Ensayo: Cultivos ilícitos, Daño ambiental y social.

CULTIVOS ILÍCITOS, Daño ambiental y social.

Universidad de la Amazonia.

Autor, Yerson Duban Suárez Cordoba. 13 mayo 2015

El cultivo de la coca y la amapola constituyen una de las mayores amenazas para el medio ambiente en Colombia y, en general, de los países andinos, generando una gran deforestación, deterioro de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, como lo mencionó Rodríguez (2003), además Diaz y Sanchez (2004), describen que los cultivos de hoja de coca en Colombia se han implantado en zonas de colonización campesinas aisladas, de reserva forestal, de amortiguación (parques naturales) y zonas de resguardos indígenas; complementando lo anteriormente mencionado, Castañeda et al. (2001), nos dicen que los cultivos ilícitos siguen expandiéndose sobre todo hacia áreas estratégicas como las reservas forestales, territorios indígenas o parques naturales nacionales. En Colombia uno de los principales problemas ambientales que se enfrenta son estos cultivos ilícitos, los cuales destruyen por cada hectárea sembrada entre dos y tres hectáreas de bosques, perturbando especialmente el ecosistema alto andino y la región amazónica, destruyendo ecosistemas y afectando la biodiversidad (Pinzón y Sotelo).

Los cultivos ilícitos, tanto de amapola como de coca, se localizan en ecosistemas de un valor ambiental incalculable, donde la presencia de comunidades bióticas en muchos de estos casos son únicas y exclusivas de estas regiones como lo mencionaron Castañeda et al., (2001); dichos ecosistemas son muy afectados según, Diaz y Sanchez (2004), los cuales señalan que Colombia se ha convertido en el mayor productor de hoja de coca del mundo y el principal productor de amapola de América; aumentando así los impactos que tiene la producción primaria y derivados de los cultivos ilícitos, lo que según, Rodríguez, (2003), es de gran importancia ambiental ya que esos agroquímicos utilizados en los cultivos ilícitos, así como los químicos incorporados en el procesamiento de la coca producen impactos de consideración en las fuentes de agua y los suelos de los sitios de las plantaciones.

Según, Castañeda et al., (2001), en la producción de hoja coca se usan fertilizantes de síntesis química, además de fungicidas, insecticidas y nematicidas; también para la elaboración de cocaína los insumos y sustancias químicas más frecuentes utilizadas se limitan al cemento, permanganato de potasio, hidróxido de amonio, gasolina o petróleo, ácidos sulfúrico y clorhídrico, acetona, metil-etil-cetona y acetato de etilo, estas sustancias pueden ser reemplazadas por otras que tienen similares propiedades químicas; estos insumos y sustancias químicas causan alteración mayor en el equilibrio microbiológico, alterando los equilibrios de control natural de diferentes especies; según RAPALMIRA lo que se aplica en el campo agrícola o en la erradicación de cultivos ilícitos no es el glifosato solamente; es un producto comercial llamado ROUNDUP; éste posee el surfactante denominado polioxietilenoamina, sustancia mucho más toxica que el mismo glifosato, pues tiene efectos cancerígenos, mutagénicos y efectos de largo plazo.

Desde finales de los años 60, Colombia se convirtió en una parte activa de lo que se denomina hoy el “problema mundial de drogas”, fomentando y alimentado el desarrollo de una buena parte de la delincuencia y violencia que éste sufre, las actividades de cultivo, producción y tráfico se encuentran relacionados con fenómenos diversos como la corrupción, la violencia política, la insurgencia y el terrorismo (Rangel, 2005). Lo que concuerda con lo mencionado por, Diaz y Sanchez (2004), en los últimos años se ha evidenciado una relación creciente entre la expansión de los cultivos ilícitos y la actividad de los actores armados ilegales, a tal punto que los excedentes generados por la producción de coca y amapola, en adición a los generados por la producción de drogas sicoactivas, se han convertido en una de las principales fuentes de financiación de las actividades de estos grupos.

En Colombia, las mafias de las drogas, la violencia política, y los actores armados, son fenómenos capaces de alterar el funcionamiento del Estado y la sociedad, (Huckfeldt 1987 citado por Garcia). Al seguir aumentando el crecimiento de la demanda nacional de los productos de cultivos ilícitos, a su vez, ha generado la aparición de un tráfico organizado de estupefacientes en pequeñas cantidades al que se denomina “microtráfico” (Diario ADN, 2012)

Analizando las problemáticas anteriormente mencionadas se puede decir que los cultivos ilícitos especialmente el cultivo de coca, en el cual tanto la producción de hoja, como también su procesamiento en cocaína y el control de dichas plantaciones de cultivos de coca; están ocasionan un gran impacto ambiental que no solo se manifiesta en deforestación y pérdida de biodiversidad, sino que también está afectando el equilibrio de las cadenas tróficas, tanto del suelo como de los bosques. Por lo tanto se podría decir que el método usado para erradicar la coca, como lo es el de aspersión de ROUNDUP no es muy factible seguirlo usando ya que también afecta las condiciones químicas y biológicas de los ecosistemas en los cuales se esparce, pero también cabe resaltar que son mayores los efectos que producen los insumos y sustancias químicas usadas para la producción de hoja de coca y su procesamiento en cocaína, ya que todos estos derivados afectan principalmente el suelo y las fuentes de agua, causando desequilibrios en los ecosistemas naturales y causando contaminación con los desechos de dichos procesos.

...