Costos, operaciones y biografías de la segunda guerra mundial
Enviado por Intocacena • 6 de Febrero de 2016 • Documentos de Investigación • 2.854 Palabras (12 Páginas) • 311 Visitas
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Resumen: costos y consecuencias de la guerra.
El mundo inició una nueva era la que llegaba con un cambio de panorama. En 1945, el mundo graves heridas, la posición de cada uno de los componentes de la comunidad internacional era distinta y ésta pretendía organizarse de acuerdo con reglas nuevas.
La cifra de muertos no puede determinarse de forma precisa es muy posible que llegase a alcanzar los 60 millones de personas, al menos cuatro veces más que el número de muertos producidos durante el conflicto de 1914-1918. Este balance debe ponerse en relación con la potencia destructiva de las armas y el carácter de guerra total.
La cifra de ciudadanos de la URSS muertos como consecuencia de la guerra se eleva a 20 millones de personas de los que tan sólo un tercio serían militares. Esa cifra supondría al menos el 10% del total de los habitantes de la URSS, pero en el caso de Polonia los seis millones de muertos representan todavía una cifra muy superior, el 15%. En esos porcentajes se incluye la población judía de ambos países. El tercer lugar en el grado de sufrimiento producido por la guerra corresponde a Yugoslavia, cuyo número de muertos (de un millón y medio a dos) derivó de la existencia de una guerra civil en la que el componente étnico jugó un papel primordial.
Estos tres países pueden ser considerados entre aquellos que resultaron vencedores en la guerra. Los demás que se alinearon en ese mismo bando tuvieron un número mucho más reducido de muertos. Francia, ocupada en su totalidad por los alemanes, experimentó 600.000 muertos, mientras que Gran Bretaña sufrió 500.000 pérdidas. La gran diferencia respecto a los padecimientos de la Primera Guerra Mundial de estos dos países radica en el número de muertos civiles. Gran Bretaña, que no los tuvo en 1914-1918, ahora, en cambio, padeció unos 60.000 como consecuencia de los bombardeos. Los Estados Unidos, con 300.000 muertos, todos ellos militares.
De los países vencidos, el mayor número de muertos le correspondió a Alemania, con algo menos de cinco millones. Existió durante mucho tiempo un mayor número de mujeres que hombres en Alemania (todavía en 1960 existían 126 mujeres por cada 100 hombres). Dos millones de japoneses murieron como consecuencia de la guerra, una cifra inferior también en términos porcentuales.
Las muertes producidas por la guerra constituyen tan sólo una parte de sus consecuencias. Como resultado de la misma hubo, principalmente en Europa, 30 millones de desplazados, un tercio de los cuales fueron alemanes. Quienes habían expulsado a la población autóctona (por ejemplo, en los Sudetes checos) se vieron obligados a emigrar ahora. También una cifra elevada de japoneses pasó por idéntica experiencia.
Por el momento la situación en que se encontraron esos dos países no tenía nada de reconfortante porque la destrucción padecida fue muy superior a la que sufrieron los beligerantes durante la Primera Guerra Mundial. En Alemania, el nivel de producción industrial disminuyo a las cifras de 1860, mientras que en el Ruhr, la zona más castigada, quedó limitada al 12%. Un 40% de la superficie urbana quedó destruida, como consecuencia de los bombardeos norteamericanos.
Pero las consecuencias de la guerra no fueron crueles solo para los vencidos, también para los vencedores. Francia, primero derrotada y luego vencedora, pudo considerar arruinadas aquellas instituciones que durante muchos años no sólo ella sino la totalidad del mundo había podido considerar como la ejemplificación señera de la libertad política. Al concluir la guerra, había muerto la Tercera República. Gran Bretaña había sido quien, con su decisión durante el verano de 1940, consiguió detener el avance nazi en el momento mismo en que todo el mundo la consideraba derrotada. Nunca recuperaría ni tan siquiera la sombra de su poder de otros tiempos. En los instantes finales de la guerra estaba en la ruina: su deuda equivalía al triple de la renta nacional anual y por vez primera en mucho tiempo carecía de partidas invisibles con las que compensar una balanza comercial deficitaria porque las había liquidado en los años precedentes.
Frente a la decadencia de estas dos potencias europeas, dos estaban destinados a dominar el mundo de la posguerra. Los Estados Unidos no representaban más que un 7% de la superficie del globo, pero producían tanto como el resto en conjunto. De este modo, el mundo posterior a 1945 tenía que ser el de la hegemonía norteamericana. También fue el mundo de la hegemonía soviética, aunque ésta en realidad fue mucho más aparente que real. Por grandes que fueran los temores a su expansión, lo cierto es que la URSS había padecido mucho más que el resto de los vencedores. Por otro lado, en esta guerra, la Unión Soviética perdió el monopolio de su condición de única potencia revolucionaria del mundo: aunque eso de momento pudo parecer no tan grave. Con el transcurso del tiempo, China (y, en menor grado, Yugoslavia) se convertirían en rivales, más que en colaboradores. La URSS, cuyo protagonismo en la guerra fue decisivo, salió de ella con una convicción en su capacidad de liderazgo e incluso con el convencimiento de que podría llegar a superar a su adversario capitalista. Sólo con el transcurso del tiempo acabaría descubriendo que podía competir en el terreno militar, pero que era incapaz de hacerlo en otros campos a la larga mucho más decisivos, como el económico y el tecnológico.
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