Breve síntesis del Conflicto en Medio Oriente

Breve síntesis del Conflicto en Medio Oriente:

Medio Oriente:

1.- Las primeras ciudades. La primera civilización. Ubicación geográfica y breve historia:

Las tierras entre los ríos Tigris y Éufrates albergaron las primeras ciudades conocidas de la humanidad, aproximadamente 4000 años antes de Cristo esa zona se conoció como “la Medialuna Fértil”. Los sumerios fueron el primer pueblo en desarrollar un complejo religioso social y financiero en el sur mesopotámico. Aunque inauguraron el arte de la literatura, el conocimiento estaba circunscripto a los escribas religiosos. Posteriormente la zona fue el centro de un gran intercambio comercial ya que los sumerios mostraron mucho interés en objetos exóticos como piedras preciosas, maderas, telas, lo que fue motivo de su expansión al promediar el Segundo Milenio a. C.

Políticamente se organizaron en ciudades-estado que rivalizaban entre sí por el predominio regional. Se destacaron Nippur al norte y Ur y Lagash al sur. La amenaza de invasión de parte de poblaciones próximas se concretó en el siglo XX a.C por los amoritas, semitas de Siria, quienes fueron estableciéndose en la Mesopotamia, así surgieron Asiria y Babilonia, quedando esta última como la más destacada del siglo XVIII a.C.

Dos centurias más tarde debilita Babilonia, el eje regional se trasladó al norte mesopotámico y a Siria; en consecuencia en la costa mediterránea se formaron ciudades-estado de gran dinamismo comercial y cierta opulencia; por entonces fue Egipto el que ejercía hegemonía sobre las mismas.

Al norte de Siria fueron estableciéndose hititas provenientes de Anatolia (Asia Menor). El intento de obtener supremacía llevó a estos centros de poder a competir en el desarrollo de armamento pero también los permanentes asedios de las ciudades motivaron la generación de nuevos sistemas defensivos, tanto la construcción de fortificaciones como las armas.

Un estado que se había instalado y dominado el norte de Siria -hurritas de la ciudad de Mitanni- se desintegró y posibilitó el resurgimiento de Asiria y su expansión (siglo VII a.C). Asiria pudo entonces enlazar todo el Cercano Oriente Bajo su dominio. La riqueza asiria estaba en la fertilidad de sus tierras y su vulnerabilidad en la ausencia de barreras naturales de defensa en el norte y el este, por lo cual quedaba a merced de los pobladores de las montañas vecinas; no obstante, consiguió avanzar hacia el oeste sobre los sirios (arameos) y palestinos. Persia también había sido anexada y Asiria llegó hasta la frontera con Egipto.

Los persas ingresaron sorpresivamente por Babilonia y con ayuda de medos y escitas destruyeron la capital asiria, Nínive.

Los medos se establecieron en el norte y Babilonia se recompuso en el sur con el reinado de Nabucodonosor en el siglo VI a.C.

Medos y persas se separaron, y Ciro rey de estos últimos funda la dinastía aqueménida que fue expandiéndose hasta alcanzar Asia menor y por el oeste llegó a Egipto conformando el mayor imperio conocido hasta entonces.

Con Darío como rey, se mejora la organización política y la recaudación tributaria, que incluía todo tipo de bienes. Fue intensa la obra pública realizada, la que incluyó además canales y sistemas de regadío. Había fluidas vías de comunicación terrestre a Asia y también a Europa, intermediando en el Oriente Cercano (Siglo V a.C).

Palestina estaba sometida Persia, luego ejerció el poder sobre ella Alejandro Magno. Después fueron Egipto y el Imperio Romano. En el 635 los musulmanes impusieron su supremacía.

Mahoma marcó el nacimiento de un movimiento político-religioso denominado islamismo, de origen monoteísta, que se desarrolló sostenidamente desde el siglo VII d.C, de indudable peso e influencia en nuestros días. La muerte del profeta en el 632 d.C abrió discrepancias por la selección de su sucesor: ser elegido como los califas por la misma comunidad a la cual conduciría -sunnitas- o que la autoridad recayera en un miembro de su familia -shiítas- triunfaron los primeros. Por ese tiempo las dinastías de los omeyas y abásidas pertenecían a la primera postura, en tanto los selyúcidas se establecieron en Bagdad a mediados del siglo XI d.C y promovieron una alianza entre los militares, los hombres de la ley, los comerciantes y los terratenientes, favoreciendo un progreso importante en la región. Sus ciudades destacadas fueron Bagdad y Basora.

En el siglo XI, a Palestina y Siria habían empezado a llegar las Cruzadas que intentaban crear un gobierno cristiano. Ambos pueblos fueron casi arrasados por los ayubitas de Saladino, desde Egipto, en el siglo siguiente.

En la centuria XII, los mongoles ponen fin al califato de Bagdad, pero no pudieron extenderse hacia el Mediterráneo porque fueron derrotados por los mamelucos provenientes de Egipto y Siria, lo cual incluia el territorio de Palestina (comienzos del siglo XVI).

Más tarde, Persia alcanzó un importante florecimiento cultural entre los lustros finales del siglo XVI y los iniciales del siguiente.

Las divergencias entre turcos y persas también se reflejaron en Europa, incidiendo en el equilibrio de las monarquías reinantes, porque otorgaron, respectivamente su apoyo a Francia y Austria, que se hallaban enfrentadas.

Esas diferencias también tuvieron su correlato en las potencialidades operacionales respectivas, porque los persas habían ejercido el dominio terrestre, mientras que los turcos pudieron defenderse en el Mediterráneo de los españoles italianos.

El enfrentamiento con Persia debilitó a los turcos y sentó las bases de un proceso de progresiva pérdida de lo que habrían de ganar en la centuria siguientes (fines del siglo XVI). Persia vivió cierto reflotamiento, pero luego decayó también (1630). Otro tanto comenzó ocurrirle al tercer polo de poder musulmán entonces: la India.

Egipto recuperó el dominio en la zona mediterránea hasta Turquía, en 1839 debió realizar reformas internas acorde con las condiciones de la nueva situación y también convivir con la incidencia de Naciones extranjeras (Rusia, Francia y Gran Bretaña) en sus dominios esgrimiendo razones religiosas. En 1917 el radio influencia otomano quedó reducido a Turquía. El surgimiento de una veta nacionalista tuvo sus efectos en este país.

Desde mediados del siglo XIX, la economía de Medio Oriente había comenzado a repuntar y ello se intensificó con el descubrimiento de yacimientos petrolíferos en 1927 en la Península Arábiga (Irak y Arabia) e Irán, desde 1901.

...