Al-Andalus
Enviado por guillegonza • 24 de Abril de 2014 • 3.442 Palabras (14 Páginas) • 318 Visitas
Tema 2 al-Andalus
La invasión musulmana del año 711 dividió la Península Ibérica en dos zonas bien diferenciadas; la España musulmana y la cristiana. La España musulmana, al-Andalus, sociedad compleja desde el punto de vista étnico y cultural, alcanzó su máximo esplendor en el siglo X con el Califato de Córdoba. Era una sociedad urbana muy desarrollada que no pudo superar las presiones internas, que llevaron a su división en reinos de Taifas, y externas, especialmente el avance cristiano desde el norte.
ETAPAS DE LA HISTORIA DE AL-ANDALUS
1. La conquista
Se inicia en el 711 siendo muy rápida debido a la debilidad del reino visigodo. Esto se explica por varias razones:
- Ausencia de cohesión social. Existían grandes diferencias sociales entre los privilegiados (aristocracia hispano-romana y visigoda y altos cargos eclesiásticos) y el pueblo.
- Falta de una norma fija de sucesión al trono, lo que provocaba constantes disputas entre los distintos pretendientes.
- Los judíos fueron tratados con gran dureza y recibieron a los musulmanes como libertadores.
- El ejército era inadecuado, basado en prestaciones personales y con dificultades para ser reclutado.
Podemos dividir la conquista en dos fases:
1ª fase (711-716): En el año 710 un primer grupo dirigido por Tarif, un bereber, desembarca en Tarifa. Quedó tan satisfecho de lo que vio en la Península, que se organizó una nueva expedición para el año siguiente. Esta estaba formada por 12.000 hombres dirigidos por Tariq. La mayoría de los expedicionarios eran bereberes, originarios del norte de África. Don Rodrigo se encontraba en el norte luchando contra los vascones. Al conocer la noticia, se dirigió rápidamente al sur, siendo derrotado en la batalla del río Guadalete. Posteriormente Tariq se dirige a Toledo, la ciudad más prestigiosa, sin encontrar resistencia.
En el 712 se le une Muza (Musà ibn Nusayr), un árabe, con un ejército de 18.000 hombres. Conquista Sevilla y Mérida y se dirige después a Zaragoza, Tarragona, Pamplona y Galicia. En este momento abandona la Península y se dirige a Damasco a entrevistarse con el Califa. Deja al mando de las tropas a su hijo Abd al-Aziz. En el año 716 controlaban casi toda la Península, llegando en algunas ocasiones a pactos con los jefes visigodos locales, como Teodomiro de Murcia, que se convierte al Islam con el nombre de Tudmir.
2ª fase (716-732): Fue más complicada. Se conquistan las regiones próximas a los Pirineos y el sureste de Francia (Septimania). Continúan su penetración por el reino franco hasta que son derrotados en el 732 en Poitiers por Carlos Martel, tras lo cual se repliegan a la Península, manteniendo el control de la Septimania.
Tampoco se interesaron por controlar las regiones cantábricas debido a la falta de hombres, lo inhóspito del terreno y la hostilidad de los pueblos astures, cántabros y vascones.
Intentaron repoblar la Meseta septentrional con población bereber, pero ante el fracaso de esta iniciativa, prefirieron instalarse más al sur, y el Valle del Duero de convirtió en un desierto, una “Tierra de nadie” entre al-Andalus y los pequeños reinos cristianos que habían surgido en el norte.
2. El Emirato dependiente de Damasco
Al-Andalus pasó a ser gobernada por un valí o gobernador, que no dependía directamente del califa, sino del gobernador de Túnez (Ifriqiya). La capital provincial se situó primero en Sevilla, para ser trasladada posteriormente a Córdoba. Estos gobernadores tuvieron que encarar los enfrentamientos de los grupos que habían participado en la conquista (sirios, yemeníes, bereberes). Los motivos de las rencillas eran el control del poder político y el reparto de las tierras. Los árabes se quedaron con las más fértiles (valle del Guadalquivir, del Ebro y Levante), relegando a los bereberes a la Meseta y zonas montañosas. Estos se llegaron a rebelar contra el gobernador.
3. El Emirato independiente (756-929)
La caída de la dinastía califal Omeya en Damasco y su sustitución por los Abbasíes (que trasladan su capital a Bagdad) tuvo consecuencias para al-Andalus. El único superviviente de la familia Omeya, Abd al-Rahman, huyó a al-Andalus, donde proclamó el emirato independiente. Esto significa que seguía reconociendo la autoridad religiosa del califa de Bagdad, pero no la autoridad política.
Abd al-Rahman I (Abderramán I) se hizo con el poder apoyado por sus partidarios y clientes, pero se tuvo que enfrentar a las luchas entre los grupos (yemeníes, sirios, bereberes, muladíes o cristianos conversos al Islam, mozárabes o cristianos...) Le suceden nueve emires. Su política se basó en los siguientes puntos:
a. Aumenta la recaudación de impuestos para incrementar sus ingresos y poder atender a las necesidades de su gobierno.
b. Obliga a los reinos cristianos, que habían llegado al Duero, a pagar tributos siendo obligados a declararse vasallos del emir de Córdoba.
c. Desarrolla la administración, entregando los puestos importantes (hachib o primer ministro y visires o ministros) a personas fieles.
d. Organiza un ejército mercenario sin lazos familiares o de amistad con la población.
e. Divide el territorio en 22 provincias o coras y 3 provincias fronterizas o marcas: la Marca superior con capital en Zaragoza, la media con capital en Toledo y la inferior con capital en Mérida.
Durante los gobiernos de Hissam I (finales del siglo VIII) y Al-Hakam I (Principios del siglo IX) se mantuvieron los enfrentamientos.
Hissam I favoreció el rito malikí, que consistía en la defensa de un Islam basado en el cumplimiento de una serie de ritos cotidianos.
Al-Hakam I tuvo que hacer frente a varias rebeliones:
- Jornada del foso de Toledo: Para acabar con la autonomía toledana, invitó a los personajes más destacados de la ciudad a un banquete, aprovechando la situación para asesinarlos y arrojar sus cabezas a un foso.
- Rebelión del barrio del arrabal de Córdoba: La mano dura del emir y el aumento de la presión fiscal provocaron un gran malestar en el arrabal cordobés de Secunda. Estalló un motín y los rebeldes estuvieron a punto de tomar el control del Alcázar. El barrio fue arrasado y un grupo de personajes notables fueron ejecutados. Miles de habitantes del arrabal se exiliaron en el norte de África o se dedicaron a la piratería en el Mediterráneo.
Abd al-Rahman II (primera mitad del siglo IX) reformó la administración, creando un Diwan o consejo al frente del cual se encontraba el Hachib
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