de la moral” Nietzsche la cuestiona duramente preguntándose ¿es positivo o negativo para nosotros esta moral? ¿Por que surge? Toma a la moral cristiana como objeto de toda crítica y busca con esto una respuesta de cuál debería ser una moral justa y correcta. Lo mismo, la cita que se utiliza para argumentar en este ensayo, son las preguntas que se plantea Nietzsche para comenzar los argumentos de su libro.

 La moral vendría naciendo en los tiempos de Sócrates, en el cuál se establece qué es lo bueno y lo malo, según la iglesia. La iglesia como tal ha venido de forma trascendental en la existencia del ser humano, nace en el instinto en el creer, tener fé a un ser poderoso que nos creo y maneja nuestro destino. La iglesia, al ocupar como fundamento el ideal de la creencia, cautiva al pueblo y les dice que es lo correcto y como ocupar sus vidas. Nos es ni la primera ni la única entidad que aparece en el mundo con este tipo de ideal: el totalitarismo, sectas religiosas, grupos políticos; son tan solo ejemplos de todos los grupos que han manejado a la sociedad mostrando sus verdades como únicas. La moral nace en los tiempos del poder mismo de la iglesia, en el que tenían tan vasto poder que imponían sus ideas como únicas, y frente a grandes multitudes de gente. La moral sería la perspectiva que la misma iglesia le da a vida, con un sentido atractivo para la gente (como en el totalitarismo). Dado que a la gente en esos momentos le daba miedo la muerte y los problemas metafísicos que surgieron en ese momento, la iglesia planteaba una segunda vida, un lugar donde se les recompensaría la bondad y al imperante se le castigaría. Como plantea Nietzsche, la moral la crea el débil para el débil, debido al sentimiento de la impotencia. El débil al no poder superar al fuerte crea su propia moral, en el que muestra al fuerte como al malvado y el débil como el bueno. En la actualidad se demuestra que esta idea de lo bueno y lo malo no ha cambiado, la moral vigente sigue impuesta por la iglesia en el que el bueno es el que va a la iglesia, el que es menos cavado por la sociedad y que su tranquilidad se encontrara en el más allá. La importancia que le da las personas a la moral es en demasía, ya que no solo se guía en su actuar, en su pensar y en el trato social las personas se preocupan por actuar “bien” frente a los demás.

Este actuar frente a la sociedad lleva ciertas consecuencias; si bien es importante vivir en sociedad para asegurar la prosperidad de la especie, impide al ser humano ser lo que es el hombre como tal, natural. Enfermedades como depresión, casos de asesinatos, el mismo sentimiento de envidia y el odio, se pueden explicar a través de la misma sociedad;  para vivir en sociedad, necesitamos normas, reglas que nos rijan y nos limiten para vivir en armonía. Pero las reglas en las que se vive en la actualidad nos impiden vivir de forma natural, la moral cristiana habla de una vida después de a esta, alejando a la persona del mundo terrenal donde se encuentran todos los males; y según esto se interpreta que la moral cristiana niega a la vida, niega el vivir y el poder superarse a uno mismo, y muestra como lo correcto lo débil, la aceptación del fracaso y la mediocridad. Como se vive  en sociedad no se permite hacer lo “malo”, no se puede  actuar cruelmente, expresarnos con libertad ni ser instintivos. Como la moral de la sociedad actual exige actuar de forma prudente al individuo, este comienza a enfermarse; niega su naturaleza y no puede vivir. Según F. Nietzsche el hombre no podría exteriorizar la crueldad, quizás no es del todo correcto plantearlo como “crueldad”, pero sí es correcto afirmar que el hombre no puede actuar de forma libre, es el instinto y la libertad de actuar lo que hace al hombre como un ser libre, lo que debería ser. Pero como vive en sociedad, estos sentimientos que deberían exteriorizarse, se acumulan dentro del individuo, este mismo se va dando cuenta de que no es libre, y comienza sintiéndose oprimido. Como causa de esta opresión, el humano torna los sentimientos no exteriorizados negativos, y dirigidos hacia sí mismo. Esto mismo se puede ver en la realidad de dos casos extremos: los creyentes religiosos y los ateos. Ambos son resultados de la moral cristiana en la cual no existe individuo apartado de ella, la gente nace en ella, criado y formado a través de lo que se nos enseña: lo bueno y lo malo. Se pueden dar dos resultados a partir de criarse en ella: aceptar la moral cristiana,  ser débil y limitarse a lo que muestra como correcto la iglesia, no poder superarse ya que no existe razón para ello, la recompensa de la prudencia del vivir es la vida eterna y todo que se crea superior será castigado; y por el otro lado el ateo, el ateo es aquél que niega la moral de la iglesia y se pregunta por si mismo que es lo correcto, teniendo como consecuencia la constante superación de sí mismo y el poder de la voluntad; estas tomadas como interpretaciones de la sociedad actual.  La negación de vivir nace del miedo a ella, el de equivocarse y sentirse solo en el mundo, esta negación convierte al hombre débil, pero no solo se encuentra en el que nace como débil, si no que hasta el hombre más fuerte, en algún momento, se vuelve débil.

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