1984 Reseña

Reseña 1984

Eric Arthur Blair (1903-1950), más conocido por el pseudónimo de George Orwell, fue un escritor y periodista británico, cuya obra lleva la marca de las experiencias personales vividas por el autor a lo largo de su vida. Orwell plantea en su libro “1984” un mundo distópico, regido por lo que el propone como “El gran ojo”, “El gran hermano” o “El que todo lo ve”, el cual es una referencia clara a una especie de ser omnipresente. Logramos apreciar en “1984” cómo es que las relaciones humanas han desaparecido en un gran porcentaje. La creación de un dogma político central ha llevado a la humanidad a rechazar su propio libre albedrio, dejando que todo su entorno social se vea afectado por los pensamientos y decisiones de unos pocos que se les considera son “Lideres sociales”. La sociedad busca en qué creer, sin embargo, ésta está movilizada por el ego y el liderazgo social imperante.

Humano-máquina o máquina humanizada. El sentir es un lujo que muy pocos se pueden brindar en 1984. El placer es castigado, la libertad genera la esclavitud y la ignorancia es la fuerza, todo esto se lleva como un estilo de vida dentro de todo el escrito planteado por Orwell. Debajo de todo el estigma social que se logra ver en 1984, algunos de los temas que se logran apreciar dentro y fuera de la obra son la libertad, la confianza, el respeto a la opinión ajena y sobre todo… La manipulación del conocimiento humano hacia los fines que decidieran los pseudolideres para su propio bienestar, llevando a cabo la filosofía de “la utilización del hombre por el hombre”. La manipulación del hombre se ve persistentemente dentro del libro; el gobierno es capaz de borrar hechos y cambiarlos constantemente para que de esta forma lo único a lo que se le puede ser fiel es al dogma anteriormente mencionado. La forma en que esta organizada la sociedad hace que las clases sociales sean claras y, por obviedad, aquellos que rigen al pueblo son los individuos que están más arriba en las clases sociales, los cuales son, dentro del libro, los miembros del partido interior.

A mi parecer, jamás habíamos estado, como sociedad, tan cerca de volvernos “1984” como ahora. Todos tenemos perfiles creados con base a nuestras acciones y nuestros comportamientos, y todos somos vistos, de cierta forma, por lo que en su momento se denomino como el “El Gran Hermano”, pero ahora lo conocemos como “Internet”; él es capaz de ver nuestros intereses y de clasificarnos como se le de la gana. La libertad de expresión jamás había sido tan controlada como lo es ahora, por lo que nos hemos vuelto parte de las enmiendas del gran hermano. Me asusta pensar en un mañana en el que no hay privacidad, no hay normas excepto las propuestas por los altos mandos y no hay lealtad alguna más la lealtad al sistema que nos rige. Me da miedo que el amor haya desaparecido y la libertad de expresión se vuelva una banalidad que solo aquellas personas con conocimiento de lo que sucede puedan darse como gusto. Sin embargo, es un tema del cual se puede seguir pensando y teorizando, pero claramente estará inconclusa, posiblemente por siempre, la pregunta que nos deja Orwell, la cual es: ¿Estamos sumergidos en 1984?

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