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Actitud Filosofica


Enviado por   •  28 de Octubre de 2012  •  3.280 Palabras (14 Páginas)  •  1.214 Visitas

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MG. MARITZA ASENCIO MANTILLA

2012-2

1º. MOTIVACIÓN / EXPLORACIÓN / PROBLEMATIZACIÓN

2º. INFORMACIÒN BÁSICA

1. ACTITUD COTIDIANA

En la vida cotidiana, mediante la socialización internalizamos un conjunto de actitudes y conocimientos que nos ayudan a vivir en sociedad, por lo que los asimilamos acríticamente. Encontramos básicamente dos actitudes: la actitud espontánea y la actitud mítica frente al conocimiento.

1.1. ACTITUD ESPONTÁNEA

El conocimiento es una de las actividades fundamentales del hombre. Gracias al conocimiento, el hombre orienta su existencia en el mundo y aprende a dominar la realidad. Primariamente, el conocimiento es un instrumento de defensa y acción, el más eficaz medio de que dispone el hombre para subsistir y operar en el mundo. "Saber es poder", decía Francisco Bacon, dándonos a entender que conociendo aumentamos nuestras fuerzas, podemos dominar la naturaleza y enriquecemos nuestro ser.

Conocer los efectos del fuego, por ejemplo, es aprender a precavernos de los daños que él puede causar y también aprender a usarlo en nuestro provecho. Igual cosa ocurre con todos los conocimientos, simples o complicados, que podamos llegar a poseer.

Esto que hemos dicho se aplica a todos los hombres sin distinción. Todos, de una manera o de otra, conocemos. Todos, espontánea, naturalmente, adquirimos sin cesar conocimientos y nos servimos de ellos en el curso de nuestra vida diaria. Podemos decir por eso que hay una actitud natural, cotidiana o espontánea de conocer propia de todos los hombres.

Los conocimientos que adquirimos en esta actitud están estrechamente vinculados con nuestros impulsos más elementales, con nuestros sentimientos y nuestros intereses, y por lo general se refieren a los problemas inmediatos que la existencia nos plantea.

Estos conocimientos son ganados por nosotros un poco al azar, y así también, sin orden ni sistema, los conservamos y los empleamos. Como los hemos adquirido espontáneamente, no se nos ocurre revisarlos y seleccionarlos cuidadosamente. Forman casi parte de nuestra naturaleza y creemos firmemente lo que nos enseñan. Por lo demás no disponemos de un método seguro para probarlos, de un criterio bien establecido para distinguir lo que es verdadero y lo que es falso en ello. Al conjunto de estos conocimientos adquiridos y usados en actitud espontánea, cotidiana o natural se le llama saber vulgar.

1.2. ACTITUD MÍTICA

Justamente por no ser sistemática, la actitud espontánea puede dar lugar a la actitud mítica. Aunque la antropología no ha llegado a una conclusión unánimemente aceptada en cuanto al significado y valor de los mitos, las siguientes consideraciones parecen bastante obvias: todas las culturas tienen mitos, lo que muestra qué estos y la actitud vital fundamental que los genera deben descansar en cuestiones de absoluta necesidad para el hombre; y las necesidades básicas del hombre se refieren a dos géneros de problemas:

• Problemas relativos a su vida práctica, tales como la obtención de alimentos, la victoria en la guerra, la cura de las enfermedades, la procreación, etc.

• Problemas teóricos en la comprensión del mundo: es común a todos los seres humanos la necesidad de comprender cómo es el mundo, de qué entidades está poblado, de dónde viene el grupo al que uno pertenece y en último término la especie humana misma, qué se sigue tras la enfermedad y la muerte, etc.; todas las culturas han intentado dar soluciones teóricas a estas grandes cuestiones, y, hasta la aparición de la filosofía y la ciencia, las soluciones han tenido la forma de mitos o leyendas y de descripciones religiosas.

La cuestión fundamental en la que se resumen los dos géneros de problemas anteriores y en la que hay que situar una de las claves para la comprensión de la actitud mítica es la angustia ante el futuro y ante la ignorancia del entorno.

La actitud mítica genera mitos, ritos y fetiches como instrumentos fundamentales para la resolución de aquellos problemas básicos. La facultad que más interviene en la creación de mitos, ritos y fetiches es la imaginación.

Cabe destacar tres rasgos en la “lógica” de la actitud mítica:

1. Personifica y diviniza las fuerzas naturales: la muerte, la vida, el amor, el trueno, la guerra, la fertilidad, la lluvia... son dioses a los que se les puede pedir una inter¬vención beneficiosa para el individuo y el grupo mediante oraciones y plegarias.

2. Los sucesos del mundo se hacen depender de la voluntad de un dios: si no llueve ―o si llueve en exceso― es porque no se ha rendido culto adecuadamente al dios de la lluvia; si una enfermedad diezma nuestro poblado es porque un dios está irritado con nosotros; si perdemos la guerra es porque el enemigo tenía dioses más pode¬rosos que los nuestros...

3. Los objetos tienen propiedades distintas a las naturales: una piedra ―tras el ritual correspondiente por el que se convierte en talismán―, es mágica, no posee sólo las propiedades naturales (peso, tamaño, dureza...), además con ella cura¬mos enfer¬medades, convocamos a los dioses o a los espíritus...

Mediante los mitos el hombre conseguía dar una explicación a los distintos acontecimientos de su vida, tanto los relativos a cuestiones concretas pero fundamentales de su existencia (el desenlace de una batalla, la muerte de un amigo...), como a los grandes problemas de la vida (el nacimiento, la muerte, el sufrimiento, el origen del mundo...), y mediante los ritos y los fetiches creía poder dominar las fuerzas de la naturaleza y de la vida social de acuerdo con sus propios intereses.

Estos tres elementos llevan a considerar que en el mundo reina el capricho, la ARBITRARIEDAD de los dioses, y, por lo tanto, que en la actitud mítica el mundo se presenta como siendo un CAOS más que un Cosmos. Los dioses son arbitrarios en su conducta, aunque no tanto como para que no se puedan controlar mediante ritos y plegarias (no es extraño que un elemento común en toda cultura que posea mitos sea el que los hombres pueden atraer la voluntad de sus dioses mediante algún tipo de práctica ritual).

El mundo griego anterior a la aparición de la filosofía vivía instalado en esta actitud; el gran acontecimiento espiritual que inician los griegos en el siglo VI a.C. consiste precisamente en intentar superar esta forma de estar ante el mundo con otra forma revolucionaria que apuesta por la razón como el instrumento de conocimiento y de dominio de la realidad. Sin embargo, no hay que creer que la actitud

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