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Apuntes Sobre El Nacimiento De José María Arguedas


Enviado por   •  23 de Julio de 2011  •  3.614 Palabras (15 Páginas)  •  1.519 Visitas

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Apuntes sobre el nacimiento de José María Arguedas

Esbozo histórico de uno de los más grandes escritores peruanos, que escribió, entre otras, la extraordinaria novela "El Sexto", sobre el presidio peruano donde se confinaba a presos políticos a medidos del siglo XX, y donde él mismo estuvo preso. "El Sexto, con su tétrico cuerpo estremeciéndose, cantaba, parecía moverse. Nadie en nuestras filas cantó, permanecimos en silencio, escuchando"

Solitario cóndor de los abismos,/ helado cóndor negro;/ me dijeron que yo nací en tu nido/ triste/ sobre la aguja de roca que nace/ de la gran nieve, triste.

Aun así, aun así,/ cóndor de la nieve que llora,/ no explicaría mi nacimiento/ este dolor, este llanto,/ esta sombra que grita/ en mis entrañas,/ helado cóndor.

José María Arguedas "El forastero"

Hace muchos años, leíamos en Luis E. Valcárcel algo que no teníamos cómo comprender en esos momentos: "José María fue hijo natural de un abogado de vida irregular" ("Memorias", p.370). ¿Hijo natural? Era algo insólito. Nadie le hizo caso. Estaba plenamente aceptado que José María Arguedas era hijo legítimo del matrimonio de Víctor Manuel Arguedas Arellano y de Victoria Altamirano Navarro. No había opción para pensar que fuese un hijo habido fuera del matrimonio por Víctor Manuel Arguedas.

Pocos años después, llegó a nuestros oídos la noticia de que José María era hijo de una india de Huanipaca (Abancay). Esto nos remeció. Me hizo recordar: lo que decía Valcárcel: que José María no era hijo de Victoria Altamirano. Esta versión me la traía una dama huanipaqueña. A ella se la había dicho un profesor paisano suyo, residente en Abancay, llamado Blandy Gutiérrez Palomino. Era una pista para saber el porqué de la afirmación hecha por Luis E. Valcárcel. Era un camino que se abría. Había que ir por esa línea. Valcárcel no iba a hacer una afirmación tamaña sin tener pruebas... o sin creer tenerlas[1].

Nuestras indagaciones iniciales no fueron más allá de establecer un nombre para la posible madre: Juanita Tejada. El profesor Gutiérrez nos confió que, a mediados de los años ochenta, Guido Guzmán, periodista de Abancay residente en Lima, en una reunión, le había dicho: "¿Sabías que Arguedas es de Huanipaca?". El profesor Gutiérrez inicia entonces sus indagaciones.

Un nuevo estudio que hicimos de las obras de José María -teniendo en cuenta estos nuevos elementos-, revelaba la presencia de Huanipaca en ellas. Durante la segunda quincena de Septiembre de 2004, llevamos a cabo -acompañados de Blandy Gutiérrez, que hizo las entrevistas en quechua- un viaje por Abancay[2], Huanipaca, Karkeki y Cusco, y obtuvimos algunos testimonios que nos permitieron afirmar, con algo más de certeza, la hipótesis de que Juanita Tejada efectivamente había tenido un hijo nacido en la ex hacienda Karkeki (ubicada en Huanipaca, Abancay). Por las referencias similares que encontramos en las obras de Arguedas, aceptamos que el niño nacido fue precisamente él.

De lo que encontramos en Huanipaca, lo que más nos conmovió e impresionó, fue que los sobrinos nietos de Juanita, tenían rasgos parecidos a los de José María, especialmente Alejandro -que vive en la ex casa hacienda de Karkeki-. Alejandro Tejada Guillén (de 75 años) era la viva imagen de José María Arguedas (muerto a los 58 años). Esta evidencia gráfica encontrada nos decía habíamos llegado al origen de todo este asunto[3].

Interesante es acotar que el profesor Gutiérrez manifestó que, en la partida de bautismo de Arguedas, en el lugar donde se escribía el apellido materno, había una "T" como letra inicial. Esta "T" se convertía en "A", para dar cabida a la letra con que se inicia el apellido "Altamirano", apellido con el que fue bautizado en Andahuaylas José María (esto le fue narrado Al profesor Gutiérrez por Carmen María Pinilla).

Es comúnmente aceptado que las obras literarias de José María Arguedas son, como él mismo lo manifestara, en mucho, autobiográficas. Pero en ellas hay que bucear buscando lo que nos es útil porque hay muchas contradicciones. Él dijo: "Vivo en medio de ciertas contradicciones que no puedo resolver" (Carta a John Murra, 17 de marzo de 1968, p.168). Por esto -que vale tanto para su obra como para su vida- tenemos que decidir qué tomar, y por qué, de esos elementos que dice que son autobiográficos. En toda obra literaria es natural que la fantasía juegue un papel importante, y él así lo reconoce en lo concerniente a la suya: "Las criaturas que alcancé a crear en mis novelas anteriores son la huella tenaz de las que conocí en el Perú y con las que me identifiqué y por lo mismo las modifiqué o idealicé hasta el infinito" (Carta a John Murra, 17 de enero de 1968, p.182). Pero, dejemos claro que José María era un hombre en cuya vida -en su conjunto- la fantasía desempeñaba un papel primordial. La fantasía desbordaba a la realidad.

Veamos ahora lo referente a su nacimiento... El primer Tejada llegó a Karkeki, -de la Pampa de Anta (Cusco)-, con su familia, durante la guerra con Chile. Se llamaba Agustín. Él se asienta en Huanchulla. Su hijo, Máximo Tejada Pérez, le dio una nieta llamada Juana Tejada Gutiérrez (más conocida como "Juanita"). Ella nació en la hacienda. Muy pequeña Juanita, entró al servicio de Amalia Arguedas Arellano, esposa de Manuel María Guillén y García de los Ríos[4], dueño de Karkeki. "Los familiares de Juanita Tejada manifiestan de que ella ha trabajado desde los 8 años o 7 en las tierras del patrón... (audio incomprensible) Guillén". (Resumen de Blandy Gutiérrez de las entrevistas hechas por él en quechua a Melchor Tejada y a algunos ancianos de Karkeki).

Era la Semana Santa de 1010. Como acostumbraba para sus fiestas, Guillén la celebró con la presencia de franciscanos cusqueños. Llegó de visita a Karkeki Víctor Manuel Arguedas Arellano. Es por esta fecha que seduce a Juanita, que ronda los 14 años de edad. Encontramos, en el mismo José María Arguedas, dos versiones de esta violación. En la primera que consignamos, por ser más escueta (la de 1966), está el nombre de la muchacha: Juanita. Veamos esta versión: "Encontró a su hijita de trece años, en el fondo de la covacha fuertemente abrazada a un desconocido (...) la pareja [estaba] encarnizadamente abrazada. La alta luz del crepúsculo y la extraña clarividencia de que gozaba aquel día hizo que distinguiera bien las figuras (...) "¡Desvirgada! -dijo- ¡Para siempre!", mientras la pareja seguía apretándose (...) Yo... yo, mejor la hubiera desvirgado (...) "¡Desvirgada, endelante de mí, la Juanita!", dijo" (Mar

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