Compara las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz y especifica los objetivos de una u otra

Compara las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz y especifica los objetivos de una u

otra.

En el Antiguo Régimen, gran parte de las tierras se encontraban vinculadas y amortizadas, por lo que

sus dueños no podían enajenarlas. Existían tres tipos de vinculación: los mayorazgos nobiliarios, las

manos muertas de la Iglesia y los bienes comunales de los municipios. Para el liberalismo, la

propiedad debía ser debe ser libre y plena para su propietario, por eso, al establecerse un régimen

liberal en España durante el reinado de Isabel II, se abordaron medidas para liberalizarla. Con la

supresión del mayorazgo se desvinculó la propiedad nobiliar y con la abolición del régimen señorial,

si bien se suprimen los derechos señoriales, la nobleza fue generalmente reconocida como plena

propietaria de las tierras. Sin embargo, la medida de mayor trascendencia fue la desamortización,

desarrollada a lo largo del XIX y que se prolongó hasta comienzos del XX.

La desamortización (de la que había precedentes con la de Godoy a finales del XVIII y en las Cortes

de Cádiz y el Trienio Liberal) consistió en la expropiación por parte del Estado de bienes

eclesiásticos y municipales para su posterior venta a particulares en pública subasta. El producto

obtenido lo aplicaría el Estado a sufragar sus necesidades. El proceso se desarrolló en dos fases,

conocidas con el nombre de los ministros que las pusieron en marcha, Mendizábal y Madoz (ambos

progresistas).

La desamortización de Mendizábal afectó a los bienes de la Iglesia: el primer decreto de 1836, a los

bienes del clero regular y en 1837 se amplió a los del clero secular (aunque no se llevó a cabo hasta

1841, con Espartero). Los objetivos eran varios. Para garantizar la continuidad de Isabel II y la del

nuevo régimen liberal era necesario ganar la guerra carlista y para ello se necesitaba obtener

financiación y fortalecer la credibilidad del Estado ante futuras peticiones de crédito disminuyendo la

considerable deuda pública. Se pretendía también atraerse a las filas liberales a los beneficiarios y

debilitar a la Iglesia, uno de los principales apoyos del carlismo. Se quería también impulsar el sector

agrario ya que se pensaba que se modernizaría al cambiarse el régimen de propiedad.

La desamortización de Madoz, desde 1885, conocida como desamortización general, trataba de

completar el proceso ahora con el régimen liberal ya asentado. Afectó a todos los bienes de

propiedad colectiva: las posesiones de la Iglesia no vendidas con anterioridad, las del Estado,

órdenes militares e instituciones benéficas, pero, sobre todo, de los municipios (bienes de propios y

comunes). Con ello se pretendía amortizar deuda (aunque

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