Monólogo Guerra

Monólogo “la metamorfosis de la guerra”

Natalia Valencia C

Klasse 10

Introducción

La guerra en el siglo XIX en Colombia, es aquella que marca cambios políticos, que recurre al terror y muestra sus uñas ante el mundo, ante la historia, es la huella del pasado que nos obliga a recordar con profunda tristeza el devastador auge de las guerras, el lado más inhumano y sombrío de la especie humana. Un camino umbroso y subyacente, que cada tanto, emerge a modo de estallido, los pueblos siendo las principales víctimas, la destrucción, el sufrimiento, la desmoralización, la violencia sin escrúpulos que pasa la barrera del surgimiento de las peores pasiones y bajezas humanas. Desenmascara la tiranía de una nación, la miseria y a los misántropos que huyen del posible contacto con la sociedad. Resalta aquellas masas que se aprovechan y se lucran del dolor ajeno y sobre las ruinas de lo que descansan los vulnerables, ascienden al poder con iniquidad e injusticia sin ser concerniente con los demás pueblos o incluso, en el caso colombiano del siglo XIX, con el mismo pueblo.

Monólogo: La frialdad y la misantropía del ser humano,

Toma mi mano,

Dijo sin hacer algún reclamo,

Mira el páramo, hazlo por él, por ti, por tus hijos…

Abre los ojos, date cuenta, llego tu peor pesadilla, esa que carcome la vida de los guerreros y las vuelve cenizas; dejando una cicatriz permanente en la memoria y esta no se la lleva el olvido, esta permanece contigo hasta el último suspiro. Paralelamente mi hijo empezaba a germinar, la etapa más efímera pero sin duda la que define el futuro a través de las decisiones que apuestas para lograr un buen juego, pero a medida que mi hijo forjaba su corto paso se iba introduciendo al camino de la guerra, lo empujaron, lo obligaron, solo para poder ser independientes. La independencia se paga con sangre, decían… Es nuestra única voz, nuestro aliento, somos un pueblo unido pero realmente ¿la unidad era empezar una guerra contra nosotros mismos?

El concepto de guerra está totalmente desestimado y opuesto a lo que realmente esta es, me da miedo, mucho miedo, que alguien pueda escucharme, me da pánico pensar que me pueden matar solo por pensar diferente, solo por cuestionarme y no solo a mi sino a mi familia, que se ha ido desmoronando con la guerra. He tenido que luchar para no derrumbarme y he puesto en mis hombros todo el peso de mi construcción, a mi esposo se lo llevó el auge de las guerras, desconozco la ubicación de mi hijo mayor, tuve en mis brazos el cuerpo de uno de mis hijos, escuche su último suspiro, lamento, quejido y su último latido, y el menor, él está en casa, escondiéndose, ocultándose de aquella mancha negra turbia que solo va dejando un vacío en el alma, en el corazón, dejando una cicatriz que se abre cada vez que se recuerda la guerra, es someterse al dolor y a la impotencia que dejó a las madres, como yo, desoladas, desesperanzadas, marginadas, débiles ante los ojos de los demás. Fui una víctima de la guerra sometida a satisfacer a los soldados con el fin de proteger a mi hijo desaparecido. Me cansé de los abusos por parte de la ley, de la supresión. ¿Qué será de nuestro futuro? ¿Qué pasará con la desmesurada saciedad de guerra, que solo perjudica al pueblo hundido en la desesperación?    

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