Andresote
Enviado por josedavidf • 27 de Septiembre de 2011 • 857 Palabras (4 Páginas) • 788 Visitas
Más de un centenar de años había transcurrido desde el alzamiento del Negro Miguel en las montañas de Buría para que la tormenta social abrazara la costa desde Puerto Cabello a Tucacas, siguiendo como reguero de pólvora las trochas del valle del río Yaracuy hasta internarse en San Pedro y Taria. El humo de la rebelión llegaba como bálsamo a las espaldas rasgadas de los negros de Aroa, San José de Canoabo, Urama, Alpargaten y Morón. Los frondosos cacaotales fueron madriguera para la insurgencia y la rebeldía reprimida por el látigo del blanco.
Corría el año de 1730 y Juan Andrés López del Rosario, mejor conocido como Andresote o Bemba e' Trueno, Boca e' Jarro, Cara e' Susto, Pata pal' Monte, etc., recogía el sufrimiento del negro, zambo e indio para enfrentar la exploración y el monopolio de la Compañía Guipuzcoana. Los españoles tartamudean al sólo oír el nombre de Andresote.
¿Quién era este zambo? Se dice que era nativo de Valencia, allá era esclavo de un blanco. Pero Andresote siempre sostenía: "Los esclavos deben ser libres como sus abuelos de Guinea". Era alto, robusto, con pelo churrusco. Usaba carabina, trabuco, machete terciado. Sólo creía en los milagros de los santos negros. San Benito, San Juan y San Pascual Bailón eran sus patronos y a lo mejor sus amigos.
Su familia era un hermano llamado José Francisco, siempre leal a la lucha anti-esclavista. Una vez desaparecido Andresote fue juzgado por los españoles y condenado a prisión. Fue llevado a la cárcel española de Cádiz y pasado posteriormente a las celdas de La Carraca, sitio de reclusión donde el Generalísimo Francisco de Miranda muriera ochenta años después. Su amante era la negra Josefa, a quien han de cobrarle los blancos su fidelidad al osado zambo. "Parlas tardes –cuando Andresote no andaba persiguiendo blancos- se la llevaba al río. Le restriega el cuerpo con jabón de tierra y después le lanza -hay un poco de liturgia africana- la totuma de agua. Los colmillos de Andresote —así lo repetía la hartosa y culona manceba-mordisqueaban más duro las nalgas que los propios caimanes".
A pesar de que la sublevación de Andresote estuvo estimulada y apoyada por los contrabandistas holandeses que usufructuaban las bocas de los ríos Aroa y Yaracuy para sacar productos agrícolas de tierra adentro del occidente de Venezuela para destinarlos a la isla de Curazao y que además contaba con la solidaridad de cosecheros o hacendados blancos, la lucha de Andresote y sus negros tenía un claro rasgo clasista. Era una lucha de clase, de negros que buscaban liberarse de la esclavitud. En una oportunidad alguien le dijo -en forma aduladora- que él era un negro con alma blanca, Andresote respondió bruscamente: "Carajo, ¿acaso lo negro es malo?... Yo no tengo el alma blanca. Yo soy too negro y es mi orgullo. ¡Ah!... hijo e'p... Ojalá
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