EL POSITIVISMO EN MÉXICO
Enviado por ANGELITO1188 • 30 de Mayo de 2011 • 2.675 Palabras (11 Páginas) • 3.589 Visitas
EL POSITIVISMO
EN MÉXICO
GUADALUPE ÁLVAREZ LLOVERAS*
El positivismo llegó a México durante la República restaurada gracias al Dr.Gabino
Barreda. En esos años sirvió como filosofía para organizar al país, también se aplicó al sistema educativo y después servirá para legitimar al porfiriato. En este artículo se pretende explicar que el positivismo aplicado en México desde finales del siglo XIX y principios del XX, difería mucho del positivismo clásico aplicado en Francia. El positivismo se volvió mexicano al llegar a nuestro país; esto fue porque había puntos comunes entre dicha filosofía y la situación mexicana en la segunda mitad del siglo XIX. Sobre esto Leopoldo Zea afirmó: "El positivismo será una doctrina con pretensión universal, pero la forma en que ha sido interpretada y utilizada por los mexicanos, es mexicana. Para poder saber lo que de mexicano hay en esta interpretación, es menester ir a nuestra historia, a la historia de los hombres que se sirvieron del positivismo para justificar ciertos intereses, que no son los mismos de los positivistas creadores del sistema" (Zea, 1993:27).
Augusto Comte, Gabino Barreda. El positivismo y la realidad de México
Durante el siglo XIX en Europa hubo un despertar en las ciencias naturales que no fue producto de la casualidad. La Revolución francesa conmovió todas las capas de la sociedad, pues la conformación de ésta en general no constituía ningún problema para la conciencia. La visión existente de la sociedad era la de un enfoque monolítico, en la que las relaciones sociales, la cultura, el pasado y el porvenir de dicha sociedad, funcionaban inconscientemente, como si fueran las fuerzas elementales del cosmos (Mardones, 1997:21). Cuando la sociedad europea hizo crisis, su modo de organización se convirtió en un problema y los intelectuales se dieron cuenta que no existían teorías para un modo de comprensión de ella. A partir de este momento, quedaba el camino abierto para la aparición de las ciencias relativas al hombre y a la sociedad. A mediados del siglo XIX, la ciencia natural estaba afianzada dentro de la tradición galileana y las ciencias humanas tenían grandes pretensiones científicas. Una de estas ciencias humanas fue el positivismo decimonónico representado por Augusto Comte y John Stuart Mill (Mardones: 1997:21). Augusto Comte nació en Montpellier, Francia, en 1798; estudió en la Escuela Politécnica de París donde llegó a ser profesor. Su principal preocupación fue el estudio de la sociedad y el principio de la ciencia positiva. Según Comte, existe una ley universaldel conocimiento y de la sociedad, la ley de los tres estadios, que plantea que todo conocimiento pasa por tres estadios: el teológico, ficticio, mitológico; el metafísico, especulativo-abstracto; el positivo, científico, ciencias positivas empíricas. Comte es el exponente de una clase burguesa que se desarrolló a raíz del triunfo de la Revolución francesa. Otros grupos en Francia deseaban el poder que tenían los burgueses y utilizaban la frase que la burguesía esgrimió contra el antiguo régimen: "Libertad igualdad y fraternidad". Por lo cual, la burguesía tenía que abolir la filosofía que le llevó al poder, pero sin hacer tambalear su estructura, establecida por ellos. Para abolir una filosofía revolucionaria se necesitaba otra contrarrevolucionaria, que implantara el orden sin caer en los excesos del antiguo régimen.
Comte trató de demostrar que "no hay orden sin progreso ni progreso sin orden", para justificar los intereses de su clase burguesa y para demostrar que aun en un gobierno de origen revolucionario podía existir el orden (Zea, 1993:41). Con el apoyo de las ciencias positivas, Comte estableció el ideal de un nuevo orden social en el que los intereses de su clase estuvieran justificados. La solución fue sustituir a la Iglesia católica por una nueva Iglesia: la religión de la humanidad, de lo positivo. Enfrentó a la libertad revolucionaria desordenada contra la libertad ordenada; la igualdad fue opacada por la jerarquía social, los seres humanos no son iguales, cada uno tiene un determinado nivel social.Este nivel, no está dado, como se decía en el antiguo régimen, por Dios, sino por el trabajo. Esta diferencia que marca el trabajo no significaría un desajuste dentro de la sociedad, al contrario, permitiría aceptar que todas las clases son necesarias, ya que todos tienen obligaciones que cumplir. La sociedad estará formada por los que dirigen y los que son dirigidos. Los que dirigen a la sociedad serán los sabios y filósofos que, dentro del orden, la conducirán al progreso más alto (Zea, 1993: 45). En México, durante la segunda mitad del siglo XIX, ya se hablaba de una burguesía triunfadora en la Reforma, según palabras de Justo Sierra: "A quien se debió el triunfo reformista fue a la clase media en los estados, a la que había pasado por los colegios, a la que tenía lleno de sueños el cerebro, de ambiciones el corazón y de apetitos el estómago: la burguesía dio oficiales, generales, periodistas, tribunos, ministros,mártires y vencedores a la nueva causa" (Zea, 1993:46) […]"aquí no hay más clase en marcha que la burguesía" (Matute, 1984:330). Los reformistas se opusieron a los conservadores por medio de la lucha. Al triunfar, no convenía que otros grupos exigieran con las armas lo que ellos habían reclamado a los conservadores. Para afianzar el poder fue necesario buscar una filosofía que permitiera el orden; esta filosofía ya estaba creada: era el positivismo (Zea, 1993:46-47). Los positivistas mexicanos identificados con las ideas de Comte, establecieron que el progreso de la historia de México estaba representado por tres etapas o tres estadios: el teológico, cuando la política estuvo en manos del clero y la milicia; el metafísico, durante la época de combates entre liberales y conservadores, y el positivo, con el triunfo de la Reforma liberal, donde el orden positivo sustituiría al orden teológico y al desorden metafísico (Zea, 1993:49).
Gabino Barreda nació en Puebla en 1818, estudió
la carrera de abogado y medicina. En 1847 luchó contra la intervención norteamericana; meses más tarde partió a Francia, donde Pedro Contreras Elizalde fue quien lo presentó con Augusto Comte, que había iniciado el "Curso de filosofía general de la humanidad" Después de obtener el diploma de Doctor en la Escuela de Medicina, regresó a México en 1851. Ejerció como médico en Guanajuato y, en1867, después de pronunciar un famoso discurso que le abriría las puertas a la política mexicana, Benito Juárez lo llamó como colaborador (Zea, 1993:55). La Oración Cívica, discurso que pronunció el Dr. Gabino Barreda el 16 de septiembre
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