Actividad Cotidiana

Superacion

Era un dia muy importante para el equipo de futbol del Ramirez Barinaga, ya que ese dia se disputaba un partido de clasificatoria de ADECORE ante el recoleta.

Todo el equipo se preparó para este partido muy importante, ya sea entrenando hasta tarde y practicando tiros al arco y yo por mi lado entrene arduamente física y mentalmente hasta aquel dia.

Llegado el dia del partido, nos dirigimos hacia el colegio Recoleta para jugar, fuimos muy emocionados y con la moral hasta al tope, ya que nuestro entrenador nos había dado las mejores palabras de aliento. Comenzo el partido y todos salimos en busca la victoria, mis compañeros jugaron unos 40 minutos hasta el cansancio, dando todo de si en cada pelota y yo por mi parte no deje que ningún tiro llegue al fondo de la red y cortando cada centro del equipo enemigo y por el lado de mi equipo, logramos meter un gol en un contrataque bien elaborado. Termino el primer tiempo y nos dirigimos hacia los vesturios, yo sali algo golpeado por el equipo contrario pero no le dije nada al entrenador. Comenzando el segundo tiempo el equipo del Recoleta comenzó a atacarnos mas y a rematar con mas frecuencia que nosotros al arco, pero yo no deje que anotaran algún gol y ordene a mis defensas de una forma que el enemigo no pudiera penetrar ha nuestra área. A los 75 minutos de juego mi compañero, tontamente, comete una falta dentro del área y cobraron penal, esto les bajo el animos a todo el equipo y sobretodo al entrenador, pero yo sabia que toda la responsabilidad caia en mi y que era el único que podía evitar la derrota y mantener la ventaja. El delantero del recoleta acomoda la pelota y toma vuelo para ejecutar su remate y yo me dirigi al arco y lo mire a los ojos fijamente, como quien intimida, el arbitro toca el silbato y en ese instante el delantero mira el lado izquiero de la portería, yo crei en ese instante que tiraría el penal hacia ese lado, pero recordé que mi entrenador me dijo que los delanteros engañan con la mirada y por eso me lanse al lado contrario, y como dijo mi profesor, el delantero remato hacia el lado derecho de la portería y yo hacia el y pude atajar su disparo. En ese momento me sentí grande, como si fuera el mejor del mundo y todos se acercaron a felicitarme y minutos después el partido concluyo y ganamos aquel partido 1 a 0 y clasificamos a la siguiente fase.

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