Sor Juana Inés de la cruz arrebatos carnales
Enviado por janetecha • 9 de Febrero de 2017 • Ensayo • 531 Palabras (3 Páginas) • 1.072 Visitas
Arrebatos Carnales.
La historia comienza en el año 1680, con la presencia de la condesa María Luisa Manrique de Lara esposa del conde Tomas Antonio de la Cerda, tiempo en que gobernaron el territorio de la Nueva España. Dentro de los primeros pueblos que visitaron fue Xochimilco, en estas visitas por diferentes pueblos, encontraron por asares del destino, versos escritos por una monja conocida como Sor Juana Inés De La Cruz.
La mujer del Virrey no podía creer que la persona que escribía esos poemas se tratara de una mujer, porque las mujeres tenían prohibido pensar, actuar y hablar de forma autónoma, si hacían esto debía ser bajo la intervención de un hombre.
Al pasar el tiempo y con la continua lectura de los versos de la monja escritora, la curiosidad de María Luisa cada vez fue más grande, quería conocer a Sor Juana Inés de la Cruz. En su mente imaginaba a una monja encorvada, vieja, pelo canoso, arrugada, amargada por estar enclaustrada en el convento -de San Jerónimo- sin darse la oportunidad de conocer a un hombre o tener hijos.
Un buen día, conoce a quien por su prosa endulzó sus oídos y enamoró su espíritu, la monja escritora. Ella era de ojos negros, piel blanca, suave, tersa, estatura mediana, labios pequeños levemente carnosos, manos pálidas dedos largos, una mujer contrastante al imaginario de una monja encerrada por varios años, esas que cosechan amargura, sin embargo, Sor Juana era elegantemente bella. A María Luisa la cautivo Sor Juana con su timidez, su hablar pausado, su humildad.
Al poco tiempo de conocerse desarrollan una fuerte empatía y se vuelven amigas, comienzan a tutearse, al principio lo hacen en privado, después lo comienzan a hacer en público, sin importarles la envidia y murmuraciones que despertaban en las demás personas. Durante el tiempo en que estuvieron juntas, Sor Juana escribe treinta y ocho poemas a la condesa.
La relación entre María Luisa y Sor Juana es muy estrecha hasta la llegada de una carta desde el viejo continente dirigida a los Condes, en esta comunica dejar Nuevo España y regresar a Europa. La condesa no quería dejar a Sor Juana, le era difícil no volver a verla, María Luisa se dirige al convento para darle la mala noticia a su amiga, al principio ella se queda sin palabras –pálida-, María Luisa la abraza y comienza a llorar sin poder parar, la condesa la toma de la cara y acerca sus labios con los de ella, al principio los rechaza, después se deja llevar y la besa, ninguna de la dos se detiene, terminan teniendo relaciones sexuales –coito- sin importar que las demás monjas pasaban por los pasillos del convento.
Después del desaforo de sus cuerpos conversan, Sor Juana le pide a María Luisa que no se vaya, que se quede con ella, pero la condesa decide irse con su esposo y su hijo, le promete que llegando a Europa publicaría todos sus poemas y que nunca se olvidaría de ella y siempre le escribiría.
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