Dailan Kifki (María Elena Walsh)

Dailan Kifki (María Elena Walsh)

Historia de un simpático elefante, que llegó a la casa de la protagonista y cambió la vida de toda la familia. A partir de este encuentro, la autora desarrolla una novela donde las situaciones más desopilantes son contadas con la ternura necesaria para que sean inolvidables.

Cap. 1: El jueves salía a pasear el malvón por la vereda, cuando veo el zaguán bloqueado por una “montaña gris” que no me dejaba pasar, lo empujé y logré sacarla a la vereda , y vi que esa montaña gris era en realidad un elefante. El animal tenía un enorme cartel colgado en la oreja donde decía que se llamaba Dailan Kifki, que no se espantara, que el dueño lo había abandonado porque no podía darle de comer, que le gustaban los dibujos animados y que era trabajador y cariñoso.

Esta situación era rara, pero me dio pena dejarlo y lo recogí, lo empujé hacia adentro por el zaguán, entró apurado, lo llevé al jardín sigilosamente pero los pasos retumbaban, mi familia escuchó, se asomó a ver por la ventana y se asombró sintiendo temor.

El animal se quedó quieto y oliendo las flores, yo fui a atender a mi familia y a encargar comida. Cuando volví pude ver una gran sorpresa: Dailan trabajando en el jardín regando y aplastando las hormigas.

Llegó de visita mi tía Clodomira y cuando lo vio se desmayó y no podía sacarla del macetón ya que era gorda, a lo cual el elefante la hizo upa, la pasó por la ventana y la llevó a la cama, la abanicó y le hizo cariñitos. Pero cuando despertó y vio de enfermero al elefante volvió a desmayarse a lo cual le tiró agua fría en el sombrero.

Mi familia estaba furiosa por la situación  y me pidieron que sacara a ese monstruo de la casa, por lo cual le dije a Dailan Kifki que debía llevarlo al zoológico y el animal lloró muy fuerte, así que mi familia y todos lo consolamos. Así que se quedó a vivir en el jardín.

Cap.2: Le tomé mucho cariño a Dailan Kifki, y una noche al verlo llorar se me partió el alma y le pregunté que le pasaba, me tomó la mano con su trompa y la puso en su barriga, entonces me di cuenta que le dolía la pansa, que estaba empachado de tanto comer arroz con leche y canela. Le hice masajes pero no le calmó y llamé al veterinario, pero este dormía. Apenas colgué apareció un bombero preguntando donde estaba el incendio, le dije que no había un incendio sino que a Dailan le dolía la pancita, el bombero no entendía de eso dijo, pero yo le respondí que ellos entienden de todo, y accedió a ver la pansa sin saber que era un elefante, el jardín estaba oscuro y lo fui a buscar. Cuando escuchó un extraño vozarrón se asustó, pero agarró coraje y me preguntó que era, al encender el farol observó que era un elefante el enfermo y se cayó sentado en su manguera. Lo levanté, así que el bombero decidió revisarlo, me recomendó que le diera aserrín y lechuga para calmarlo, entonces fuimos a la cocina y buscamos lechugas y muebles,  volvimos al jardín y comenzamos a serruchar sillas, mesas, aparadores, y estanterías hasta obtener una buena cantidad. Después el bombero preparó el parche y lo puso en la pansa de Dailan Kifki y esperamos a que mejore. Tomamos 742 mates c/u hasta que amaneció y por fin Dailan Kifki paró de llorar. Le preguntamos si estaba mejor y contestó que sí con la cabeza, le cantamos, lo taparon bien y lo hicieron dormir. Le agradecí al bombero y este se fue, yo me fui a dormir contenta por curar al elefante.

Cap.3: Mis padres y mi hermano se pusieron a llorar, yo pregunté qué pasaba y mi mamá respondió ¿cómo que pasa? ¿No ves que estoy sentada en el aire? Y era verdad estaba sentada en el aire porque no tenía silla, mi papá gritó ¿te parece lindo hacerme dormir parado en un rincón? Efectivamente mi papá había dormía parado porque no tenía cama, mi hermano dijo “estamos fritos”, con toda razón porque estaba sentado en el aire frente a una taza de café sostenida por una lámpara porque no había mesa.

Miraron por la ventana y vieron los restos de los muebles en el jardín, yo le expliqué todo pero no quisieron entender.

Me mandaron a la carpintería a encargar muebles, me fui sola,  golpeé la puerta y apareció el carpintero con su barba larga, le pregunté si podía hacerme unos cuantos muebles, me contestó que estaba loca, le dije que le pagaría el doble pero él me respondió ¿y la madera? El carpintero no tenía madera, ¿Qué hacemos? Pregunté y no me dijo nada, solo me hizo señas me condujo a un taller, de allí sacó un cofre y en él un paquetito de papel de seda y dentro había un poroto y me lo dio, diciéndome que debía sembrarlo, para que se haga un árbol y pueda sacar madera de él pero yo dije que pasaría mucho tiempo hasta que el poroto creciera y después daría lastima cortarlo, a lo que me respondió que si quería madera plante el poroto y me cerró la puerta en la nariz, quedé angustiada pero era la única opción.

Mi familia me esperaba llenándome de preguntas apenas llegué y les dije que tengan paciencia porque no se pueden hacer muebles de la noche a la mañana, y me fui a plantar el poroto al jardín, allí me ayudó Dailan Kifki y una vez plantado nos sentamos a ver que creciera pero pasaba el rato y nada. Fui a buscar al carpintero, lo traje de la barba para que viera y me dijo que lo plantamos al revés, lo desenterró y lo sembró al derecho. Luego le pedí a Dailan Kifki que vigilara.

Cap.4: A la tarde al volver del trabajo vi una multitud de gente alrededor de mi casa, yo preguntaba que sucedía pero nadie me respondía, todos chillaban y discutían.

Todos miraban para arriba hacia el fondo de mi casa con asombro, allí estaba Dailan Kifki dormido en el tronco de un árbol muy alto, yo me preguntaba como hizo para trepar hasta allí arriba. Pedí permiso, empujando hasta que logré entrar a casa (donde habían camarógrafos, bomberos, heladeros, globeros, etc.). Le pregunté a mi mamá de donde salió ese árbol tan grande y me respondió que era mi famoso  poroto. Al habérselo encargado a Dailan Kifki, el pobre se quedó dormido encima del poroto sembrado y esté  creció con tanta velocidad empujando al elefante  hacia arriba, acunándolo en su copla. Hice callar a la multitud por miedo a que despertara y se cayera, pensando cómo podía bajarlo de allí. (Mientras mamá me reclamaba que si no se daba cuenta el animal que necesitamos el árbol para los muebles y yo pidiéndole paciencia)

Se me ocurrieron varias ideas: pedir un helicóptero (pero se iba a asustar con el ruido), pedir la escalera a los bomberos (pero no iba a poder bajar), después mi hermano, mi papá, mi tía tuvieron ideas pero ninguna iba a resultar. En esto Dailan se despierta y se da cuenta que se durmió en el árbol, por suerte no se cayó pero lo reté y me hizo burla.

Cap.5: Seguía pensando un método eficaz para bajarlo, ya que necesitamos la madera del árbol con urgencia para hacer los muebles. Se me ocurrió llamar al bombero y al instante llegó.

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