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Amor.voltaire


Enviado por   •  11 de Febrero de 2014  •  Tutorial  •  982 Palabras (4 Páginas)  •  237 Visitas

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AMOR.VOLTAIRE Hay tantas clases de amor que no sabemos a cuál de ellas hacer referencia para definirlo. Se llama falsamente amor al capricho de algunos días, a una relación ligera, a un sentimiento al que no acompaña el aprecio, a una costumbre fría, a una fantasía novelesca, a un gusto al que sigue un rápido disgusto; en una palabra, se da ese nombre a una amistad de quimeras.

Si algunos filósofos tratan de examinar a fondo esta materia poco filosófica, que estudien el banquete de Platón, en el que Sócrates, amante honesto de Alcuzades y de Agatón, conversa con ellos sobre la metafísica del amor. Lucrecio habla del amor físico, y Virgilio sigue las huellas de Lucrecio.

El amor es una tela que borda la imaginación. ¿Quieres formarte una idea de lo que es amor? Contempla los gorriones y los palomos que hay en tu jardín; observa al toro que se aproxima donde está la vaca, y al soberbio caballo que dos criados llevan hasta la yegua que apaciblemente le está esperando y al recibirle menea la cola; observa cómo chispean sus ojos, oye sus relinchos, contempla sus saltos, sus orejas tiesas, su boca que se abre nerviosamente, la hinchazón de sus narices y el aire inflamado que de ellas sale, sus crines que se erizan y flotan y el movimiento impetuoso que les lanza sobre el objeto que la naturaleza les destinó; pero no les envidies, porque debes comprender las ventajas de la naturaleza humana, que compensa en el amor todas las que la naturaleza concedió a los animales: fuerza, belleza, ligereza y rapidez.

Hay algunos animales que ni siquiera conocen el goce; los peces que tienen concha no lo conocen: la hembra deja sobre el légamo millones de huevos; el macho que los encuentra, pasa sobre ellos y los fecunda con su simiente, sin conocer y sin buscar a la hembra que los puso.

La mayor parte de los animales que se emparejan no disfrutan más que por un solo sentido, y cuando satisfacen su apetito, termina su amor. Ningún animal, excepto el hombre, siente inflamarse su corazón, al mismo tiempo que se excita la sensibilidad de todo el cuerpo; sobre todo los labios gozan de una voluptuosidad que no fatiga; y de ese placer sólo goza la especie humana. Además, ésta en cualquier época del año puede entregarse al amor; y los animales tienen su tiempo prefijado. Si reflexionas y te haces cargo de estas preeminencias, exclamarás con el conde de Rochester: «El amor, en un país de ateos, es capaz de conseguir la adoración de la divinidad».

Como los hombres recibieron el don de perfeccionar todo lo que la naturaleza les concedió, llegaron a perfeccionar el amor. La limpieza y el aseo, haciendo la piel más delicada, aumentan el placer que causa el tacto; el cuidado que se tiene para conservar la salud hace más sensibles los órganos de la voluptuosidad. Los demás sentimientos se entremezclan con el del amor, como los metales se amalgaman con el oro: la amistad y el aprecio le favorecen, y

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