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Afrodita


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2013  •  Examen  •  3.143 Palabras (13 Páginas)  •  375 Visitas

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Nacimiento de Afrodita:

Afrodita, en la mitología griega, diosa del amor, la lujura, la belleza, la sexualidad y la reproducción. En la Iliada de Homero aparece como la hija de Zeus y Dione y otras leyendas posteriores la identifican como hija de Urano, nacida luego de que Crono cercenara sus órganos sexuales y los arrojara al mar.

La diosa que se dio a conocer emergiendo a través dé las olas del mar, era tan hermosa que todos los habitantes del mar se reunieron para admirarla. Cuando, la diosa vio la luz del sol por primera vez, montada en un carro hecho con una concha de mar, todos los seres comenzaron a disfrutar de la belleza, la alegría y el amor con verdadera plenitud. Afrodita fue conducida desde el mar por los Céfiros primero hasta la costa de Citera, y luego a la isla de Chipre. Allí bajó del carro completamente desnuda, se escurrió su larga cabellera y el agua al caer sobre la arena se transformó en bellísimos caracoles.

Templo:

En Turquia, se encuentra el Tetrapilón de Afrodisias, un templo ubicado en la ciudad de Afrodisias, que al igual que el nombre de la ciudad, fue hecho en honor a la diosa Afrodita. Actualmente, se ven sólo las ruinas, ya que nunca se reconstruyó. Por otro lado, en Grecia, el templo de la diosa se encuentra en la cima del Acrocorinto de Corinto; se dice que, las relaciones sexuales con las sacerdotisas del templo, eran consideradas un método de adoración a la dios.

EL NACIMIENTO DE AFRODITA

a. Afrodita, Diosa del Deseo, surgió desnuda de la espuma del

mar y, surcando las olas en una venera, desembarcó primero en la isla de Citera; pero como le pareció una isla muy pequeña, pasó al Peloponeso y más tarde fijó su residencia en Pafos, Chipre, todavía la sede principal de su culto. La hierba y las flores brotaban de la tierra dondequiera que pisaba. En Pafos las Estaciones, hijas de Temis, se apresuraron a vestirla y adornarla.

b. Algunos sostienen que surgió de la espuma que se formó alrededor de los órganos genitales de Urano cuando Crono los

arrojó al mar; otros que Zeus la engendró en Dione. hija del

Océano y Tetis, la ninfa del mar, o bien del Aire y la Tierra. Pero todos están de acuerdo en que se echa a volar acompañada de palomas y gorriones.

2. Se la llama hija de Dione porque Dione era la diosa del roble en el que

anidaba la paloma amorosa (véase 51.a). Zeus pretendió que era su padre

después de haberse apoderado del oráculo de Dione en Dodona, y en consecuencia Dione se convirtió en su madre: «Tethys» y «Tetis» son nombres de la diosa como Creadora (derivada, como «Temis» y «Teseo», de tithenai, «disponer», «ordenar») y como diosa del Mar, pues la vida comenzó en el mar (véase 2.a). Las palomas y los gorriones se caracterizaban por su lascivia, y al pescado y los mariscos se los considera todavía afrodisíacos en todo el Mediterráneo.

3. Citera era un centro importante del comercio de Creta en el Peloponeso, y sin duda se introdujo desde allí en Grecia el culto de la diosa. La diosa cretense estaba íntimamente asociada con el mar. Las conchas alfombraban el suelo de su palacio santuario en Cnosos; en una joya de la Caverna del Ida se la representa soplando una concha de tritón, con una anémona de mar junto a su altar; el erizo de mar y la jibia (véase 81.1) le estaban consagrados. Una concha de tritón se encontró en su santuario primitivo de Festo y muchas más se han hallado en tumbas minoicas posteriores; algunas de ellas son copias en terracota.

NATURALEZA Y HECHOS DE AFRODITA

a. Rara vez se podía convencer a Afrodita para que prestase a

las otras diosas su ceñidor mágico, que hacía que todos se enamorasen de su portadora, pues era celosa de su posición. Zeus la había dado en matrimonio a Hefesto, el dios herrero cojo; pero el

verdadero padre de los tres hijos que ella le dio —Fobos, Deimos

y Harmonía— era Ares, el robusto, el impetuoso, ebrio y pendenciero Dios de la Guerra. Hefestos no se enteró de la infidelidad hasta que una noche los amantes se quedaron demasiado tiempo juntos en el lecho en el palacio de Ares en Tracia; cuando Helio se levantó los vio en su entretenimiento y le fue con el cuento a Hefesto.

b. Hefesto se retiró airado a su fragua y, a golpes de martillo,

forjó una red de caza de bronce, fina como una telaraña pero

irrompible, que ató secretamente a los postes y los lados de su lecho matrimonial. A Afrodita, que volvió a Tracia toda sonrisas y

le explicó que había estado ocupada en Corinto, le dijo: «Te ruego

que me excuses, querida esposa, pero voy a tomar unas breves vacaciones en Lemnos, mi isla favorita.» Afrodita no se ofreció a

acompañarle y en cuanto se hubo perdido de vista se apresuró a

llamar a Ares, quien llegó en seguida. Los dos se acostaron alegremente, pero cuando quisieron levantarse al amanecer se encontraron enredados en la red, desnudos y sin poder escapar. Hefesto volvió de su viaje y los sorprendió allí y llamó a todos los

dioses para que fuesen testigos de su deshonor. Luego anunció

que no pondría en libertad a su esposa hasta que le devolviesen

los valiosos regalos con que había pagado a Zeus, su padre adoptivo.

c. Los dioses corrieron a presenciar el aprieto en que se hallaba

Afrodita, pero las diosas, por delicadeza, se quedaron en sus alojamientos. Apolo, tocando disimuladamente con el codo a Hermes, le preguntó: «¿No te gustaría estar en el lugar de Ares, a pesar de la red?» Hermes juró por su cabeza que le gustaría aunque

hubiera tres veces más redes y todas las diosas le mirasen con desaprobación. Esto hizo que ambos dioses rieran ruidosamente, pero Zeus estaba tan disgustado que se negó a devolver los regalos

de boda o a intervenir en una disputa vulgar entre un marido y su

esposa, declarando que Hefesto había cometido una tontería al

hacer público el asunto. Posidón, quien, al ver el cuerpo desnudo

de Afrodita, se había enamorado de ella, ocultó sus celos de Ares

y simuló que simpatizaba con Hefesto.

—Puesto que Zeus se niega a ayudar —dijo—, yo me encargo

de que Ares, como precio por su libertad, pague el equivalente de

los regalos de boda en cuestión.

—Todo está muy bien —replicó Hefesto lúgubremente—, pero

si Ares no cumple, tú tendrás que ocupar su lugar bajo la red.

—¿En compañía de Afrodita? —dijo Apolo riendo.

—Yo no puedo creer que Ares no cumplirá —dijo Posidón noblemente—, pero si así fuera, estoy dispuesto a pagar la deuda y

casarme yo mismo con

...

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