El origen y la diversidad de maíz en el continente americano

EL ORIGEN Y LA DIVERSIDAD DEL MAÍZ EN EL CONTINENTE AMERICANO

Introducción:

Cada vez que escuchamos la palabra “maíz” un sinfín de conceptos e imágenes vienen a nuestra mente y no es por menos puesto que como habitantes del continente americano, este cereal representa, nuestra historia, nuestra procedencia, a nuestros antepasados, sus dioses, sus costumbres y tradiciones así como los mitos y leyendas que explican el origen del hombre y claro, nuestra gastronomía, que sigue manteniéndose casi intacta hasta nuestro días.

Todos estamos de acuerdo que el maíz es muy importante en nuestra cultura, pero alguna vez nos hemos preguntado ¿Cuál es el origen del maíz?, ¿Él también tiene un antepasado?, ¿Ha sido así siempre o ha ido evolucionando con el paso del tiempo?, ¿En qué región geográfica del continente americano se dio por primera vez? Estas y muchas otras preguntas se ha formulado la comunidad científica y es por esa razón que existen muchos estudios en relación con el maíz, tantos que inclusive ha habido innumerables debates que apoyan y rechazan teorías propuestas por investigadores de gran talla, es por eso y más que debemos de otorgarle al maíz la importancia que se merece.

Desarrollo:

Como he mencionado anteriormente, existen muchos debates científicos sobre el origen del maíz, pero el consenso tácito que hay entre todos los científicos es que el ancestro directo del maíz es el teocintle. Aunque suene como una simple premisa, no siempre ha sido así y se han tenido que realizar muchas investigaciones científicas, sociales y antropologías así como siglos para poder llegar a esta conclusión que parece muy sencilla a simple vista.

Existen muchos científicos que han contribuido de gran manera en el estudio del origen del maíz y de su ancestro; cada uno de ellos ha aportado un grano de arena para poder tener la información y conocimiento actual pero a continuación mencionare los que me han impactado más y considero de gran relevancia a mi punto de vista.

Para empezar, concuerdo con el pensamiento del botánico Ascherson el cual desde un inicio consideraba al teocintle como el ancestro del maíz, pero le parecía muy difícil imaginar que una simple espiga como lo es esta especie, pudiera evolucionar a lo que ahora se conoce como la mazorca de maíz que cuadriplica el tamaño de su “antecesor”.

Tiempo después, Mangelsdorf estable la teoría de que un maíz silvestre extinto del tipo tunicado y una especie de tripsacum dieron origen al maíz; esta teoría es modificada por el mismo Mangelsdorf tiempo después, confirmando que el maíz se había originado a partir de la cruza del teocintle perenne con un antiguo maíz tunicado-palomero. Esta suposición se anteponía a la hipótesis de que el maíz era la evolución directa del teocintle.

Otro estudioso llamado George Beadle postuló que era posible que el maíz y el teocintle podrían haber tenido progenie fértil y cruzarse en el campo de manera natural y que la capacidad de supervivencia de forma silvestre de este último  lo convertía en un candidato apto para ser su ancestro. Con estas evidencias, Beadle fundamentó el estudio del origen del maíz a partir del Teocintle.

Los estudios de Beadle lucían prometedores y convincentes pero desafortunadamente no existían referencia al  Teocintle en fósiles, murales  o crónicas de las culturas que habían poblado América. Este agujero de información hacia muy difícil, de cierta manera, probar que la existencia del teocintle había sido relevante y mucho menos si había tenido una relación directa con el origen del maíz.

La teoría de Itis de que el maíz evolucionó del teocintle debido a una transmutación sexual fue rápidamente descartada pues fue considerada como anticientífica y por lo tanto se descalificaron sus méritos.

Para los 90´s se había resuelto que el maíz definitivamente provenía del teocintle e incluso las investigaciones realizadas por John Doebley consolidaban dicha teoría ya que retomaba las investigaciones de Beadle e Itis y las fusionaba; afirmando que una serie de transformaciones había producido la transformación sexual del teocintle (inflorescencia masculina) al maíz (inflorescencia femenina) y confirmando que el gen Tunicado no tiene participación en el origen del maíz.

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