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Empresarios y ganaderos en la Costa Atlántica


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2021  •  Ensayo  •  2.781 Palabras (12 Páginas)  •  592 Visitas

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EMPRESARIOS Y GANADEROS EN LA COSTA ATLÁNTICA COLOMBIANA (1850-1950)

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Integrantes:

  • Angie Gutiérrez Rodelo
  • Jefferson Padilla Banqueth
  • Harold Palacios López
  • Camilo Valencia Castillo

Historia empresarial

Docente: Álvaro Barco Gómez

Universidad de Cartagena

Facultad de ciencias económicas

Administración de empresas

Cartagena de indias D.T Y C

Septiembre 2021

INTRODUCCIÓN

En este ensayo examináremos algunos aspectos de la ganadería del Caribe Colombiano desde la perspectiva del comportamiento empresarial de los principales agentes del sector: los hacendados y los comerciantes del ganado.

Veremos como la ganadería fue una actividad que fue predominante en manos nacionales, aunque en ella participaron algunos inmigrantes extranjeros. Los ganaderos, sin embargo, no conforman un grupo homogéneo tampoco social ni económico.

Aunque este trabajo centra su atención en el caribe colombiano las observaciones tienen relevancia nacional y es necesario reevaluar el papel en la economía y en la historia empresarial de Colombia. Se analizarán interrogantes como quienes fueron los empresarios de la ganadería costeña, que los motivo a invertir en este sector y que impacto tuvieron sus actividades en otros sectores de la economía del país.

Empresarios y ganaderos en la Costa Atlántica colombiana (1850-1950)

El ganado llego al continente con los conquistadores y fue un temprano elemento integrador de las sociedades americanas, como fuente de alimentación, riqueza, poder político y leyenda.  Mas allá de sus aspectos económicos, la organización de la producción ganadera tuvo notables efectos también en la historia social y política.

Durante su visita en Colombia, en 1917, Robert Cunningham Graham un británico que exploraba entonces la posibilidad de encontrar nuevos recursos para los frigoríficos de carne) gozo una velada particular en compañía de varios ganaderos en una hacienda costeña. Donde hablo mas que todo del precio del ganado, las mejores razas de cruce con el ganado criollo, los mejores puertos para embarcar el producto y todo lo relacionado a esto.

Aunque había otros productos notables en Colombia, algunos observadores extranjeros que visitaban el país no tardaron en observar como la ganadería ha sido siempre una de las principales industrias en Colombia y desde tiempos coloniales una de las mas notables y estables fuentes de riqueza nacional. Para el extranjero Bell el ganado era tan significativo como el café para la economía colombiana.

A pesar de eso, la ganadería se ha tenido muy poco en cuenta en los análisis de la historia económica nacional.

La ganadería tuvo un impacto negativo en nuestro país ya que la ganadería no representaba importancia como si lo hacía de pronto el café, el banano o el petróleo, la ganadería era vista como producto de riqueza nacional para los inversionistas extranjeros, pero cuando se dieron cuenta que podía generar altas ganancias haciendo muy poco esfuerzo voltearon si mirada hacia a este sector.

Hay que recordar que en el país se manifestaba un desprecio hacia los ganadores costeños quienes según el criterio de nuestros compatriotas usaban taparrabos y eran de raza inferior.  La ganadería costeña en un principio estaba en manos de unos pocos terratenientes que ampliaron sus haciendas desde mediados del siglo XIX, tras la introducción de pastos artificiales y el gradual cercamiento de las fincas con el moderno alambre de púas.

Ser terratenientes no equivalía a ser ganadero, no todos los ganaderos eran dueños de la tierra donde se criaba y engordaba el ganado. Dentro de estos tenemos el ejemplo de la hacienda Berastegui, que fue la herencia del cura José María Berastegui a su nueva generación de descendientes, la familia burgos, la cual cercó sus propiedades, enriqueció sus pastos e incorporo nuevas tierras a la hacienda, pasando de 8.000 a 12.000 hectáreas, la cual alcanzo a acumular unas 14.000 cabezas de ganado, mientras se aventuraba en otras empresas agrícolas modernas. Tal parece que Berastegui fue una hacienda rica en tierras, pero no en ganado. Buena parte del negocio de sus dueños era ofrecer las tierras en alquiler a otros ganaderos, aunque ellos mismos fuesen también propietarios de cabezas de ganado. La historia de Berastegui se identificaba más con el fracaso que con el éxito porque no aprovecharon la riqueza y el potencial que tenían en sus manos.

También podemos destacar la hacienda de Jesús del Rio, dicha hacienda fue establecida en 1909 por un inmigrante alemán, Adolfo Held, que había llegado a Colombia en 1880.Held abrió después su propia firma y expandió con éxito sus negocios en diversas áreas de la economía. Su interés en la explotación ganadera se despertó casi accidentalmente tras encontrarse en posesión de las tierras de tabacaleros en crisis. A partir del establecimiento de Jesús del Rio, Held logro expandir sus propiedades ganaderas hasta logra contar con unas 20.000 hectáreas en 1936, cuando sus terrenos alojaban unas 10.000 cabezas de ganado de engorde.

Los negocios de Berastegui y Jesús del Rio llaman la atención por sus dimensiones, aunque se hayan desarrollado en direcciones contrarias: la una hacia el fracaso y la otra hacia el éxito.

También podemos destacar la hacienda Marta Magdalena o los negocios ganaderos de Diego Martínez Camargo, negociante y gran líder que fue una representación en la ganadería costeña como una empresa a gran escala por sus notables éxitos.

Hasta aquí, el énfasis ha sido en la tierra y sus dueños, en la hacienda y los hacendados. Pero una historia empresarial de los ganaderos exige reconocer una distinción fundamental, al examinar la experiencia de Berastegui: ser ganadero no equivalía a ser dueño de tierras. En 1876, Luis Striffler no tardo en observar las cimarroneras inmensas que proliferaban en el cesar: “no reconocen dueños y generalmente son propiedad del primero que pueda apropiárselos.

El alambre de púas también se introdujo en Colombia a mediados del siglo, pero su extensión siguió un ritmo mucho más pausado, sirvió para poner fin al ganado cimarrón, delimitar tierras pertenecientes a cada ganadero. Aunque el cercamiento no distinguía entre propietarios de ganados y propietarios de tierras. Los procesos de colonización de tierras y adjudicación de baldíos estuvieron rodeado de conflictos. En 1921, Juvenal Palmera y José Mejía informaban que en el Cesar los ganados Vivian en soltura permanente y en comunidad. Esta relativa escasez de cercas en la costa atlántica fue también observaba por visitantes extranjeros en la década de 1940, como Katherine Wylie y Kenneth Oaklye.

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