Gastronomía en tiempos del Porfiriato
Enviado por Gastro Ciewi • 5 de Diciembre de 2015 • Ensayo • 4.572 Palabras (19 Páginas) • 338 Visitas
Gastronomía en
tiempos del Porfiriato
Para poder entender la etapa del Porfiriato tenemos que remontarnos a los últimos veinticinco años del siglo XIX y los primeros diez del siglo XX en el cuál Porfirio Díaz durante sus más de 30 años en el poder, forjó una nueva clase de aristocracia y llevó el poder económico como social en México, él estaba convencido de que las principios franceses y europeos eran lo mejor, dejando a un lado las tradiciones, la comidas e ingredientes nacionales, suponiendo que al aplicarse estas ideas extranjeras darían paso a un México próspero.
Su duración en el poder ha sido dividida en tres fases:
- Su llegada y posicionamiento 1876-1884
- Su apogeo 1885-1895
- Su descenso 1911.
Durante su poder hubo una serie de cambios tanto sociales como económicos que fueron transformando al país.
Algunas características del Porfiriato es que empieza a surgir la industrialización, impulsada mayormente por la inversión extranjera, en el cual surge el mercado interno y su vinculación con el comercio internacional.
También prevalece el maltrato y la humillación hacia los pobres ya que se empezó a verse en el país el desarrollo y la civilización lo cual provocó el crecimiento de grupos vulnerables.
Según Ignacio Ramírez Calzada e Ignacio Manuel Altamirano, escritores y periodistas mexicanos, las guerras con norteamericanos y después con franceses, la rivalidad entre liberales y conservadores, la ausencia de una estructura política sólida y las diferencias entre clases sociales no permitían la construcción de una cultura nacional, más bien, la admiración y el respeto por la ciencia y la esperanza en el progreso, llevaron a rechazar los modos de producción tradicionales, entre ellos los de la cocina.
Porfirio Díaz como presidente.
El 10 de enero de 1876, Porfirio Días organizó un levantamiento armado para evitar la reelección del presidente Lerdo de Tejada y redactó el Plan de Tuxtepec, documento en cual criticaba los intentos reeleccionistas del grupo Lerdista, atacándolo de violar la Constitución al no respetar el federalismo y la división de poderes. Le exigía terminar con las reelecciones indefinidas para ocupar la presidencia de la Nación.
Debido a que un influyente grupo de políticos y militares brindaron su apoyo al general Díaz y luego de un enfrentamiento en el que las fuerzas rebeldes vencieron al ejército leal por lo tal motivo Lerdo de Tejada abandonaría el país y el general Porfirio Díaz regresa para convocar a nuevas elecciones, en las que no obtuvo ninguna posición sino hasta el 5 de mayo de 1877 en el cual Porfirio Díaz asumió por primera vez la presidencia de México.
En sus comienzos Porfirio Díaz se presentó como un continuador de la restauración de la República. Al igual que los políticos liberales, el nuevo presidente tuvo por objetivo la modernización del país.
Él luchó por consolidar el orden y la estabilidad política, necesarios para la llegada de capitales extranjeros que permitieron el avance económico de México y su incorporación al comercio internacional.
Se comprometió a respetar los lineamientos del Plan de Tuxtepec, y juró obedecer la Constitución. Mientras tanto, el Congreso aprobó una ley que prohibía al presidente y a los gobernadores en ejército presentarse como candidatos para el periodo consecutivo. Esta norma tenía por objetivo evitar la reelección inmediata e indefinida del presidente y de los gobernadores. Sin embargo, no le dio importancia a los lineamientos del Plan de Tuxtepec, ya que su cultura política fue otra. Porfirio Díaz quebrantó en sistema republicano y empleó la violencia y el favoritismo político para concentrar el poder y beneficiar a sus aliados políticos y a las compañías extranjeras, quienes acumularon grandes fortunas.
“Paz, orden y progreso.”
A partir de 1881, bajo el lema de “paz, orden y progreso”, Porfirio Díaz logró mantener en orden al país sacrificando la libertad e impidiendo cualquier intento de rebelión.
Incluyó en su gabinete a personas de su confianza y se rodeó de un grupo de intelectuales llamado “Los científicos”, que elaboró los proyectos económicos, culturales y educativos que modernizarían al país.
Se adopta la filosofía positivista[1], que uno de sus principios es el de ordenar y organizar la libertad. Ésta se adaptaba a la política social y económica del régimen porfirista que buscaba el progreso y crecimiento del país, por lo que se convirtió en su base ideológica.
El fraude y la corrupción fueron características de los años porfiristas. El ejército y la policía fueron reformados y utilizados para oprimir a los opositores del régimen, que se asemejaba cada día más a una dictadura militar.
La Constitución de 1857 mantuvo su imperio a pesar de haber sido reformada, en varias ocasiones, para adaptarla a las necesidades reeleccionista del presidente. En total, Porfirio Díaz se reeligió como presidente en seis ocasiones.
Progreso.
Conforme se aseguraba la paz y el orden, se procedió a impulsar el progreso del país, desarrollando la industria y los transportes, incorporando al país al desarrollo del capitalismo mundial.
El crecimiento de los países industrializados como Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos, requerían nuevos mercados y nuevas fuentes de materias primas. México aparecía entonces como el mejor lugar para invertir, ya que el gobierno porfirista ofrecía, una política de estímulos a la inversión, misma que consistía en concesiones ilimitadas para explotar los recursos naturales del país, bajos impuestos y abundante mano de obra por parte de los indígenas los cuales no contaban con leyes que los protegieran.
Incorporación a la oposición.
Porfirio Días trabajó para la paz de la vida mexicana y para mantener la harmonía entre los distintos grupos políticos, ya que sus constantes enfrentamientos constituían un peligro constante al orden social. Por eso, entabló negociaciones con sectores del liberalismo y con los grupos conservadores al cual también sumo a Lerdistas a su proyecto político.
Así mismo, contó con el apoyo de importantes sectores que se beneficiaron con su gobierno como la burguesía, los hacendados y los altos rangos militares que realizaron negociaciones para incrementar su fortuna y su poder. La Iglesia Católica, que hasta entonces estaba limitada por las leyes laicas de la etapa de la república, recobró su influencia y parte de sus privilegios.
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