Adolesencia

LA FAMILIA CHÁVEZ

Había una vez una familia un poco unida, eran conocidos como los Chávez, estaban conformados por tres integrantes, el padre llamado Pedro, la madre Lucía y un hijo llamado José, este ultimo estaba al inicio de su adolescencia, quería salir, como bien lo dicen “tener un poco de libertad”. El motivo por el cual esta familia no era tan unida era porque Pedro “el hombre de la casa” era muy autoritario y esto hacía que hubiera muchos problemas en la familia, pero en estos momentos en los que su hijo José estaba en la etapa adolescente era muy estricto con él, y José no se quería dejar manipular por su papá, pero siempre al final de cuentas terminaba haciendo los que el señor Pedro mandara o quería. Una vez, arto de tanta presión y autoritarismo de parte de su padre, José abandona la casa y a escondidas su tío Chuy lo apoya, pues él estaba consciente que su hermano, Pedro, no estaba educando de manera correcta a su sobrino. Pasó una semana y el señor Pedro estaba muy triste porque en realidad se dio cuenta que su manera de tratar y disciplinar a su hijo no era la correcta, así que fue a buscarlo a casa de su hermano Chuy, y le pidió disculpas a su hijo por no dejarlo que viva su adolescencia con más libertad, así que le propuso que regresara a casa con su madre y él, y que todo sería diferente, José accedió y en ese momento la convivencia que había en esa casa fue más unida y diferente, claro, Pedro no dejaba que su hijo hiciera lo que quisiera, sino que había un entendimiento mutuo, dejaba a su hijo que diera sus opiniones sobre las reglas de la casa, y el señor Pedro tomaba en cuenta las opiniones de su hijo, pero también tenía limites. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Reflexión.-

La reflexión de este cuento es que no debemos de ser tan exagerados en la disciplina de los hijos, así como tampoco querer imponer lo que se nos venga en gana, nuestros hijos tienen derecho a opinar, a que se les tome en cuenta en cuanto a la elaboración de reglas del hogar, hay que tratar de ser comprensivos y tener una buena relación con nuestros hijos, porque si no lo hacemos quién sabe cómo nos vaya.

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