Y tú, ¿Por qué mientes?

Y tú, ¿Por qué mientes?

Por: Carlos I. Olguín Lissa.

Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.

-Paul Joseph Goebbels (1897-1945)

¡Los hombres siempre mienten! Es una afirmación que se oye a menudo, es utilizada por un gran número de mujeres. Y dicha frase ha trascendido por los años, se ha vuelto un tema muy celebre, digno de parodiarse. Pero, ¿es eso cierto? ¿Los hombres siempre mentimos?

Para no recaer en estereotipos, quiero cambiar el sentido de la pregunta a un tono más universal, lejos de las definiciones modernas de esta palabra, quiero que dicha pregunta sea planteada hacia la humanidad en general, tanto hombres como mujeres. ¿De verdad las personas estamos inclinadas a mentir? Me gusta como suena más así, ahora me planteo si de verdad los seres humanos mentimos día a día porque es natural para nosotros el no decir la verdad.

Pero antes que nada debo definir que es en sí una mentira, debo definir que es el acto de mentir. Porque, ¿qué sentido tiene defender un ideal si no sabes que es? Una mentira de acuerdo con el diccionario de la real academia de la lengua española se define como: decir o manifestar lo contrario a lo que se sabe, se cree o se piensa. Y ahora que sabemos que significa mentir, ¿Por qué lo hacemos?

Para responder a esta pregunta se plantean demasiadas cuestiones, éticas, políticas, religiosas, etc. El punto de este ensayo no es atacar a alguna organización, sino el simplemente cuestionarnos porque realizamos dicha acción, y preguntarnos a nosotros mismos si de verdad está mal mentir.

De acuerdo con el periódico argentino “La Nación” en su artículo: “¿Por qué mentimos? Nos responde que: desde pequeños algunos hemos realizado dicha acción, ya sea para librarnos de un castigo o para no quedar mal con algún familiar. Por lo que mentir parece justificado, y aunque no parezca que sea lo correcto para todos, quizá haya sido la opción correcta que tomar.

A veces hay que mentir para proteger a tus seres queridos, hay momentos en que la ignorancia es la mejor opción. Ya sea desde un caso tan ridículo como el hacer un spoiler sobre alguna película, hasta el conocer algo que te pueda causar problemas en un futuro; como si por casualidad te topas en el momento equivocado a la hora equivocada en el lugar equivocado.

La información es un arma muy poderosa. Y dicha arma tiene una fuerza mayor a la de cualquier arma de destrucción masiva, un arma capaz de crear catástrofes. Y un ejemplo perfecto de esa arma es el holocausto de la segunda guerra mundial, ocasionado por los alemanes que creían en la filosofía de Hitler.

Según Adolf Hitler: “Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña”, un argumento muy válido, y más que nada aplicable en la realidad. Basta con ver el caso de los medios de comunicación masiva, basta con ver las noticias del día a día. A fin de cuentas, parece que Hitler no se equivocó, las grandes masas si sucumben ante grandes mentiras.

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