El Marfil en la Tardía Antigüedad
Enviado por Beavilches97 • 17 de Febrero de 2018 • Trabajo • 3.839 Palabras (16 Páginas) • 127 Visitas
HISTORIA DEL MAN Y UNA DE SUS PIEZAS
Beatriz Vilches Rodríguez – Grupo 120
Arte de Roma
UAM 2016/2017
Parte 1: Historia del museo arqueológico
El Museo Arqueológico Nacional se fundó en el año 1867 por Isabel II, a partir de la nueva moda que había surgido en Europa de crear grandes espacios que fuesen destinados a mostrar hechos pertenecientes al pasado de cada país, esta moda fue iniciada en el s.XVIII en Inglaterra con el museo británico. Por ello se realizó una gran institución de colecciones de antigüedades de la historia de España, desde Altamira hasta la actualidad, con obras como el 2 de mayo que nos hacen recordar a nuestros antepasados. Además, con estos espacios dedicados a recrearnos en el pasado de nuestro país también podemos informarnos sobre el pasado de las civilizaciones de otros países, como el museo de las américas.
El avance en el desarrollo de la arqueología y la conciencia sobre el patrimonio cultural, sumado a las continuas desamortizaciones, guerras e invasiones que acechaban a la destrucción de los expolios hizo aparecer el deseo de protegerlos. Por ello todos eran reunidos en un mismo espacio protegido y al que los ciudadanos podían acceder. Pero para ello el Museo tenía que estudiar los bienes y conservarlos para poder ponerlos al servicio de la ciudadanía y de esta forma poder instruirles y formarles en los conocimientos del pasado.
La construcción comenzó en 1860 con el arquitecto Francisco Jareño y durante 30 años se levantó un gran edificio de nueva planta que se encontraba en el Prado de Recoletos, tras tres proyectos arquitectónicos en 1892 el Museo quedó totalmente culminado por el arquitecto Antonio Ruiz de Salces. Durante este tiempo de construcción el Museo se instaló en el Casino de la Reina, que era una antigua finca de recreo que el Ayuntamiento de Madrid regaló en 1817 a la reina Isabel de Braganza (segunda esposa de Fernando VII) el 25 de abril de 1818 como regalo de enhorabuena por su segundo embarazo. Tras la revolución de 1868 la finca fue abandonada y en 1867 Isabel II devolvió el regalo al Estado, por ello se decidió levantar el Museo Arqueológico allí.
- 1871 – 1893
El Real Casino de la Reina estaba situado entre las actuales calles de Embajadores, Ronda de Toledo (donde se encontraba la entrada principal), Ribera de Curtidores y Casino y tenía una extensión de 56.400 m2. En un principio el terreno pertenecía a los monjes de San Cayetano y recibía el nombre de “Huerta de Bayo”, pero con la llegada de los franceses la Huerta acabó en manos de Manuel Romero (un ministro de José Bonaparte), éste construyó una casa-palacio en el terreno. Tras la Guerra de Independencia, con la vuelta de Fernando VII el Ayuntamiento se la apropió y después fue cuando se la regaló a Isabel de Braganza. Después de ser inaugurado, sufrió varios robos e intentos de asalto como el ocurrido en 1873 en el que robaron una espada hispanoárabe o en 1877, cuando robaron unas estatuillas de bronce.
Era el primer museo de España que abría sus puertas al público, contaba con una gran variedad de piezas de diferentes épocas y países. Durante esta época el Museo se centró en exponer todos los bienes conseguidos, pero no solamente de nuestro país, también el de otros países que las embajadas habían conseguido. La colección mostraba piezas desde los primitivos tiempos (con 2703 objetos), pasando por la Edad Media y Moderna (con 3033 objetos), la Numismática (con 103.096 monedas de oro, plata, bronce y plomo) y la Etnografía (con 3.500 objetos procedentes de Asia, África, Oceanía y América). Parte de las colecciones también formaban parte de las colecciones del gabinete de ciencias naturales.
La organización del espacio disponible no era la adecuada totalmente, pues las piezas mudéjares e hispanoárabes se encontraban expuestas de la mejor forma posible, pues el espacio lo imponía. Del techo colgaba la lámpara de la Alhambra junto con otros elementos arquitectónicos, en las paredes diferentes piezas cerámicas y el arco de la Aljafería. En la “Sala del Joyero” se encontraban las joyas, la elaboraría, el tesoro de Guarrazar y las arquetas medievales. Esta sala se encontraba sin luz natural y las paredes estaban cubiertas con terciopelo y baquetilla dorada, los armarios y las vitrinas fueron realizados exclusivamente para el museo, al igual que en la colección de la Edad Media y Moderna, todas las colecciones en sí mostraban un abigarramiento de las piezas. Este abigarramiento surge a pesar de la aplicación de los criterios científicos de clasificación del momento, que dependía según la funcionalidad y el tipo de objeto, la materia de la que se ha realizado, la época y la cultura.
La sección del Mundo Clásico estaba presidida por el sarcófago de Husillos y Puteal de la Moncloa, el Monetario se encontraba en la planta alta y se diseñó para las monedas un mueble circulas giratorio de 360º con soportes de metal dorado. Finalmente, en el antiguo invernadero se encontraba el Salón Etnográfico donde se guardaban las exóticas piezas de Oceanía, América y Asia, también contaba con exclusivas vitrinas y se realizaron maniquíes para la colección de trajes orientales.
- 1895 – 1940
En 1895 el Museo se traslada definitivamente al Palacio de Biblioteca y Museos que se encuentra en el Paseo de Recoletos y que fue construido por el arquitecto Francisco Jareño de Alarcón dentro del estilo neoclásico. Durante esta época el museo era visitado por un tipo de público erudito. Desde su inauguración la organización de las colecciones no varió mucho, se realizaron nuevos criterios de organización y clasificación del espacio según su historia, su trabajo y la vida social. Además, se aprovecharon muchos de los muebles que fueron realizados exclusivamente para el Real Casino de la Reina y de las Exposiciones Conmemorativas de 1892 y 1893 que celebraban el IV Centenario del Descubrimiento de América.
En 1936 el Museo decidió llevar a cabo un proyecto de modernización, del cual solo se llegó a realizar la primera fase que afectaba a la planta baja, ésta fue ampliada en cuatro salas en las que se exponían las piezas más importantes. Durante el periodo de la Guerra Civil las piezas tuvieron que ser protegidas debido al alto riesgo al que se estaban sometiendo por lo que las salas fueron desmontadas. Todas las piezas fueron medidas y embaladas para ser introducidas en cajones de madera que se guardaron en la sala egipcia, donde se había construido un gran andamio para proteger los fondos. El 16 de noviembre de ese mismo año lanzaron veinticinco bombas contra el palacio, aunque el museo no sufrió daños graves actualmente podemos observar el impacto de una de las bombas n el Patio de la Virgen.
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