Historia contemporánea Parcial N° I

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PRESENTACIÓN:

       En el presente informe se analizan los siguientes temas: comparación entre los procesos de industrialización de Alemania y Estados Unidos, de acuerdo con el papel que tuvo el desarrollo de los medios de transporte, la situación de la mano de obra y las formas de organización de las empresas. Luego se indagarán las características del discurso revolucionario, en particular el feminismo ilustrado durante el período de la Revolución Francesa.

DESARROLLO:

*Procesos de industrialización:

         La moderna sociedad industrial surge en Gran Bretaña a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Alemania a diferencia del resto de los países de Europa, comenzó su industrialización tardíamente (1840). Esto fue debido a que a comienzos del siglo existían varios conflictos institucionales (fragmentación política del territorio, barreras aduaneras, diferentes monedas, monopolios comerciales, presencia de rasgos feudales y servidumbre en sus áreas rurales) que limitan la movilidad social, perjudican la iniciativa individual y  restringen la demanda interna. Sin embargo, en 1834 la unión aduanera Zollverein posibilitó la conformación del mercado interno. Para facilitar esta potencialidad conviene mejorarse los transportes internos, la posibilidad de utilizar el ferrocarril tiene una importancia categórica. El producto puede ser introducido con financiación extranjera y utilizando materiales técnicos importados, se logra una articulación entre capital industrial y capital financiero (situación que no se da en otros países hasta la década del 80) con la finalidad de alcanzar las altas inversiones que requiere el proyecto ferroviario. El Estado forma parte colaborando a través de concesiones, beneficios y créditos a largo plazo. En la década de 1840, la construcción ferroviaria avanza rápidamente y logra hacer contacto con los países más avanzados. El ferrocarril es la condición previa para la apertura del mercado interior y el despertar económico de Alemania.

             Estados Unidos a diferencia de la sociedad germana, es una comunidad bien organizada, próspera y dotada de un gran potencial de crecimiento. Las colonias disponen de una estructura política estable, educación, riqueza e instituciones comerciales y gubernamentales derivadas de su ascendencia europea. Los principales factores que favorecen a la industrialización estadounidense son dos: disponibilidad de recursos naturales, condición que también se da en Alemania, y el inmenso mercado interno, provocado por el crecimiento demográfico y la inmigración masiva. Con la independencia, Estados Unidos se libera del mercantilismo inglés y construye la estabilidad política fundamental para el desarrollo del comercio.

                Al igual que en Alemania, los descubrimientos ingleses son influencias importantes para  el desarrollo industrial. Los primeros ferrocarriles son construidos en el este, donde se dispone  de las peores conexiones fluviales. Durante su construcción se exige la colocación de enormes emisiones de acciones y bonos entre los inversores privados, lo que incide en los hábitos de ahorro y contribuye a la expansión de los mercados de valores, donde se negocian y los utilizan como garantía adicional. La red ferroviaria no es determinante en el crecimiento económico, pero al igual que en Alemania es significativo para la unión física de los territorios. Facilita el desplazamiento de materias primas, productos manufacturados y emigrantes. Es resultado y no causa del creciente económico, según palabras de John Killick.

           En Alemania los cambios acontecidos en la agricultura, rompen las ligaduras de muchos campesinos a la tierra. Junto al aumento demográfico con que están relacionados y las mejoras en los medios de transporte, hacen aparecer una mano de obra destinada a las ciudades en desarrollo, disponible para el trabajo en las minas y en las fábricas. En contraste, Estados Unidos cuenta con una mano de obra cara, escasa, capacitada y homogénea. Los empresarios deben pagar salarios elevados para atraer hombres de la agricultura y de la frontera.  La situación se soluciona en parte con la llegada de una gran cantidad de inmigrantes que aportan a la conformación de nuevos mercados y mano de obra adicional. Desde 1860 hasta la primera Guerra Mundial, Estados Unidos se consolida como un país industrial, ya que la industria aumenta considerablemente, a expensas de la agricultura, y el aceleramiento de la urbanización, junto con el crecimiento del mercado interno. Ya para este período, el liderazgo industrial pasa a manos de los bienes de capital, al igual que en Alemania.

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