El modelo económico durante la Revolución Mexicana y el período Postrevolucionario
Enviado por Evitacb • 21 de Febrero de 2016 • Ensayo • 774 Palabras (4 Páginas) • 314 Visitas
Ensayo
El modelo económico durante la Revolución Mexicana y el período Postrevolucionario
Introducción
El presente artículo examina las diversas interpretaciones de la Revolución Mexicana de 1910. Se centra en particular en el debate sobre las consecuencias económicas de la Revolución, uno de los aspectos menos tratados. En su conjunto, representa una crítica del enfoque positivista que prevalece en gran parte de la literatura de especialidad.
Independientemente del desorden y la violencia, de 1910 a 1920 funcionó una economía mexicana. Era una economía predominantemente capitalista, aunque no estable, sus regiones se desarrollaban en forma desigual: las más desarrolladas eran el noroeste, el noreste, el Distrito Federal y el Golfo. Y la menos desarrollada el lejano sur: la producción del petróleo y el henequén floreció durante toda la década.
Desarrollo
Los resultados que han obtenido los economistas han sido todavía más desalentadores. Los tratamientos económicos más directos sobre la Revolución se encuentran en varios informes periodísticos o consultivos de los archivos de las décadas de 1910 y 1920. Pero éstos se concentran en las posibilidades o resultados inmediatos a la Revolución y no en su dinámica material. Para clasificar este cúmulo, diremos que hay alrededor de 500 monografías y artículos económicos bien documentados sobre el México moderno. Pero, de éstos, sólo doce se centran en la década revolucionaria; cuatro en asuntos monetarios y en la banca, dos en la agricultura, dos en la hidroelectricidad y la industria y uno en cada una de las siguientes materias: geografía económica, pesca, silvicultura y migración. Si por casualidad analizan la Revolución otros economistas, éstos se refieren a ella muy por encima para dar cabida a tratamientos sustanciales de cuestiones posteriores. Pese a la demanda de obras con un enfoque más histórico, la regla es que mientras más reciente es un estudio, menos histórico resulta.
Entre los economistas que se refieren, de hecho a la Revolución, tal vez unos 85 mencionan superficialmente ideas útiles para llevar a cabo una historia de la economía de 1910 a 1920. No es de sorprender que la mayoría se refiera a la agricultura, muchos otros a las finanzas, al comercio exterior y a las inversiones, a los impuestos y aranceles, al petróleo y a la industrialización. Los comentarios sobre la Revolución, que se mencionan en forma tan superficial, por útil que sea la información histórica, quedan como opiniones accidentales. Aun cuando algunos de los estudios constituyen buenas historias tradicionales, en particular la de Ernesto Galarza y la de Miguel Wionzcek, ambas sobre temas de electricidad, todas, salvo una, carecen de lo que en la actualidad se requeriría en un análisis histórico. La excepción es el artículo de Donald Keesing sobre la estructura ocupacional.
Las
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